/ lunes 22 de abril de 2019

#TodoComunica

La realidad empieza a alcanzarle. Los deseos y las buenas intenciones no son suficientes para transformar una realidad que agobia a más personas. Los “abrazos y no balazos” quedaron como frase de campaña que no encuentra sujeción en la realidad. Los hechos superan a los dichos.

Aquel encuentro “mañanero” del periodista, Jorge Ramos, con el presidente, Andrés Manuel López Obrador, donde le cuestionó las cifras con respecto a la inseguridad, ha tenido repercusión. De acuerdo con información del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de

Seguridad Pública, en el país han asesinado a 8 mil 737 personas, entre enero y marzo de este año, con datos actualizados hasta el sábado 20 de abril.

Lamentablemente, el Estado de México se ubica en el segundo lugar con 769 homicidios, por debajo de Guanajuato que registró 947 víctimas. Baja California, Jalisco, Chihuahua y Ciudad de México siguen en la estadística, que en el resultado total haría de este primer trimestre del año, el más violento desde que se inició el registro de ese fenómeno en el país.

Es ahí donde aquella oferta de “sacar al ejército de las calles” debió guardarse en el baúl, porque el presidente se encontró con lo que en realidad sucede: No somos un país seguro y lamentablemente parece que no hay forma de contenerlo.

La creación de la Guardia Nacional –cuyos costos de operación deberán pagar tanto los ayuntamientos como los gobiernos estatales, de acuerdo con el dictamen aprobado en el Congreso de la Unión- es una medida urgente para tratar de contener la anormalidad que vivimos.

La reciente masacre (matanza conjunta de muchas personas por lo general indefensas) ocurrida en Minatitlán, Veracruz, es un ejemplo. Un comando armado ingresó a una fiesta privada en la palapa “El Potro” de la colonia Obrero, para buscar a una persona que perseguían por una confrontación entre grupos criminales. Ejecutaron a 13 personas, entre ellas un bebé de un año.

A golpe de “mañaneras”, el presidente López Obrador insiste en crear su propia historia y los periodistas reales -quienes investigan diariamente lo que sucede en diferentes ámbitos-, hacen su trabajo y muestran que la realidad es diferente a la que él cuenta.

Y en ese contexto, las redes sociales –aprovechando las potencialidades de la tecnología- juegan su parte. Este domingo, ante el surgimiento de los hashtags #AMLORENUNCIA y #RenunciaAMLO surgió la contraparte #AmloElPuebloTeApoya. Cada uno construyó su historia. Ambos fueron tendencias globales en Twitter.

El hecho es que hay más actos violentos que se producen con más saña. La realidad sigue ahí.

PERCEPCIÓN

Las tendencias en redes sociales no modifican los hechos. Lo que el gobierno no resuelve, la comunicación no lo repara.

La realidad empieza a alcanzarle. Los deseos y las buenas intenciones no son suficientes para transformar una realidad que agobia a más personas. Los “abrazos y no balazos” quedaron como frase de campaña que no encuentra sujeción en la realidad. Los hechos superan a los dichos.

Aquel encuentro “mañanero” del periodista, Jorge Ramos, con el presidente, Andrés Manuel López Obrador, donde le cuestionó las cifras con respecto a la inseguridad, ha tenido repercusión. De acuerdo con información del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de

Seguridad Pública, en el país han asesinado a 8 mil 737 personas, entre enero y marzo de este año, con datos actualizados hasta el sábado 20 de abril.

Lamentablemente, el Estado de México se ubica en el segundo lugar con 769 homicidios, por debajo de Guanajuato que registró 947 víctimas. Baja California, Jalisco, Chihuahua y Ciudad de México siguen en la estadística, que en el resultado total haría de este primer trimestre del año, el más violento desde que se inició el registro de ese fenómeno en el país.

Es ahí donde aquella oferta de “sacar al ejército de las calles” debió guardarse en el baúl, porque el presidente se encontró con lo que en realidad sucede: No somos un país seguro y lamentablemente parece que no hay forma de contenerlo.

La creación de la Guardia Nacional –cuyos costos de operación deberán pagar tanto los ayuntamientos como los gobiernos estatales, de acuerdo con el dictamen aprobado en el Congreso de la Unión- es una medida urgente para tratar de contener la anormalidad que vivimos.

La reciente masacre (matanza conjunta de muchas personas por lo general indefensas) ocurrida en Minatitlán, Veracruz, es un ejemplo. Un comando armado ingresó a una fiesta privada en la palapa “El Potro” de la colonia Obrero, para buscar a una persona que perseguían por una confrontación entre grupos criminales. Ejecutaron a 13 personas, entre ellas un bebé de un año.

A golpe de “mañaneras”, el presidente López Obrador insiste en crear su propia historia y los periodistas reales -quienes investigan diariamente lo que sucede en diferentes ámbitos-, hacen su trabajo y muestran que la realidad es diferente a la que él cuenta.

Y en ese contexto, las redes sociales –aprovechando las potencialidades de la tecnología- juegan su parte. Este domingo, ante el surgimiento de los hashtags #AMLORENUNCIA y #RenunciaAMLO surgió la contraparte #AmloElPuebloTeApoya. Cada uno construyó su historia. Ambos fueron tendencias globales en Twitter.

El hecho es que hay más actos violentos que se producen con más saña. La realidad sigue ahí.

PERCEPCIÓN

Las tendencias en redes sociales no modifican los hechos. Lo que el gobierno no resuelve, la comunicación no lo repara.