En las empresas de la entidad aún hay muchos trabajadores que no se han querido poner la vacuna contra Covid-19 pese a que "se están haciendo exhortos para que cuiden su salud y la de su familia, sobre todo los que viajaban en transporte público" declaró el presidente del Congreso Laboral de la entidad, Cuauhtémoc Plascencia Albiter.
Pese a esto, reconoció que tienen un alto porcentaje de trabajadores ya vacunados; sin embargo hay otros que no han tenido acceso a la vacuna, sobre todo los jóvenes.
"Estamos coordinados con la Secretaría del Trabajo en el programa de vacunación en los centros laborales, para inmunizar al mayor número de trabajadores que se pueda.
Lugares abiertos, como los estacionamientos de las empresas, se adaptan para que más trabajadores que no se han vacunado, lo hagan en los próximos días”, apuntó el líder sindical.
Manifestó que en esta tarea participan, el IMSS, la Secretaría del Trabajo del Edomex, y los congresos Laboral y del Trabajo.
Este proyecto se inició en los municipios de Lerma, Nezahualcóyotl, Naucalpan, Cuautitlán Izcalli y Toluca y aplica únicamente en el Estado de México, a través del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
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De acuerdo con cifras oficiales, hasta el mes de agosto en el Edomex se han vacunado aproximadamente a 73 mil trabajadores de 316 empresas mexiquenses.
Cuauhtémoc Plascencia, precisó que las empresas impulsan las medidas preventivas entre sus trabajadores para evitar contagios por Covid-19, en los centros laborales, tales como el uso obligatorio del cubrebocas, uso constante del gel antibacterial, toma de temperatura y la sana distancia.
¿Por qué no quieren vacunarse?
Roberto trabaja en la industria refresquera mientras que Marisol en la alimenticia, son esposos y ambos tienen más de 50 años, por lo que pertenecen al grupo de riesgo.
"Sabe usted, a mí me parece que vacunarse es intervenir gravemente mi cuerpo. Creo que cada uno debe tomar su propia decisión al respecto. Solo porque alguien no quiera vacunarse no significa necesariamente que está loco”, asegura Marisol.
Ambos dicen que ninguno de los dos se describe como antivacunas. Siendo niños recibieron las habituales, pero en las de ahora no confían.
En su círculo de amigos y conocidos tropiezan una y otra vez con rechazo e incomprensión. "No me considero inmortal por no haberme vacunado”, señala Roberto, quien está consciente de que podrían contagiarse, y a su familia también.
No descartan que en los próximos meses se vayan a vacunar contra el Covid-19, ya sea en sus empresas o en los centros que se instalan en los municipios.
