/ miércoles 26 de septiembre de 2018

AMLO no caerá en trampas, descarta gobernar con tuits

"Gobernar por Twitter banaliza la política y devalúa el papel del presidente hacia los ciudadanos", afirmó Jesús Ramírez Cuevas

El presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, no caerá en la tentación de usar Twitter para gobernar, ni tampoco responder a los exabruptos del mandatario estadounidense, Donald Trump, a través de las redes sociales.

"Gobernar por Twitter banaliza la política y devalúa el papel del presidente hacia los ciudadanos", afirmó hoy en entrevista con Efe Jesús Ramírez Cuevas, responsable de la estrategia de comunicación de López Obrador.

Ramírez Cuevas aseguró que no se responderá "un tuit con un tuit", pues ello supondría "sobredimensionar" las palabras de Trump, que usa Twitter para arremeter contra la migración o apremiar la construcción de un muro.

"No podemos caer en la trampa del tuit", remarcó Ramírez Cuevas, quien ocupará el puesto de coordinador de Comunicación Social del Gobierno de López Obrador a partir del próximo 1 de diciembre.

De esta manera, se buscará llevar una "comunicación diplomática" mucho más matizada y con profundidad, apostando por ruedas de prensa, declaraciones públicas o mensajes en video, indicó Ramírez Cuevas, con una larga trayectoria en prensa nacional e internacional.

Todo ello dentro de una estrategia de comunicación que promete ser un parteaguas en México, centrada en las redes sociales y la participación ciudadana, pero también en la austeridad.

Vamos hacia una comunicación bidireccional o multidireccional y democrática, a fin de acercar gobierno y sociedad. Es un diálogo más que un monólogo

apuntó el futuro vocero, licenciado en Ciencia Política en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

De esta manera, se busca una cercanía con el ciudadano e informar desde redes pero también desde espacios públicos y medios de comunicación para llegar a todos los rincones del país, incluidas las comunidades indígenas.

Este afán de "diversificación" contrasta con varios retos, uno de ellos, la austeridad gubernamental que prometió López Obrador durante la campaña electoral y reiteró tras su holgado triunfo con más del 50 % de los votos, en los comicios del 1 de julio.

"Ha habido un abuso de recursos públicos en materia de publicidad gubernamental" porque se usó para "premiar o castigar" a medios de comunicación según la línea editorial, aseveró Ramírez Cuevas.

En el nuevo Gobierno, continuó, se reducirá el 50 % del gasto en publicidad, aunque se intentará no impactar demasiado en los medios de comunicación porque hoy son muy dependientes de la publicidad gubernamental, aseguró.

El despilfarro ha sido tal, agregó, que el año pasado la partida oficial dedicada a publicidad fue de 3.700 millones de peso, pero el monto se elevó hasta los 10.000 millones de pesos (unos 530 millones de dólares), apuntó.

Adicionalmente, también se recortarán plantillas en las distintas dependencias de Comunicación Social de las secretarías, pues según el próximo coordinador, algunas de ellas son un ejemplo de "burocracia enorme, pues se convirtieron en fuentes de empleo para pagar favores políticos".

Como ejemplo, explicó que la Secretaría de Hacienda cuenta hoy con unos 50 empleados en comunicación y que el próximo gobierno dejará esa cifra en cinco.

Durante el sexenio de Peña Nieto (2012-2018) también se gastaron unos 500 millones de pesos (unos 27 millones de dólares) solo en monitoreo de medios, lo que también se buscará reducir al extremo.

Ramírez Cuevas también negó que el próximo Gobierno busque sentar una línea editorial en los medios. Al contrario, apostó porque sean "transparentes para el público", y no escondan su ideología.

La nueva estrategia en comunicación busca reforzar, más si cabe, la figura de López Obrador, un "líder político y además un gran comunicador", que logró "imponer la agenda en términos de debate" desde inicio del año.

Un hombre que, pese a sus 64 años, maneja sus redes sociales y sabe llegar a la gente, también usando el humor, tanto en plazas públicas reales como digitales, indicó el próximo vocero, quien definió el izquierdista como "una figura histórica que aparece cada cien años" en México.

