¿Y la soberanía judicial?
La extradición de Tomás Yarrington de Italia a Estados Unidos, me impuso la relectura parcial del libro “El American Dream”, de Enrique Berruga. “Una pesca abundante”, se titula el capítulo. “La noticia sacudió a México. Más de treinta políticos del país, algunos en activo y otros retirados, habían sido arrestados al momento de entrar en territorio de los Estados Unidos”.
El editorial de The Wall Street Journal, dice:” Ya era tiempo de arrestar a estos pillos que con sus acciones y corruptelas inundan a los Estados Unidos de gente sin esperanza. Si México no ha sido capaz de poner un alto a la corrupción y a la impunidad, Estados Unidos tiene el derecho y la obligación de hacerlo. Algún día, el pueblo mexicano nos lo agradecerá haberlo librado de una casta gobernante que históricamente lo ha traicionado”.
La hipótesis literaria se vuelve real, con la comparecencia de Yarrington en una corte federal de Texas. El exgobernador tamaulipeco, enfrenta el involucramiento con el cartel del Golfo y con los hermanos Beltrán Leyva, traficantes de cocaína. Por esas acciones debió ser juzgado en México; sólo que emprendió el vuelo. En Texas, es acusado de organización corrupta, lavado de dinero, fraude y declaraciones falsas a bancos estadounidenses.
“Un acuerdo, -se lee-, en La Jornada de antier, entre autoridades mexicanas y americanas, permite sea juzgado en Estados Unidos, y después solicitar su extradición. El consenso, es ventajoso.
Con la negativa italiana de complacer a la justicia mexicana extraditándolo a nuestro país, palmariamente quedó burlada la soberanía judicial. ¿Cuándo Yarrington será juzgado en México? La espera, se antoja larga.
Ignoro el derecho que tiene la justicia norteamericana de juzgar actos no cometidos en su territorio. Varios países la complacen, extraditando, o deteniendo sus agentes, delincuentes, con evidente violación a su soberanía. Hace valer su poder; ha extendido su brazo ejecutor.
Felipe Calderón dócilmente entregó a mexicanos sin cumplir penas impuestas por jueces nacionales. El gobierno actual, entregó al “Chapo Guzmán” .
Raro, es que a César Duarte, las autoridades de Estados Unidos no le hayan encontrado algún ilícito financiero. A los políticos de la prosa Berruguista, les hallaron depósitos bancarios de dudosa procedencia.
A este, lo cubre el manto de la impunidad, que reiteradamente Andrés Manuel López Obrador, se compromete abatir.
Injustificable, en este asunto, es que a la soberanía judicial mexicana, la ponga en entre dicho un poderoso funcionario federal, al no agilizar, la captura y extradición del catolicísimo político mexicano.
¿Encubrirlo, evitará que delate en qué gastó 250 millones de pesos, en 2012?
