/ lunes 20 de abril de 2020

#TodoComunica | Reputación sujeta al desempeño

“No tengo derecho a fallar”. Así lo dijo el presidente, Andrés Manuel López Obrador, el primero de diciembre de 2018 ante el Congreso de la Unión. Esas palabras adquieren mayor dimensión, cuando –al igual que otras naciones en el mundo- el país enfrenta una pandemia de proporciones aún incalculables.

Desde el primer contagio -registrado formalmente el 1 de diciembre de 2019 en Wuhan, China-, debieron tomarse decisiones estratégicas para reducir la propagación de Covid-19. Era imposible evitar que nos afectara; sin embargo, las primeras expresiones del presidente descalificaron la magnitud y gravedad de la pandemia, que hasta este momento reporta más de 2.3 millones de contagios en el mundo y la muerte de más de 160 mil personas. En México se han reportado 650 muertes hasta la mañana de ayer domingo. La cifra es mayor este lunes y la Ciudad de México casi ha saturado sus hospitales.

Lamentablemente nuestro país no podía evadir los contagios por Covid-19, que en un principio eran por “importación”, pero después ocurrieron los contagios locales, que han tenido un aumento exponencial; tanto que la Asociación Nacional de Directores de Funerarias (ANDF) se alista para atender –en el periodo de máxima incidencia- hasta 600 muertes diarias en el país, reportó la Agencia Proceso.

Si bien es responsabilidad de todos reducir la propagación del virus –que se transmite de persona a persona-, al gobierno le corresponde liderar a la sociedad para afrontar la crisis, equiparable a la “gripe española” registrada hace poco más de 100 años.

Más allá de lo que indiquen las encuestas –que refieren la aprobación a la gestión del presidente por debajo del 50 por ciento-, para él y su proyecto es fundamental que preserve su “reputación”, definida por Kenneth A. Shepsle como “el compendio de las aptitudes especializadas de un individuo en cuanto líder: refleja no solo su bagaje de experiencia y predisposiciones políticas sino también sus rasgos de carácter, probidad y talento”, y añade que “el líder ofrece su reputación como una garantía cuando asume la responsabilidad del liderazgo: su reputación queda sobre la mesa, por así decirlo, y aumentará o se empañará sobre la base de su desempeño”.

PERCEPCIÓN

En noviembre de 2018 publiqué esta reflexión derivada del triunfo del presidente López Obrador: “El respaldo que obtuvo en las elecciones (30 millones de votos) le ofrece margen de maniobra para modificar las decisiones o los anuncios iniciales, pero es claro que su objetivo es mantener y acrecentar ese apoyo, por lo que no dudará –si así se necesita para fortalecer su proyecto- en enjuiciar a servidores públicos del actual gobierno. Al tiempo.”

Ahora ya investigan a colaboradores cercanos al ex presidente, Enrique Peña Nieto e incluso –dicen- a él y su familia. ¿Llegó el tiempo?

Profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UAEMéx.

Twitter: @RJoyaC / Instagram: joya.ricardo11

“No tengo derecho a fallar”. Así lo dijo el presidente, Andrés Manuel López Obrador, el primero de diciembre de 2018 ante el Congreso de la Unión. Esas palabras adquieren mayor dimensión, cuando –al igual que otras naciones en el mundo- el país enfrenta una pandemia de proporciones aún incalculables.

Desde el primer contagio -registrado formalmente el 1 de diciembre de 2019 en Wuhan, China-, debieron tomarse decisiones estratégicas para reducir la propagación de Covid-19. Era imposible evitar que nos afectara; sin embargo, las primeras expresiones del presidente descalificaron la magnitud y gravedad de la pandemia, que hasta este momento reporta más de 2.3 millones de contagios en el mundo y la muerte de más de 160 mil personas. En México se han reportado 650 muertes hasta la mañana de ayer domingo. La cifra es mayor este lunes y la Ciudad de México casi ha saturado sus hospitales.

Lamentablemente nuestro país no podía evadir los contagios por Covid-19, que en un principio eran por “importación”, pero después ocurrieron los contagios locales, que han tenido un aumento exponencial; tanto que la Asociación Nacional de Directores de Funerarias (ANDF) se alista para atender –en el periodo de máxima incidencia- hasta 600 muertes diarias en el país, reportó la Agencia Proceso.

Si bien es responsabilidad de todos reducir la propagación del virus –que se transmite de persona a persona-, al gobierno le corresponde liderar a la sociedad para afrontar la crisis, equiparable a la “gripe española” registrada hace poco más de 100 años.

Más allá de lo que indiquen las encuestas –que refieren la aprobación a la gestión del presidente por debajo del 50 por ciento-, para él y su proyecto es fundamental que preserve su “reputación”, definida por Kenneth A. Shepsle como “el compendio de las aptitudes especializadas de un individuo en cuanto líder: refleja no solo su bagaje de experiencia y predisposiciones políticas sino también sus rasgos de carácter, probidad y talento”, y añade que “el líder ofrece su reputación como una garantía cuando asume la responsabilidad del liderazgo: su reputación queda sobre la mesa, por así decirlo, y aumentará o se empañará sobre la base de su desempeño”.

PERCEPCIÓN

En noviembre de 2018 publiqué esta reflexión derivada del triunfo del presidente López Obrador: “El respaldo que obtuvo en las elecciones (30 millones de votos) le ofrece margen de maniobra para modificar las decisiones o los anuncios iniciales, pero es claro que su objetivo es mantener y acrecentar ese apoyo, por lo que no dudará –si así se necesita para fortalecer su proyecto- en enjuiciar a servidores públicos del actual gobierno. Al tiempo.”

Ahora ya investigan a colaboradores cercanos al ex presidente, Enrique Peña Nieto e incluso –dicen- a él y su familia. ¿Llegó el tiempo?

Profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UAEMéx.

Twitter: @RJoyaC / Instagram: joya.ricardo11