Las circunstancias que se viven por la pandemia del Covid-19 obligaron a muchas empresas en México a migrar al home office o esquemas híbridos de trabajo, lo que ha traído como consecuencia que se desvaneciera la línea que divide el espacio personal y laboral.
Según datos de la bolsa de empleo OCCMundial, actualmente solo el 23% de los colaboradores continúa con sus labores de manera presencial y aunque el 47% de los profesionistas mexicanos reconoce que mejoró su estilo de vida al trabajar desde casa, cinco de cada 10 no ha tenido oportunidad de tomar vacaciones desde que inició la emergencia sanitaria.
Por su parte la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) detalla que de la fuerza de trabajo actual, el 63% de los mexicanos ha sufrido estrés laboral, con impactos físicos como dolor de cabeza, cansancio constante y prolongado.
A lo anterior se suman problemas visuales, malestar estomacal, tensión o dolor muscular y problemas psicológicos como angustia, irritabilidad, ansiedad, insomnio, así como la falta de motivación y de concentración.
Por lo tanto los padecimientos que predominan dentro del home office son: burnout, que es el agotamiento físico y mental que experimenta una persona tras largas jornadas de trabajo y estrés.
En tanto que el estrés laboral es el resultado del conjunto de reacciones físicas y mentales del trabajador cuando se ve sometido a factores externos que superan su capacidad de enfrentarse a ellos.
El insomnio y la depresión son otras de las enfermedades, así como el sobrepeso, problemas alimenticios y ortopédicos, este último debido a que en casa no se cuenta con los aditamentos necesarios (como sillas, escritorio, entre otros) para hacerle frente a la jornada laboral.