/ martes 18 de septiembre de 2018

Rescate Tierra


Reflexiones ambientales y económicas con amigos

Allá por los años noventa charlé con Lucero Garcíamoreno –quien ya partió con Dios- sobre su estancia en Canadá y cómo los poderes fácticos del mundo habían cambiado. Desde entonces se sabía que el gobierno de las naciones no sólo estaba en manos de una clase política, conocedora de movimientos y necesidades sociales con las cuales se relacionaba para mantener el equilibrio en la paz y crecimiento del Estado. El verdadero poder se asentó en la economía, en la gran riqueza mundial acumulada por algunas manos e instituciones, con la capacidad de desestabilizar social, financiera y políticamente a los países que no se plegaran a su agenda y lo demostraron con las crisis económicas provocadas en México, Brasil, Argentina y hasta Estados Unidos, conocidas algunas como efecto tequila y zamba.

Blindarse para resistir los ataques financieros de los grandes corporativos mundiales requirió fortalecer las finanzas públicas, procurando reducir las deudas externa e interna de México, lo que se logró durante dos sexenios. Lo que no se pudo fue detener la destrucción sistemática de nuestro rico ecosistema nacional. Grandes socavones crecieron en la explotación de minas. Montes y bosques fueron arrasados para construir fraccionamientos y ganar dinero con la madera. Los ríos fueron derivados para proveer de agua a las grandes ciudades y las explotaciones mineras.

Obligar a que los intereses económicos coincidan con los intereses ecológicos no es tarea fácil. Demostrar que la destrucción constante de nuestra ecología daña el medio ambiente incrementa el calentamiento global, pone en riesgo el abasto de agua y alimentos y empobrece a los ciudadanos con menos posibilidades de subsistencia, no es difícil. Lo complicado es sensibilizar a los poderosos para que comprendan que un pueblo empobrecido reducirá sus ganancias, generará inestabilidad social y nos pondrá a merced de los intereses económicos de los corporativos financieros, dueños de la hegemonía mundial.

Reflexione sobre el tema mientras escuchaba a Jorge Rescala, actual secretario de Medio Ambiente del Estado de México, me comentó que somos ejemplo en programas de interés forestal en Latinoamérica. Vi su interés y acciones para colaborar en el gobierno de Alfredo del Mazo para proteger nuestros bosques, ríos, lagunas, tierras, aire. Intentando provocar en grupos de poder, organizaciones de la sociedad civil y organismos internacionales un espíritu de colaboración y compromiso resultado de la educación para proteger nuestra riqueza ecológica, para que la sociedad no se empobrezca más y haya seguridad en una estabilidad ambiental sana, donde todos hagamos algo, denunciemos lo que está mal, promovamos lo bueno y obliguemos al trabajo conjunto entre sociedad, gobierno y poder económico.


Reflexiones ambientales y económicas con amigos

Allá por los años noventa charlé con Lucero Garcíamoreno –quien ya partió con Dios- sobre su estancia en Canadá y cómo los poderes fácticos del mundo habían cambiado. Desde entonces se sabía que el gobierno de las naciones no sólo estaba en manos de una clase política, conocedora de movimientos y necesidades sociales con las cuales se relacionaba para mantener el equilibrio en la paz y crecimiento del Estado. El verdadero poder se asentó en la economía, en la gran riqueza mundial acumulada por algunas manos e instituciones, con la capacidad de desestabilizar social, financiera y políticamente a los países que no se plegaran a su agenda y lo demostraron con las crisis económicas provocadas en México, Brasil, Argentina y hasta Estados Unidos, conocidas algunas como efecto tequila y zamba.

Blindarse para resistir los ataques financieros de los grandes corporativos mundiales requirió fortalecer las finanzas públicas, procurando reducir las deudas externa e interna de México, lo que se logró durante dos sexenios. Lo que no se pudo fue detener la destrucción sistemática de nuestro rico ecosistema nacional. Grandes socavones crecieron en la explotación de minas. Montes y bosques fueron arrasados para construir fraccionamientos y ganar dinero con la madera. Los ríos fueron derivados para proveer de agua a las grandes ciudades y las explotaciones mineras.

Obligar a que los intereses económicos coincidan con los intereses ecológicos no es tarea fácil. Demostrar que la destrucción constante de nuestra ecología daña el medio ambiente incrementa el calentamiento global, pone en riesgo el abasto de agua y alimentos y empobrece a los ciudadanos con menos posibilidades de subsistencia, no es difícil. Lo complicado es sensibilizar a los poderosos para que comprendan que un pueblo empobrecido reducirá sus ganancias, generará inestabilidad social y nos pondrá a merced de los intereses económicos de los corporativos financieros, dueños de la hegemonía mundial.

Reflexione sobre el tema mientras escuchaba a Jorge Rescala, actual secretario de Medio Ambiente del Estado de México, me comentó que somos ejemplo en programas de interés forestal en Latinoamérica. Vi su interés y acciones para colaborar en el gobierno de Alfredo del Mazo para proteger nuestros bosques, ríos, lagunas, tierras, aire. Intentando provocar en grupos de poder, organizaciones de la sociedad civil y organismos internacionales un espíritu de colaboración y compromiso resultado de la educación para proteger nuestra riqueza ecológica, para que la sociedad no se empobrezca más y haya seguridad en una estabilidad ambiental sana, donde todos hagamos algo, denunciemos lo que está mal, promovamos lo bueno y obliguemos al trabajo conjunto entre sociedad, gobierno y poder económico.