La rabia es una enfermedad viral mortal pero prevenible, se transmite por contacto directo de la saliva de animales portadores con heridas recién abiertas en la piel de infinidad de especies, aunque el perro es el principal transmisor en todo el mundo.
Pero es en la temporada de calor cuando se presentan más casos, pero no están relacionados con las altas temperaturas, sino con los ciclos de reproducción propios de los perros, señala Jorge Francisco Monroy López, profesor de la Facultad de Medicina de la UNAM.
Se vacuna en la época de calor porque el virus tiene mayor posibilidad de contagiarse cuando los perros están juntos, a mayor luz solar, de forma natural los perros y muchas otras especies tienen su ciclo reproductivo porque es buena época, en cuanto a clima y demás, para que nazcan sus cachorros, refirió el especialista universitario.
No obstante los cachorros pueden nacer en cualquier época del año, pero la mayor frecuencia es durante la primavera que es una buena época para su desarrollo.
Por lo tanto, Monroy López, señaló que no solo es importante llevar las mascotas a vacunar, sino seguir la asesoría de un médico veterinario cuando se tenga cualquier tipo de animal (gatos, caballos, tortugas, reptiles, etc.) y así tener una sana convivencia.
Los síntomas
Los cambios de comportamiento en las mascotas es un buen indicio a tomar en cuenta, pero si se trata de un animal silvestre es importante estudiar sus hábitos para evitar cualquier sorpresa.
Incluso las aves se pueden enfermar aunque no pueden trasmitir la rabia, los carnívoros son los principales transmisores.
Existen dos tipos de rabia: una es la paralítica o pasiva que se caracteriza porque los animales están tristes, echados y casi se dejan morir, mientras que la agresiva (se enojan con mucha facilidad) es la más conocida, pero hay casos donde los animales presentan ambos cuadros clínicos.
Los animales que tienen la rabia agresiva su mirada se empieza a ver perdida, las pupilas tienen diferente tamaño y el animal está hipersensible a todo el ambiente, como rechazo a la luz, ruido, busca los lugares encerrados, sufre parálisis de músculos y no puede beber agua, empiezan a babear, no pueden tragar ni siquiera su saliva.
Los vínculos afectivos con la familia desaparecen ya que pueden agredir a su propio dueño y finalmente se quedan quietos, normalmente mueren de un paro cardiorespiratorio.