/ lunes 19 de diciembre de 2022

#TodoComunica | Ataque a la libertad de prensa. Toda la sociedad pierde 

Cualquier atentado contra el ejercicio pleno de las libertades de expresión y de prensa debe ser condenado, y -sobre todo- cuando se pretende quitarle la vida a un periodista. El pasado jueves 15 de diciembre, cerca de la medianoche, Ciro Gómez Leyva fue víctima de una agresión a balazos y se salvó por viajar en una camioneta blindada que le asignaron en 2017 en la empresa donde trabaja; sin embargo, 17 periodistas no corrieron con la misma suerte durante este año y les asesinaron.

La organización Artículo 19 -que promueve la defensa y el pleno ejercicio de la libertad de prensa- condenó los hechos en contra de Gómez Leyva, y subrayó la necesidad de que se elimine el estigma en contra de periodistas y comunicadores, promovido personalmente por el presidente, Andrés Manuel López Obrador. “Serviría mucho que el presidente se abstenga de estigmatizar a la prensa, eso ayudaría mucho”, expresó Leopoldo Maldonado, presidente en México de la organización internacional, en entrevista con W Radio.

“Alguien trató de matarme, no sé quién ni por qué”, expresó Ciro Gómez durante su programa informativo del viernes por la mañana y al día siguiente -el sábado- las primeras planas de los diarios editados en la capital del país mostraron las condenas de comunicadores y periodistas.

El Sol de México informó que la Alianza de Medios Mx alertó del peligro que representa para la democracia en el país “la tendencia que coloca a 2022 como el año con la cifra más alta de periodistas asesinados”; mientras la Comisión Nacional de Derechos Humanos activó el protocolo de atención para Gómez Leyva.

Lamentablemente, no siempre se alcanza esa resonancia cuando asesinan a una o un periodista en México, identificado como “el país más mortífero del mundo” para quienes ejercen la profesión sin estar en situación de guerra. El Comité para la Protección de Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés) indica que este país tiene la mayor cifra de periodistas asesinados.

Cuando matan a una persona que ejerce el periodismo hay condenas, muchas quizá, pero hay más impunidad. El CPJ calcula en 78 % el nivel de impunidad absoluta cuando hay crímenes de esa naturaleza. El Observatorio de Periodistas Asesinados de la UNESCO advierte que “la impunidad trae consigo más asesinatos y, a menudo, es síntoma de un recrudecimiento del conflicto, del quebrantamiento de la ley y del desmoronamiento del sistema judicial”.

Los reclamos públicos no “viven” más allá de horas o un par de días. Las autoridades condenan los ataques, pero poco hacen para garantizar el pleno ejercicio de las libertades de expresión y prensa. La mala noticia es que no se observa que esa circunstancia se modifique para bien y, en ese caso, toda la sociedad perdemos.

PERCEPCIÓN

Felices fiestas decembrinas. Que 2023 sea un año pleno de todo lo mejor.

Profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UAEMéx.

Presidente del Consejo Ciudadano del Sistema Mexiquense de Medios Públicos. Twitter: @RJoyaC

Cualquier atentado contra el ejercicio pleno de las libertades de expresión y de prensa debe ser condenado, y -sobre todo- cuando se pretende quitarle la vida a un periodista. El pasado jueves 15 de diciembre, cerca de la medianoche, Ciro Gómez Leyva fue víctima de una agresión a balazos y se salvó por viajar en una camioneta blindada que le asignaron en 2017 en la empresa donde trabaja; sin embargo, 17 periodistas no corrieron con la misma suerte durante este año y les asesinaron.

La organización Artículo 19 -que promueve la defensa y el pleno ejercicio de la libertad de prensa- condenó los hechos en contra de Gómez Leyva, y subrayó la necesidad de que se elimine el estigma en contra de periodistas y comunicadores, promovido personalmente por el presidente, Andrés Manuel López Obrador. “Serviría mucho que el presidente se abstenga de estigmatizar a la prensa, eso ayudaría mucho”, expresó Leopoldo Maldonado, presidente en México de la organización internacional, en entrevista con W Radio.

“Alguien trató de matarme, no sé quién ni por qué”, expresó Ciro Gómez durante su programa informativo del viernes por la mañana y al día siguiente -el sábado- las primeras planas de los diarios editados en la capital del país mostraron las condenas de comunicadores y periodistas.

El Sol de México informó que la Alianza de Medios Mx alertó del peligro que representa para la democracia en el país “la tendencia que coloca a 2022 como el año con la cifra más alta de periodistas asesinados”; mientras la Comisión Nacional de Derechos Humanos activó el protocolo de atención para Gómez Leyva.

Lamentablemente, no siempre se alcanza esa resonancia cuando asesinan a una o un periodista en México, identificado como “el país más mortífero del mundo” para quienes ejercen la profesión sin estar en situación de guerra. El Comité para la Protección de Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés) indica que este país tiene la mayor cifra de periodistas asesinados.

Cuando matan a una persona que ejerce el periodismo hay condenas, muchas quizá, pero hay más impunidad. El CPJ calcula en 78 % el nivel de impunidad absoluta cuando hay crímenes de esa naturaleza. El Observatorio de Periodistas Asesinados de la UNESCO advierte que “la impunidad trae consigo más asesinatos y, a menudo, es síntoma de un recrudecimiento del conflicto, del quebrantamiento de la ley y del desmoronamiento del sistema judicial”.

Los reclamos públicos no “viven” más allá de horas o un par de días. Las autoridades condenan los ataques, pero poco hacen para garantizar el pleno ejercicio de las libertades de expresión y prensa. La mala noticia es que no se observa que esa circunstancia se modifique para bien y, en ese caso, toda la sociedad perdemos.

PERCEPCIÓN

Felices fiestas decembrinas. Que 2023 sea un año pleno de todo lo mejor.

Profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UAEMéx.

Presidente del Consejo Ciudadano del Sistema Mexiquense de Medios Públicos. Twitter: @RJoyaC