La mayoría de los psicólogos coincide en que es muy difícil diagnosticar trastornos mentales en los adolescentes porque se encuentran en una etapa de conformación de su personalidad y de reafirmación de su identidad, señaló Yazmín Escobar Tapia, investigadora de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM).
Muchos teóricos afirman que a los adolescentes no se les pueden diagnosticar trastornos sino solamente síntomas y derivado de este proceso de reafirmación de identidad y conformación de la personalidad pueden llegar a presentar síntomas de depresión y síntomas maníacos que no necesariamente conforman el cuadro, pues son propios de la edad.
En esta etapa de acoplarse, el adolescente puede presentar una especie de sufrimiento que viene de no saber quién es, a dónde va, y aunque ello no es una regla, la estadística señala que se presenta en la mayoría de los adolescentes.
Yazmín Escobar Tapia, psicóloga y maestra en Criminología y Criminalística, resaltó que los adolescentes aceptan con mucha más frecuencia que los adultos la terapia con el psicólogo, porque prefieren hablar de sus dudas, conflictos y problemas con un extraño que no los va a cuestionar que con los padres, pero son éstos quienes se rehúsan porque “le va a decir que no le presto atención, que me la paso bebiendo todo el fin de semana, que no hay armonía en la familia, etcétera”-
Además, explicó que, generalmente, las enfermedades mentales se manifiestan en la infancia y para detectarlas o confirmar los diagnósticos deben trabajar juntos el psicólogo, el psiquiatra y, en su momento, canalizar al paciente con el neurólogo o el especialista que amerite.
Por otra parte, la investigadora de la UAEM subrayó que aunque es poco recomendable, algunos síntomas de depresión, de ansiedad o de otro tipo en los adolescentes pueden tratarse con medicamentos, pero se debe ser muy cuidadoso de las dosis y la frecuencia, pues las sustancias que se utilizan en psiquiatría suelen ser de cantidades muy bajas y prescritas por poco tiempo.
Advirtió el peligro de no vigilar la ingesta adecuada de los medicamentos, pues en México somos muy dados a recurrir a la automedicación y a combinar los fármacos que me dio el anterior especialista con los que me receta el actual, con la creencia de que “me pueden dar mejor resultado”.
Finalmente, consideró que cuando el adolescente tiene la posibilidad de acudir con el psicólogo no sólo se compromete a asistir a las terapias, sino a trabajar en sí mismo, porque al fin y al cabo el éxito de una terapia es el que alcance el paciente con su trabajo de introspección, de corrección o reafirmación de conductas, valores y habilidades para ser mejor ser humano.