Un nuevo estudio de los Centros de Integración Juvenil (CIJ) detectó un aumento en el número de adolescentes mexiquenses que han probado el vapeo en los últimos meses, el cual podría estar impulsando el uso de la nicotina.
Fernanda Rivera, presidenta del Patronato del Centro de Integración Juvenil de Naucalpan, comentó que los cigarrillos electrónicos, que pareciera son menos dañinos, en realidad son más peligrosos por los químicos que se utilizan, pues incluso son de sabores.
“Ese tipo de cigarros son un riesgo, sobre todo si se consumen de manera usual, porque es una droga de inicio que en muchas casas lo tienen, pues se cree que no hace daño", explicó.
El vapeo es el uso de un dispositivo alimentado por baterías llamado cigarrillo electrónico que calienta un líquido para obtener un vapor que se puede inhalar y contiene nicotina (la droga adictiva del tabaco).
Los cigarrillos electrónicos también se pueden usar con marihuana, aceite de hachís u otras sustancias.
Desde hace unos meses, el Instituto Mexiquense de Salud Mental y Adicciones (IMSAMA) ha registrado un aumento en las solicitudes de atención de adolescentes de 14 a 17 años de edad por el uso frecuente de vapeadores y cigarros electrónicos o dispensadores de nicotina de este tipo.
Algunos daños a la salud son problemas respiratorios, síndrome de abstinencia o supresión por la abrupta suspensión, así como irritación de la mucosa oral, aunque los efectos negativos no se observan de forma inmediata, pero el consumo crónico aumenta el riesgo a largo plazo.
La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) también ha advertido sobre el engaño publicitario con el cual se difunde que los vapeadores son una alternativa contra el tabaquismo, pues también inducen a la adicción de la nicotina, de acuerdo con un estudio científico realizado por el Laboratorio Nacional de Referencia de Cofepris, donde por primera vez se analizó el contenido de las sustancias empleadas en estos dispositivos.
Fernanda Rivera comentó que el consumo de mariguana entre los jóvenes aumentó, y en los Centros de Integración Juvenil atiende a consumidores de metanfetaminas (cristal); en tanto, de fentanilo no se hatenido ningún caso.
“El consumo se encuentra en chicos de 14, 15 y 16 años y otros que han recurrido a las sustancias, eran usuarios experimentales”, aseguró.
Asimismo, la titular del Centro de Integración Juvenil explicó que las drogas de primer inicio como alcohol y tabaco, lo tienen al alcance los menores, incluso en su propio hogar y hay casos de niños de nueve años que ya son consumidores.
Comentó que las drogas de inicio ya están llegando a las primarias y recordó que el cigarro y alcohol se pueden encontrar en las fiestas de nivel primaria y secundaria.
“En preparatoria ya combinan sustancias mucho más fuertes, que buscan generar otro tipo de experiencias en los jóvenes”.
La institución dedicada a la prevención, tratamiento, rehabilitación, investigación científica y formación de especialistas en materia de consumo de droga, trabaja en coordinación con el DIF municipal y la Procuraduría de Defensa del Menor.
Entre ambas instancias se implementan las medidas preventivas o si se requiere tratamiento con autorización de los padres o la familia responsable.
Fernanda Rivera recordó que los Centros de Integración Juvenil tienen protocolos establecidos por la Secretaría de Salud, Seguridad Pública y van de la mano con las autoridades municipales.
La organización Comunicación, Diálogo y Conciencia (CODICE) alertó el año pasado que en el Estado de México se exhibían cajetillas de cigarros en tiendas cercanas a escuelas y se colocaban junto a dulces, con la intención de que los vieran las y los niños para captarlos como consumidores.
El 31 de mayo el Gobierno federal prohibió la circulación y comercialización de los vapeadores y advirtió que ocasionaban graves daños a la salud, pues, además de afectar al consumidor, repercute en el derecho al medio ambiente sano, al ser una fuente de contaminación adicional, y causa efectos en la salud de los individuos que se encuentran en el mismo entorno y de la sociedad en general, además de lesionar el interés superior de la niñez, al inducirla al consumo de sustancias nocivas
