/ lunes 16 de julio de 2018

#TodoComunica


Las claves: posicionamiento y percepción

Uno de los factores periodísticos que más atrae la atención es la expectación, el suspenso. Saber qué ocurrirá en el transcurso de los días, semanas, meses o años, puede mantener al auditorio atento a hechos, declaraciones, noticias, y se convierte en factor estratégico para posicionar un tema, una institución o un personaje.

Con ese elemento –porque aún no puede ejecutar decisiones de gobierno- ha operado Andrés Manuel López Obrador. Desde el primero de julio ha tomado el control de la “agenda pública”. Medios de comunicación que durante varios años lo cuestionaban, atacaban y descalificaban, ahora le “otorgan” primeras planas, las noticias centrales en la radio y la televisión.

Podría parecer que hay un acuerdo explícito del gobierno federal para retroceder en la opinión pública y aplicar aquella expresión ceremonial de origen francés, que se empleaba en la sucesión del trono por herencia y que obligaba el cambio inmediato del poder: “El Rey ha muerto, ¡Viva el Rey!”.

Dejar espacio al “virtual presidente” de la República (porque será “presidente electo” hasta que reciba su constancia de mayoría) también podría explicarse porque se ha entendido que pretender ganar o mantener espacios en los medios de comunicación es inútil. Quizá piensan que el tiempo se agotó y todo aquello que no se hizo en cinco años y medio, ya no tiene caso intentarlo y lo mejor es “fluir”.

Dick Morris, en su libro “Juegos de Poder”, explica: “Para algunos líderes, el arte de la política no se relaciona con el movimiento, sino con el posicionamiento. Más apasionados con sus ideas que con los tejes y manejes de la política, se agazapan en su lugar a la espera del momento oportuno para imponer su ideología, profundamente convencidos de que este seguramente llegará (…) Estas figuras esperan que una posición hoy insostenible, mañana resulte inevitable, a medida que los acontecimientos fuerzan las cosas en esa dirección”.

Añade: “La clave, para ellos, es monopolizar y fortificar su posición, de modo de que sean ellos su principal defensor y puedan acceder, sin rivales, al poder, demostrando de ese modo que siempre habían estado en el buen camino”. ¿Le suena familiar?

Ese es el objetivo de desaparecer las áreas de comunicación social de las instancias del gobierno, así como eliminar las delegaciones federales en las entidades. Concentrar ambas operaciones, llevará –naturalmente- a un cambio ideológico, que si el resto de los actores políticos no comprende, quedarán fuera del escenario. Las claves son posicionamiento y percepción.

PERCEPCIÓN

Al perder la “elección consecutiva”, ¿las autoridades ya no taparán los baches y le dejarán el paquete a la siguiente administración?, ¿hasta enero? Los ciudadanos siempre pagamos “los platos rotos”.


Las claves: posicionamiento y percepción

Uno de los factores periodísticos que más atrae la atención es la expectación, el suspenso. Saber qué ocurrirá en el transcurso de los días, semanas, meses o años, puede mantener al auditorio atento a hechos, declaraciones, noticias, y se convierte en factor estratégico para posicionar un tema, una institución o un personaje.

Con ese elemento –porque aún no puede ejecutar decisiones de gobierno- ha operado Andrés Manuel López Obrador. Desde el primero de julio ha tomado el control de la “agenda pública”. Medios de comunicación que durante varios años lo cuestionaban, atacaban y descalificaban, ahora le “otorgan” primeras planas, las noticias centrales en la radio y la televisión.

Podría parecer que hay un acuerdo explícito del gobierno federal para retroceder en la opinión pública y aplicar aquella expresión ceremonial de origen francés, que se empleaba en la sucesión del trono por herencia y que obligaba el cambio inmediato del poder: “El Rey ha muerto, ¡Viva el Rey!”.

Dejar espacio al “virtual presidente” de la República (porque será “presidente electo” hasta que reciba su constancia de mayoría) también podría explicarse porque se ha entendido que pretender ganar o mantener espacios en los medios de comunicación es inútil. Quizá piensan que el tiempo se agotó y todo aquello que no se hizo en cinco años y medio, ya no tiene caso intentarlo y lo mejor es “fluir”.

Dick Morris, en su libro “Juegos de Poder”, explica: “Para algunos líderes, el arte de la política no se relaciona con el movimiento, sino con el posicionamiento. Más apasionados con sus ideas que con los tejes y manejes de la política, se agazapan en su lugar a la espera del momento oportuno para imponer su ideología, profundamente convencidos de que este seguramente llegará (…) Estas figuras esperan que una posición hoy insostenible, mañana resulte inevitable, a medida que los acontecimientos fuerzan las cosas en esa dirección”.

Añade: “La clave, para ellos, es monopolizar y fortificar su posición, de modo de que sean ellos su principal defensor y puedan acceder, sin rivales, al poder, demostrando de ese modo que siempre habían estado en el buen camino”. ¿Le suena familiar?

Ese es el objetivo de desaparecer las áreas de comunicación social de las instancias del gobierno, así como eliminar las delegaciones federales en las entidades. Concentrar ambas operaciones, llevará –naturalmente- a un cambio ideológico, que si el resto de los actores políticos no comprende, quedarán fuera del escenario. Las claves son posicionamiento y percepción.

PERCEPCIÓN

Al perder la “elección consecutiva”, ¿las autoridades ya no taparán los baches y le dejarán el paquete a la siguiente administración?, ¿hasta enero? Los ciudadanos siempre pagamos “los platos rotos”.