/ domingo 19 de julio de 2020

Vox Populi | Corrupción y crisis


En medio de la emergencia sanitaria y económica, observaremos el juicio histórico de corrupción de destacados miembros del gabinete peñista, encabezados por Emilio Lozoya (ex director de Pemex). A falta de empleos o mayor seguridad, tendremos espectáculos políticos. El Presidente se anticipa a sus adversarios, e impone su narrativa: estas conmigo o contra mi; estas a favor de la transformación o a favor del régimen de corrupción del pasado. Al parecer, la oposición mordió el anzuelo, y se ha subido al ring del eje ideológico de la corrupción, principal fortaleza de AMLO, en detrimento de ejes temáticos como la crisis económica, el manejo del coronavirus o la seguridad pública, frentes abiertos de la llamada 4T.

De seguir la inercia, vamos a una emergencia nacional por la combinación de una crisis sistémica de tipo sanitaria, económica y social. El coronavirus continúa creciendo, y el pico de la pandemia que representaría la mitad de los casos aún no llega. Estimaciones sobre el pico de la pandemia, como la del matemático Arturo Erdely apuntan al mes de diciembre. En la medida que se ha alargado la pandemia, la estrategia gubernamental ha venido perdiendo fuerza.


El principal objetivo ha sido no sobrepasar la capacidad hospitalaria, y a nivel nacional se ha cumplido, pues en promedio alcanza el 50% a mitad de julio. Sin embargo, estados como Nuevo León, Tabasco y Nayarit se encuentran en el 82%, 80%, y 72% de ocupación hospitalaria según datos oficiales, y de no ceder la pandemia podrían colapsarse rápidamente. En el otro extremo, Queretaro y Zacatecas registran apenas 19% de ocupación hospitalaria, mientras que entidades densamente pobladas como Estado de México y ciudad de México alcanzan el 50% de camas ocupadas.


En el objetivo de evitar fallecimientos por COVID 19, y poder recuperar la normalidad después del aislamiento, los resultados han sido cuestionados por la subestimación y transparencia de datos, y la falta de estrategia para convocar a la reactivación económica. Con todo y que se ha reconocido un déficit en los decesos registrados, México alcanza más de 36 mil muertos, ocupa el 4o lugar a nivel global. La respuesta oficial destaca que los fallecimientos por millón de habitantes ubican a México en el 14 lugar con 272 muertos por millón de habitantes. Lo malo es que aún no hemos visto el pico de la pandemia, y al final, el subregistro de fallecidos no podrá esconderse.


La ansiada reapertura ha provocado mayor movilidad, y relajación de las medidas sanitarias entre la población por lo que es previsible que veamos un repunte a finales de mes. La reapertura prematura provocó que 5 estados que estaban en semáforo naranja (apertura de ciertas actividades como restaurantes) regresen al semáforo rojo (confinamiento). Los datos sobre una fuerte caída del PIB, personas que han perdido su principal fuente de ingresos son aterradores, y representan millones de historias personales y familiares que pasarán meses muy duros a nivel económico y social. Urge el apoyo del gobierno con el ingresó único universal por unos meses a quienes perdieron su empleo en esta crisis.


Es probable que de cara a julio de 2021, veremos más casos que busquen tocar fibras sensibles de una parte de la opinión pública sedienta de justicia. Lamentablemente esto no logrará que desaparezca el coronavirus, los millones de desempleados, o la creciente inseguridad. El juicio público a la corrupción podría llegar a los expresidentes, un movimiento que podría ser popular entre la base dura que apoya al Presidente, y amortiguar el riesgo de inestabilidad social provocado por la más grande recesión económica de los últimos cien años, con efectos devastadores para millones de mexicanos, la mayoría de bajos ingresos.


En medio de la emergencia sanitaria y económica, observaremos el juicio histórico de corrupción de destacados miembros del gabinete peñista, encabezados por Emilio Lozoya (ex director de Pemex). A falta de empleos o mayor seguridad, tendremos espectáculos políticos. El Presidente se anticipa a sus adversarios, e impone su narrativa: estas conmigo o contra mi; estas a favor de la transformación o a favor del régimen de corrupción del pasado. Al parecer, la oposición mordió el anzuelo, y se ha subido al ring del eje ideológico de la corrupción, principal fortaleza de AMLO, en detrimento de ejes temáticos como la crisis económica, el manejo del coronavirus o la seguridad pública, frentes abiertos de la llamada 4T.

De seguir la inercia, vamos a una emergencia nacional por la combinación de una crisis sistémica de tipo sanitaria, económica y social. El coronavirus continúa creciendo, y el pico de la pandemia que representaría la mitad de los casos aún no llega. Estimaciones sobre el pico de la pandemia, como la del matemático Arturo Erdely apuntan al mes de diciembre. En la medida que se ha alargado la pandemia, la estrategia gubernamental ha venido perdiendo fuerza.


El principal objetivo ha sido no sobrepasar la capacidad hospitalaria, y a nivel nacional se ha cumplido, pues en promedio alcanza el 50% a mitad de julio. Sin embargo, estados como Nuevo León, Tabasco y Nayarit se encuentran en el 82%, 80%, y 72% de ocupación hospitalaria según datos oficiales, y de no ceder la pandemia podrían colapsarse rápidamente. En el otro extremo, Queretaro y Zacatecas registran apenas 19% de ocupación hospitalaria, mientras que entidades densamente pobladas como Estado de México y ciudad de México alcanzan el 50% de camas ocupadas.


En el objetivo de evitar fallecimientos por COVID 19, y poder recuperar la normalidad después del aislamiento, los resultados han sido cuestionados por la subestimación y transparencia de datos, y la falta de estrategia para convocar a la reactivación económica. Con todo y que se ha reconocido un déficit en los decesos registrados, México alcanza más de 36 mil muertos, ocupa el 4o lugar a nivel global. La respuesta oficial destaca que los fallecimientos por millón de habitantes ubican a México en el 14 lugar con 272 muertos por millón de habitantes. Lo malo es que aún no hemos visto el pico de la pandemia, y al final, el subregistro de fallecidos no podrá esconderse.


La ansiada reapertura ha provocado mayor movilidad, y relajación de las medidas sanitarias entre la población por lo que es previsible que veamos un repunte a finales de mes. La reapertura prematura provocó que 5 estados que estaban en semáforo naranja (apertura de ciertas actividades como restaurantes) regresen al semáforo rojo (confinamiento). Los datos sobre una fuerte caída del PIB, personas que han perdido su principal fuente de ingresos son aterradores, y representan millones de historias personales y familiares que pasarán meses muy duros a nivel económico y social. Urge el apoyo del gobierno con el ingresó único universal por unos meses a quienes perdieron su empleo en esta crisis.


Es probable que de cara a julio de 2021, veremos más casos que busquen tocar fibras sensibles de una parte de la opinión pública sedienta de justicia. Lamentablemente esto no logrará que desaparezca el coronavirus, los millones de desempleados, o la creciente inseguridad. El juicio público a la corrupción podría llegar a los expresidentes, un movimiento que podría ser popular entre la base dura que apoya al Presidente, y amortiguar el riesgo de inestabilidad social provocado por la más grande recesión económica de los últimos cien años, con efectos devastadores para millones de mexicanos, la mayoría de bajos ingresos.