/ martes 3 de abril de 2018

Rescate Tierra


Traición a la Patria y Deslealtad a la Patria

La definición de Estado Nación, considera para su constitución 3 elementos: Población, territorio y gobierno. La conjunción de los 3 en un acuerdo, dan el resultado de una Nación con características culturales que permiten la convivencia y orden, en el respeto a las leyes, los límites geográficos y la lealtad a quienes aceptan y asumen las normas que dan identidad, cuando se rompen, hay inestabilidad, inequidad, abuso, violencia.

La lealtad, implica el cumplimiento de las normas que garantizan la unidad y permanencia del Estado, para beneficio de la comunidad. La falta de lealtad a la Patria, es considerada traición y está tipificada en el artículo 108 de la Constitución Mexicana y 123 del Código Penal Federal.

Una deslealtad a la Patria, es una traición a los preceptos establecidos para beneficio personal o de agente externo a los intereses nacionales. Fomentar la guerra, la violencia, la corrupción de la sociedad para hacer negocios, ganar poder, ganar dinero o autoridad en agravio a México, a corto, mediano o largo plazo.

En tal contexto, las acusaciones y descréditos formulados en el proceso electoral de 2018, debería considerarse peligroso para la unidad nacional, porque muestra las razones para no creer en quienes han sido seleccionados por sus partidos, para contender por la Presidencia de la República o las representaciones de diputados federales, senadores y diputados locales.

Escuchamos de un líder obrero, cuyos antecedentes lo llevaron a buscar refugio en Canadá, de otra mujer sospechosa de secuestro y homicidio, de artistas que poco saben de gobierno, políticas públicas y leyes, pero su fama garantiza votos, porqué ahora no hay modo de presumir candidatos guapos. Leemos del enriquecimiento inexplicable de personajes políticos y del riesgo que corre nuestra economía de caer en sus manos.

El abuso del poder, ha generado tal descontento social, que los mecanismos de control han tenido que afinarse, en contra de las garantías individuales y los derechos humanos protegidos por nuestra Constitución, para garantizar la paz social, pero no para eliminar la corrupción y la violencia.

Hay más robos, más secuestros, más células delincuenciales, más gobernadores con sospecha de fraude, más temor a vivir en México. Se ha perdido la lealtad entre nosotros por el ejemplo, de quienes deben dar ejemplo. Por la necesidad de sobrevivir en una sociedad que se aleja de amor al ser humano, conforme crece el riesgo social, se pierden empleos, no hay buenos salarios y todos nos acusamos, porqué, si todos somos culpables, todos somos iguales y no pasa nada.

Ser leal, es una decisión personal. Ser desleal también. Sin embargo, la lealtad edifica, construye sociedad, confianza, amor, perdón, da oportunidad. La deslealtad, sólo da beneficios personales.

Un personaje desleal, Judas, entregó a su Maestro, no le importaron sus 11 compañeros, ni María, ni las personas sanadas, ni las enseñanzas de amor de Jesucristo. Su acción, colaboró a la destrucción de su Nación en aquel tiempo.

Termina la Semana Santa, comenzaron las campañas y ya se oye de traiciones y deslealtades, ojalá, cambien las cosas, para bien y no haya más Judas.


Traición a la Patria y Deslealtad a la Patria

La definición de Estado Nación, considera para su constitución 3 elementos: Población, territorio y gobierno. La conjunción de los 3 en un acuerdo, dan el resultado de una Nación con características culturales que permiten la convivencia y orden, en el respeto a las leyes, los límites geográficos y la lealtad a quienes aceptan y asumen las normas que dan identidad, cuando se rompen, hay inestabilidad, inequidad, abuso, violencia.

La lealtad, implica el cumplimiento de las normas que garantizan la unidad y permanencia del Estado, para beneficio de la comunidad. La falta de lealtad a la Patria, es considerada traición y está tipificada en el artículo 108 de la Constitución Mexicana y 123 del Código Penal Federal.

Una deslealtad a la Patria, es una traición a los preceptos establecidos para beneficio personal o de agente externo a los intereses nacionales. Fomentar la guerra, la violencia, la corrupción de la sociedad para hacer negocios, ganar poder, ganar dinero o autoridad en agravio a México, a corto, mediano o largo plazo.

En tal contexto, las acusaciones y descréditos formulados en el proceso electoral de 2018, debería considerarse peligroso para la unidad nacional, porque muestra las razones para no creer en quienes han sido seleccionados por sus partidos, para contender por la Presidencia de la República o las representaciones de diputados federales, senadores y diputados locales.

Escuchamos de un líder obrero, cuyos antecedentes lo llevaron a buscar refugio en Canadá, de otra mujer sospechosa de secuestro y homicidio, de artistas que poco saben de gobierno, políticas públicas y leyes, pero su fama garantiza votos, porqué ahora no hay modo de presumir candidatos guapos. Leemos del enriquecimiento inexplicable de personajes políticos y del riesgo que corre nuestra economía de caer en sus manos.

El abuso del poder, ha generado tal descontento social, que los mecanismos de control han tenido que afinarse, en contra de las garantías individuales y los derechos humanos protegidos por nuestra Constitución, para garantizar la paz social, pero no para eliminar la corrupción y la violencia.

Hay más robos, más secuestros, más células delincuenciales, más gobernadores con sospecha de fraude, más temor a vivir en México. Se ha perdido la lealtad entre nosotros por el ejemplo, de quienes deben dar ejemplo. Por la necesidad de sobrevivir en una sociedad que se aleja de amor al ser humano, conforme crece el riesgo social, se pierden empleos, no hay buenos salarios y todos nos acusamos, porqué, si todos somos culpables, todos somos iguales y no pasa nada.

Ser leal, es una decisión personal. Ser desleal también. Sin embargo, la lealtad edifica, construye sociedad, confianza, amor, perdón, da oportunidad. La deslealtad, sólo da beneficios personales.

Un personaje desleal, Judas, entregó a su Maestro, no le importaron sus 11 compañeros, ni María, ni las personas sanadas, ni las enseñanzas de amor de Jesucristo. Su acción, colaboró a la destrucción de su Nación en aquel tiempo.

Termina la Semana Santa, comenzaron las campañas y ya se oye de traiciones y deslealtades, ojalá, cambien las cosas, para bien y no haya más Judas.