/ viernes 24 de mayo de 2019

Cómic norteamericano: Del Nacionalismo y otras excentricidades

Para muchos especialistas una sus finalidades “ocultas” es implantar un modo de pensar en pro de sus ideales y valores


Los cómics son un medio expresivo que mezcla imágenes con textos en sucesivas viñetas para generar una narrativa visual basada en ilustraciones. Su importancia es tal que en tiempos donde la lectura ha ido perdiendo interés, los jóvenes son uno de sus consumidores principales. En este punto es donde podemos interpretar que pueden ser capaces de moldear la ideología de la población por medio de “mensajes ocultos”.

Lo anterior no es algo descabellado pues T. Adorno (1968) no sólo consideraba a la cultura popular como la manifestación artística que se adapta al pensamiento del grueso de la población, sino que también la concebía como el resultado de una complicada maquinaria puesta al servicio del mercado para conseguir la pervivencia del sistema capitalista.

Por si no lo viste | Sátira con hambre de justicia social

Aterrizando esta idea en el mundo del cómic estadounidense podríamos decir que una sus finalidades “ocultas” son implantar un modo de pensar y ver a nuestro entorno. Muestra de ello es que la mayoría de los cómics de este país exaltan los ideales y valores de esa sociedad así como el nacionalismo de la misma, materializados en la figura de los superhéroes.

Propaganda entre líneas

Como parte de una expresión artística en serie se le puede considerar como un ejemplo de propaganda en su máxima expresión, sobretodo si tomamos en cuenta que muchos de sus personajes más representativos son arquetipos con facha de un buen samaritano americano, patriota y con moral inquebrantable.

Carlos Buendia Moreno, periodista español, afirmó que este tipo de contenidos no miden su alcances a nivel personal en los niños ya que al final del día, los héroes en leotardo no eran tan diferentes a los villanos que se encargaban de combatir, inspirando el sentido nacionalista venenoso que su contraparte poseía. Básicamente se convirtieron en lo que juraron destruir.

Dos de los superheroes estelares en este rubro fueron Capitán América y Superman quienes fueron usados por sus respectivas casas productoras para “promover” la democracia y la libertad además de condenar el fascismo y la supremacía europea. A través de números especiales hicieron sentir a toda una generación de niños partícipes de una lucha armada por medio del sentido nacional de pertenencia y orgullo.

¿Creadores de ideologías?

Fredric Wertham un psiquiatra alemán, en su libro Seduction of the innocent, explica que los superheroes realizan continuas transgresiones a las reglas del Estado de derecho, situándose al margen de la ley y aplicando su propia concepción de la justicia.

“Al tener una alta carga ideológica los cómics deben ser considerados altamente perjudiciales para los menores. No sólo exageran atribuciones físicas como la superfuerza o la capacidad de volar sino que también pueden llegar a alterar aspectos históricos por medio de viajes en el tiempo”.

También puedes leer | Hexvessel: Lo cuentos universales de la naturaleza y espíritus ocultos

Wertham concluía que Superman representaba el ideal nacionalsocialista del superhombre, basado en una interpretación tergiversada de la filosofía de Nietzsche. De hecho, irónicamente decía que la S de su uniforme bien podría sustituirse por una doble S, en clara alusión a las fuerzas represoras de los nazis.

Por esto y muchas más razones un sector de la comunidad científica señala que los cómics pueden ser perjudiciales aunque la única verdad apunta a que todo depende de la carga cultural y social que contemos a la hora de emprender la aventura en este mundo de fantasía.


Los cómics son un medio expresivo que mezcla imágenes con textos en sucesivas viñetas para generar una narrativa visual basada en ilustraciones. Su importancia es tal que en tiempos donde la lectura ha ido perdiendo interés, los jóvenes son uno de sus consumidores principales. En este punto es donde podemos interpretar que pueden ser capaces de moldear la ideología de la población por medio de “mensajes ocultos”.

Lo anterior no es algo descabellado pues T. Adorno (1968) no sólo consideraba a la cultura popular como la manifestación artística que se adapta al pensamiento del grueso de la población, sino que también la concebía como el resultado de una complicada maquinaria puesta al servicio del mercado para conseguir la pervivencia del sistema capitalista.

Por si no lo viste | Sátira con hambre de justicia social

Aterrizando esta idea en el mundo del cómic estadounidense podríamos decir que una sus finalidades “ocultas” son implantar un modo de pensar y ver a nuestro entorno. Muestra de ello es que la mayoría de los cómics de este país exaltan los ideales y valores de esa sociedad así como el nacionalismo de la misma, materializados en la figura de los superhéroes.

Propaganda entre líneas

Como parte de una expresión artística en serie se le puede considerar como un ejemplo de propaganda en su máxima expresión, sobretodo si tomamos en cuenta que muchos de sus personajes más representativos son arquetipos con facha de un buen samaritano americano, patriota y con moral inquebrantable.

Carlos Buendia Moreno, periodista español, afirmó que este tipo de contenidos no miden su alcances a nivel personal en los niños ya que al final del día, los héroes en leotardo no eran tan diferentes a los villanos que se encargaban de combatir, inspirando el sentido nacionalista venenoso que su contraparte poseía. Básicamente se convirtieron en lo que juraron destruir.

Dos de los superheroes estelares en este rubro fueron Capitán América y Superman quienes fueron usados por sus respectivas casas productoras para “promover” la democracia y la libertad además de condenar el fascismo y la supremacía europea. A través de números especiales hicieron sentir a toda una generación de niños partícipes de una lucha armada por medio del sentido nacional de pertenencia y orgullo.

¿Creadores de ideologías?

Fredric Wertham un psiquiatra alemán, en su libro Seduction of the innocent, explica que los superheroes realizan continuas transgresiones a las reglas del Estado de derecho, situándose al margen de la ley y aplicando su propia concepción de la justicia.

“Al tener una alta carga ideológica los cómics deben ser considerados altamente perjudiciales para los menores. No sólo exageran atribuciones físicas como la superfuerza o la capacidad de volar sino que también pueden llegar a alterar aspectos históricos por medio de viajes en el tiempo”.

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Wertham concluía que Superman representaba el ideal nacionalsocialista del superhombre, basado en una interpretación tergiversada de la filosofía de Nietzsche. De hecho, irónicamente decía que la S de su uniforme bien podría sustituirse por una doble S, en clara alusión a las fuerzas represoras de los nazis.

Por esto y muchas más razones un sector de la comunidad científica señala que los cómics pueden ser perjudiciales aunque la única verdad apunta a que todo depende de la carga cultural y social que contemos a la hora de emprender la aventura en este mundo de fantasía.

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