/ viernes 17 de julio de 2020

De Análisis y Reflexión | 12 de julio, Día del Abogado

El pasado domingo como desde hace 60 años; está dedicado a la noble profesión del abogado, y es que un 12 de julio de 1553, se impartió por primera vez en el Continente Americano, una cátedra de Derecho por los licenciados Bartolomé Frías Albornoz y Francisco Cervantes de Salazar, juristas europeos que fundaron la Real Pontificia Universidad de México.

Aunque en este año del 2020 por primera ocasión en nuestro Estado se llevaron a cabo ceremonias para conmemorar el día del abogado de manera virtual; tres instituciones en las que me enorgullezco en pertenecer así lo hicieron: la Academia Mexiquense de Jurisprudencia “Lic. Guillermo Molina Reyes” que preside el Dr. Cristóbal Figueroa el día 10; el Colegio de Abogados del Edomex presidida por el Mtro. Enrique Lazaga Yamín el día 11 y la Facultad de Derecho de la UAEM por el Director Dr. José Dolores Alanís el mismo día 12.

En las ceremonias los dos Presidentes como oradores expresaron discursos alusivos a la necesidad de conmemorar el día del Abogado en la forma virtual, expresaron discursos excelsos y en el Colegio se entregaron reconocimientos a destacados juristas del Estado como al Lic. Juan Nava Arellano y al Dr. Humberto Benítez Treviño.

La ceremonia en la Facultad de Derecho fue como siempre brillante, teniendo como orador principal al Director de la propia Facultad Dr. José Dolores Alanís y el Subdirector de la institución Dr. Efrén Sánchez López hizo mención de reconocimientos muy justos y merecidos: Dr. José Martínez Pichardo; al Lic. Juan Nava Arellano y post mortem al Dr. Jesús Jardón Nava (QEPD); también la ceremonia y la entrega de reconocimientos fueron de forma virtual.

Esta pandemia ha golpeado mucho a los abogados, pues los órganos jurisdiccionales desde el mes de marzo han permanecido cerrados y eso ha afectado mucho el ingreso de nuestro gremio.

El Derecho es y debe seguir siendo, la materia fundamental en el ejercicio del Gobierno, en la convivencia social, pues es el medio para equilibrar a la sociedad, para evitar los excesos de poder, pero sobre todo para prevalecer la convivencia humana en libertad, en orden, en armonía, paz y en seguridad jurídica.

A los abogados nos corresponde, luchar para que, ante todo, en la sociedad mexicana prevalezca el Estado de Derecho, a los abogados nos corresponde, exigir que la ley se aplique lisa y llanamente, sin desviaciones, sin discriminaciones, sin dilaciones, pronta y expedita para quien viole la norma, para quien intente trasgredir la ley. Los abogados debemos, ante todo, procurar que la sociedad viva en esa máxima de derecho: "de dar a cada quien lo que le corresponde", ni más ni menos, sin privilegios de clase o de poder.

El abogado debe ser orgulloso de su profesión, jamás soberbio o vanidoso, pues bien señalaba Eduardo J. Couture: "Ama a tu profesión de tal manera que el día que tu hijo te pida un consejo sobre su destino, consideres un honor, proponerle que se haga abogado".

La vida del abogado permanentemente, está expuesta a las tentaciones y las flaquezas de la vida cotidiana, el obtener el título de abogado, es y debe ser, un alto honor, alejados de la corrupción, los sobornos, ya que la abogacía, tiene su gran basamento en la rectitud de la conciencia, si la persona humana, sólo se realiza plenamente cuando el abogado llega a cultivar lealtades, el abogado se realiza siempre que lucha por la justicia.

Nota: por vacaciones comunico que este “Análisis y Reflexión” volverá a aparecer para el próximo día viernes 31 de julio.

*Magistrado en retiro

El pasado domingo como desde hace 60 años; está dedicado a la noble profesión del abogado, y es que un 12 de julio de 1553, se impartió por primera vez en el Continente Americano, una cátedra de Derecho por los licenciados Bartolomé Frías Albornoz y Francisco Cervantes de Salazar, juristas europeos que fundaron la Real Pontificia Universidad de México.

Aunque en este año del 2020 por primera ocasión en nuestro Estado se llevaron a cabo ceremonias para conmemorar el día del abogado de manera virtual; tres instituciones en las que me enorgullezco en pertenecer así lo hicieron: la Academia Mexiquense de Jurisprudencia “Lic. Guillermo Molina Reyes” que preside el Dr. Cristóbal Figueroa el día 10; el Colegio de Abogados del Edomex presidida por el Mtro. Enrique Lazaga Yamín el día 11 y la Facultad de Derecho de la UAEM por el Director Dr. José Dolores Alanís el mismo día 12.

En las ceremonias los dos Presidentes como oradores expresaron discursos alusivos a la necesidad de conmemorar el día del Abogado en la forma virtual, expresaron discursos excelsos y en el Colegio se entregaron reconocimientos a destacados juristas del Estado como al Lic. Juan Nava Arellano y al Dr. Humberto Benítez Treviño.

La ceremonia en la Facultad de Derecho fue como siempre brillante, teniendo como orador principal al Director de la propia Facultad Dr. José Dolores Alanís y el Subdirector de la institución Dr. Efrén Sánchez López hizo mención de reconocimientos muy justos y merecidos: Dr. José Martínez Pichardo; al Lic. Juan Nava Arellano y post mortem al Dr. Jesús Jardón Nava (QEPD); también la ceremonia y la entrega de reconocimientos fueron de forma virtual.

Esta pandemia ha golpeado mucho a los abogados, pues los órganos jurisdiccionales desde el mes de marzo han permanecido cerrados y eso ha afectado mucho el ingreso de nuestro gremio.

El Derecho es y debe seguir siendo, la materia fundamental en el ejercicio del Gobierno, en la convivencia social, pues es el medio para equilibrar a la sociedad, para evitar los excesos de poder, pero sobre todo para prevalecer la convivencia humana en libertad, en orden, en armonía, paz y en seguridad jurídica.

A los abogados nos corresponde, luchar para que, ante todo, en la sociedad mexicana prevalezca el Estado de Derecho, a los abogados nos corresponde, exigir que la ley se aplique lisa y llanamente, sin desviaciones, sin discriminaciones, sin dilaciones, pronta y expedita para quien viole la norma, para quien intente trasgredir la ley. Los abogados debemos, ante todo, procurar que la sociedad viva en esa máxima de derecho: "de dar a cada quien lo que le corresponde", ni más ni menos, sin privilegios de clase o de poder.

El abogado debe ser orgulloso de su profesión, jamás soberbio o vanidoso, pues bien señalaba Eduardo J. Couture: "Ama a tu profesión de tal manera que el día que tu hijo te pida un consejo sobre su destino, consideres un honor, proponerle que se haga abogado".

La vida del abogado permanentemente, está expuesta a las tentaciones y las flaquezas de la vida cotidiana, el obtener el título de abogado, es y debe ser, un alto honor, alejados de la corrupción, los sobornos, ya que la abogacía, tiene su gran basamento en la rectitud de la conciencia, si la persona humana, sólo se realiza plenamente cuando el abogado llega a cultivar lealtades, el abogado se realiza siempre que lucha por la justicia.

Nota: por vacaciones comunico que este “Análisis y Reflexión” volverá a aparecer para el próximo día viernes 31 de julio.

*Magistrado en retiro