En su contra pueden jugar las "fake news" (noticias falsas), que el próximo Gobierno buscará contrarrestar con información veraz, a modo de "vacuna", para evitar que estos artículos erróneos, que a menudo buscan desestabilizar, trasciendan en la política o la economía.


El presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, no caerá en la tentación de usar Twitter para gobernar, ni tampoco responder a los exabruptos del mandatario estadounidense, Donald Trump, a través de las redes sociales.

"Gobernar por Twitter banaliza la política y devalúa el papel del presidente hacia los ciudadanos", afirmó hoy en entrevista con Efe Jesús Ramírez Cuevas, responsable de la estrategia de comunicación de López Obrador.

Ramírez Cuevas aseguró que no se responderá "un tuit con un tuit", pues ello supondría "sobredimensionar" las palabras de Trump, que usa Twitter para arremeter contra la migración o apremiar la construcción de un muro.

"No podemos caer en la trampa del tuit", remarcó Ramírez Cuevas, quien ocupará el puesto de coordinador de Comunicación Social del Gobierno de López Obrador a partir del próximo 1 de diciembre.

De esta manera, se buscará llevar una "comunicación diplomática" mucho más matizada y con profundidad, apostando por ruedas de prensa, declaraciones públicas o mensajes en video, indicó Ramírez Cuevas, con una larga trayectoria en prensa nacional e internacional.

Todo ello dentro de una estrategia de comunicación que promete ser un parteaguas en México, centrada en las redes sociales y la participación ciudadana, pero también en la austeridad.

Vamos hacia una comunicación bidireccional o multidireccional y democrática, a fin de acercar gobierno y sociedad. Es un diálogo más que un monólogo

apuntó el futuro vocero, licenciado en Ciencia Política en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

De esta manera, se busca una cercanía con el ciudadano e informar desde redes pero también desde espacios públicos y medios de comunicación para llegar a todos los rincones del país, incluidas las comunidades indígenas.

Este afán de "diversificación" contrasta con varios retos, uno de ellos, la austeridad gubernamental que prometió López Obrador durante la campaña electoral y reiteró tras su holgado triunfo con más del 50 % de los votos, en los comicios del 1 de julio.

"Ha habido un abuso de recursos públicos en materia de publicidad gubernamental" porque se usó para "premiar o castigar" a medios de comunicación según la línea editorial, aseveró Ramírez Cuevas.

En el nuevo Gobierno, continuó, se reducirá el 50 % del gasto en publicidad, aunque se intentará no impactar demasiado en los medios de comunicación porque hoy son muy dependientes de la publicidad gubernamental, aseguró.

El despilfarro ha sido tal, agregó, que el año pasado la partida oficial dedicada a publicidad fue de 3.700 millones de peso, pero el monto se elevó hasta los 10.000 millones de pesos (unos 530 millones de dólares), apuntó.

Adicionalmente, también se recortarán plantillas en las distintas dependencias de Comunicación Social de las secretarías, pues según el próximo coordinador, algunas de ellas son un ejemplo de "burocracia enorme, pues se convirtieron en fuentes de empleo para pagar favores políticos".

Como ejemplo, explicó que la Secretaría de Hacienda cuenta hoy con unos 50 empleados en comunicación y que el próximo gobierno dejará esa cifra en cinco.

Durante el sexenio de Peña Nieto (2012-2018) también se gastaron unos 500 millones de pesos (unos 27 millones de dólares) solo en monitoreo de medios, lo que también se buscará reducir al extremo.

Ramírez Cuevas también negó que el próximo Gobierno busque sentar una línea editorial en los medios. Al contrario, apostó porque sean "transparentes para el público", y no escondan su ideología.

La nueva estrategia en comunicación busca reforzar, más si cabe, la figura de López Obrador, un "líder político y además un gran comunicador", que logró "imponer la agenda en términos de debate" desde inicio del año.

Un hombre que, pese a sus 64 años, maneja sus redes sociales y sabe llegar a la gente, también usando el humor, tanto en plazas públicas reales como digitales, indicó el próximo vocero, quien definió el izquierdista como "una figura histórica que aparece cada cien años" en México.

En su contra pueden jugar las "fake news" (noticias falsas), que el próximo Gobierno buscará contrarrestar con información veraz, a modo de "vacuna", para evitar que estos artículos erróneos, que a menudo buscan desestabilizar, trasciendan en la política o la economía.


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