Un estudio publicado en la revista American Anthropologist señala que el 46% de las culturas en el mundo practican el beso de forma apasionada o romántica con su pareja.
Algunas investigaciones refieren que besar es un acto presente en la naturaleza, ya que se ha observado en aves que chocan sus picos en señal de amor, por su parte los simios los usan para relajarse y sobre todo reconciliarse.
Pero en el caso de los seres humanos lo hacen como consecuencia de la evolución, no obstante los filematólogos (los estudiosos del beso) creen que los besos no fueron un medio de supervivencia, sino también para promover el vínculo social y una expresión de amor.
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De igual forma el beso es una práctica aprendida, más de la mitad de las culturas en el mundo no se besan de manera pasional, además existe una fuerte correlación entre la frecuencias del beso romántico-sexual y la complejidad social relativa de una sociedad.
Hay evidencias de que el beso ya estaba presente en los antiguos pueblos semíticos (Medio Oriente) hace más de 4 mil años, en la antigua Grecia y Roma era casi desconocido, pero ya tenía su significado de amor y afecto, en la Edad Media era respeto y admiración.
Fue en el Romanticismo donde el beso se generalizó al dejar de ser una práctica privada y pasar a ser un elemento estético.
No obstante para las otras culturas donde el beso no figura es una práctica desagradable, especialmente para las tribus cazadoras y recolectoras.
Lo cierto es que en las culturas occidentales celebran cada 6 de julio el Día Internacional del Beso Robado, en Gran Bretaña desde el siglo XIX, pero además cada 13 de abril corresponde al Día Internacional del Beso.
