/ miércoles 10 de enero de 2024

Repique inocente | Un señor vestido de mujer

Si mis estimados cuatro lectores esperan que el arriba firmante se sume al debate nacional sobre el beso del presidente López Obrador a la diputada trans Salma Luévano, se va a quedar con un palmo de narices. Ustedes van a disculpar, pero a veces hay que recurrir a este tipo de tretas para atraer a algunos lectores más, que seguramente en este momento estarán abandonando la lectura. Ustedes dispensen: no fue mala intención. Ya saben, yo soy muy respetuoso y creo en la libertad y etcétera, etcétera…

En realidad quería decir que últimamente estamos más papistas que el Papa. Que cualquiera tiene que ser en extremo cuidadoso en lo que se refiere al lenguaje, porque andamos con la sensibilidad a flor de piel y nos ofendemos por muchas cosas que antes eran comunes y corrientes.

Cosas que antes nos parecían inofensivas y que hoy son políticamente incorrectas —es decir que puede ser considerado una falta de respeto para ciertos grupos de gente o que transgrede normas socialmente aceptadas—. Por ejemplo, la banda Café Tacuba decidió hace algún tiempo dejar de tocar su canción “Ingrata”, porque la letra se pronuncia por un feminicidio… cuando se compuso y cuando se grabó.

En una entrevista a un diario argentino, el grupo mexicano explicó que “la canción se basa en el sentido del humor. La inspiración tiene que ver con los corridos norteños, cuyas letras muchas veces narran historias que no tienen sentido del humor”… “Si genera una lectura incorrecta es algo que está más allá de la intención que tenía en su momento”. Y sí, revisada con criterios de hoy, una canción de hace 30 años es una apología del feminicidio. y si revisáramos La Martina, nadie se atrevería a cantar ese famoso corrido.

El otro día, por ejemplo, estaba viendo una entrevista con el grupo español Hombres G. Sus críticos dicen que canciones como “Sufre mamón” y “Voy a pasármelo bien” son homófobas y machistas. Ellos respondieron que hay “gente que se dedica a revisar el pasado en vez de intentar cambiar el presente o prepararnos para un futuro mejor. Deja el pasado en paz”.

Empezando por el lenguaje y los enunciados que utilizamos a diario, los que fuimos criados en otra época, debemos ser cuidadosos. Y aprender aquello del lenguaje incluyente y no sexista, por ejemplo. O qué es la discriminación directa. O que ya no le puede uno soltar con facilidad la palabra “manco” y otras semejantes.

Y así como se cuestionan letras de canciones del pasado, no tan lejano, tampoco se debería aceptar que la gente ande por la vida con canciones como las del tal Dani Flow —o como se escriba—, ante las que hasta “La Martina”, “Ingrata” y “Sufre Mamón” resultan de una poética elevada, insigne y sublime.

Por cierto, el título del presente no tiene que ver con nadie. No vaya a resultar que es un ataque de odio contra la comunidad transgénero. Y no, no es así. Era nomás por llamar la atención.

***

Director del noticiario Así Sucede de Grupo Acir Toluca. Gerente de Meganoticias Toluca.

Tips: felgonre@gmail.com. Twitter: @FelipeGlz.

Si mis estimados cuatro lectores esperan que el arriba firmante se sume al debate nacional sobre el beso del presidente López Obrador a la diputada trans Salma Luévano, se va a quedar con un palmo de narices. Ustedes van a disculpar, pero a veces hay que recurrir a este tipo de tretas para atraer a algunos lectores más, que seguramente en este momento estarán abandonando la lectura. Ustedes dispensen: no fue mala intención. Ya saben, yo soy muy respetuoso y creo en la libertad y etcétera, etcétera…

En realidad quería decir que últimamente estamos más papistas que el Papa. Que cualquiera tiene que ser en extremo cuidadoso en lo que se refiere al lenguaje, porque andamos con la sensibilidad a flor de piel y nos ofendemos por muchas cosas que antes eran comunes y corrientes.

Cosas que antes nos parecían inofensivas y que hoy son políticamente incorrectas —es decir que puede ser considerado una falta de respeto para ciertos grupos de gente o que transgrede normas socialmente aceptadas—. Por ejemplo, la banda Café Tacuba decidió hace algún tiempo dejar de tocar su canción “Ingrata”, porque la letra se pronuncia por un feminicidio… cuando se compuso y cuando se grabó.

En una entrevista a un diario argentino, el grupo mexicano explicó que “la canción se basa en el sentido del humor. La inspiración tiene que ver con los corridos norteños, cuyas letras muchas veces narran historias que no tienen sentido del humor”… “Si genera una lectura incorrecta es algo que está más allá de la intención que tenía en su momento”. Y sí, revisada con criterios de hoy, una canción de hace 30 años es una apología del feminicidio. y si revisáramos La Martina, nadie se atrevería a cantar ese famoso corrido.

El otro día, por ejemplo, estaba viendo una entrevista con el grupo español Hombres G. Sus críticos dicen que canciones como “Sufre mamón” y “Voy a pasármelo bien” son homófobas y machistas. Ellos respondieron que hay “gente que se dedica a revisar el pasado en vez de intentar cambiar el presente o prepararnos para un futuro mejor. Deja el pasado en paz”.

Empezando por el lenguaje y los enunciados que utilizamos a diario, los que fuimos criados en otra época, debemos ser cuidadosos. Y aprender aquello del lenguaje incluyente y no sexista, por ejemplo. O qué es la discriminación directa. O que ya no le puede uno soltar con facilidad la palabra “manco” y otras semejantes.

Y así como se cuestionan letras de canciones del pasado, no tan lejano, tampoco se debería aceptar que la gente ande por la vida con canciones como las del tal Dani Flow —o como se escriba—, ante las que hasta “La Martina”, “Ingrata” y “Sufre Mamón” resultan de una poética elevada, insigne y sublime.

Por cierto, el título del presente no tiene que ver con nadie. No vaya a resultar que es un ataque de odio contra la comunidad transgénero. Y no, no es así. Era nomás por llamar la atención.

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Director del noticiario Así Sucede de Grupo Acir Toluca. Gerente de Meganoticias Toluca.

Tips: felgonre@gmail.com. Twitter: @FelipeGlz.