/ sábado 10 de octubre de 2020

Resignificado de lo DDHH | Del matrimonio igualitario como un derecho humano

Ser libre no solo es romper tus cadenas, sino vivir respetando y mejorando la libertad de los demás.Nelson Mandela

La libertad es la capacidad humana de obrar según la propia voluntad; es una facultad inherente al ser humano y cada uno tiene la autonomía para ser, creer, crear, actuar, amar y formar una familia con quien desee.

Así como el sexo y la raza tienen que ver con los aspectos esenciales de la identidad de las personas, la identidad de género y la orientación sexual también inciden en el núcleo del derecho a la integridad física y mental de las personas.

En la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México estamos a favor del matrimonio igualitario, es decir, del matrimonio entre personas del mismo sexo, y abogamos por su reconocimiento en la Constitución local porque nuestro deber es la protección de los derechos de los grupos minoritarios y vulnerables frente al avasallamiento de las mayorías.

Ni la ley, ni nadie, deben atar a las personas a cadenas de prejuicios, dogmas y creencias anacrónicas; que el matrimonio civil permanezca como una institución predominantemente heterosexual, no significa que sea el único modelo de unión en pareja.

Dejemos de alimentar la homofobia, la discriminación y la exclusión, pues la falta de respeto a los derechos de la comunidad LGBTTTI, incluyendo el matrimonio civil entre personas del mismo sexo, se coloca en el ámbito de los derechos humanos.

El matrimonio como institución ha de evolucionar al ritmo de la transformación social; sostener a la fuerza un solo modelo de unión es un estancamiento que limita al acceso, disfrute y progresividad de los derechos humanos.

El matrimonio igualitario es una prerrogativa reconocida en el orden internacional y en nuestro país. En 2009 la Ciudad de México aprobó el matrimonio para parejas del mismo sexo y, en 2010, la Suprema Corte de Justicia de la Nación determinó la validez de estos matrimonios, declarando la obligación de los demás estados de la República de reconocerlos como válidos. Las y los mexiquenses deben contar con un marco jurídico que garantice el ejercicio pleno de esta prerrogativa.

Acceder al matrimonio da acceso al disfrute de más derechos: a la libertad de expresión, al libre desarrollo de la personalidad, a la no discriminación, a la protección de la familia, a la seguridad social, a la atención médica, a la pensión por viudez, a las guarderías, a la toma de decisiones médicas, a la propiedad…

Las parejas del mismo sexo no están pidiendo privilegios, reclaman igual trato jurídico; garantizar su derecho es un acto de justicia, una necesidad imperiosa. El Estado de México es grande y a esa grandeza deben sumarse los atributos de diversidad, igualdad, dignidad y humanidad.


Presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México

Fb y Tw: JorgeOlveraG

Ser libre no solo es romper tus cadenas, sino vivir respetando y mejorando la libertad de los demás.Nelson Mandela

La libertad es la capacidad humana de obrar según la propia voluntad; es una facultad inherente al ser humano y cada uno tiene la autonomía para ser, creer, crear, actuar, amar y formar una familia con quien desee.

Así como el sexo y la raza tienen que ver con los aspectos esenciales de la identidad de las personas, la identidad de género y la orientación sexual también inciden en el núcleo del derecho a la integridad física y mental de las personas.

En la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México estamos a favor del matrimonio igualitario, es decir, del matrimonio entre personas del mismo sexo, y abogamos por su reconocimiento en la Constitución local porque nuestro deber es la protección de los derechos de los grupos minoritarios y vulnerables frente al avasallamiento de las mayorías.

Ni la ley, ni nadie, deben atar a las personas a cadenas de prejuicios, dogmas y creencias anacrónicas; que el matrimonio civil permanezca como una institución predominantemente heterosexual, no significa que sea el único modelo de unión en pareja.

Dejemos de alimentar la homofobia, la discriminación y la exclusión, pues la falta de respeto a los derechos de la comunidad LGBTTTI, incluyendo el matrimonio civil entre personas del mismo sexo, se coloca en el ámbito de los derechos humanos.

El matrimonio como institución ha de evolucionar al ritmo de la transformación social; sostener a la fuerza un solo modelo de unión es un estancamiento que limita al acceso, disfrute y progresividad de los derechos humanos.

El matrimonio igualitario es una prerrogativa reconocida en el orden internacional y en nuestro país. En 2009 la Ciudad de México aprobó el matrimonio para parejas del mismo sexo y, en 2010, la Suprema Corte de Justicia de la Nación determinó la validez de estos matrimonios, declarando la obligación de los demás estados de la República de reconocerlos como válidos. Las y los mexiquenses deben contar con un marco jurídico que garantice el ejercicio pleno de esta prerrogativa.

Acceder al matrimonio da acceso al disfrute de más derechos: a la libertad de expresión, al libre desarrollo de la personalidad, a la no discriminación, a la protección de la familia, a la seguridad social, a la atención médica, a la pensión por viudez, a las guarderías, a la toma de decisiones médicas, a la propiedad…

Las parejas del mismo sexo no están pidiendo privilegios, reclaman igual trato jurídico; garantizar su derecho es un acto de justicia, una necesidad imperiosa. El Estado de México es grande y a esa grandeza deben sumarse los atributos de diversidad, igualdad, dignidad y humanidad.


Presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México

Fb y Tw: JorgeOlveraG

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