/ lunes 2 de abril de 2018

Hostigamiento y acoso en transporte, mal que crece

Las formas más comunes son las miradas, hasta llegar a los agravios físicos; sobre el tema los transportistas opinan que el servicio rosa es una posibilidad


Toluca, México.- El transcurso de la unidad 45 en un día cualquiera avanza sin contratiempo. A bordo, el camión está al tope, como ocurre en el transporte público mexiquense. Es el escenario idóneo para que el hostigamiento y acoso sexual tomen lugar, sobre todo en contra de mujeres.

Las condiciones del servicio público permite que hombres y mujeres extrañas convivan en una misma unidad, lo que hace un factor propicio para este ilícito, también la inseguridad que permea en la entidad, reflejada en los asaltos y la decadencia cultural en la sociedad mexiquense, según coinciden especialistas.

Un asalto en el transporte público, en un alto porcentaje culmina en abuso y violación de mujeres, según los casos documentos por la Cámara Nacional del Autotransporte Pasaje y Turismo (Canapat).

Entre 2010 y 2012 tuvo lugar una de las historias más aterradoras en contra de mujeres mexiquenses a bordo del transporte, y que se reveló hasta que César Armando Librado, “El Coqueto” fue detenido. Un asesino serial a quien se le achacaron al menos ocho violaciones de jovencitas en el transporte público en el municipio de Tlalnepantla.

Según los estudios y entrevistas realizadas en su momento a Librado Legorreta, sus complejos amorosos por el abandono de una mujer, lo llevaron a abusar de las pasajeras que abordaban su unidad, a quienes hostigaba con la mirada para luego realizar sus maniobras de ataque.


'No me mires más las piernas'

Estefanía supo de los distintos rostros del acoso y el hostigamiento la vez que volteó a ver a su lado en el asiento del camión que tomó de su casa al trabajo. La unidad 82 de Xinantécatl, la llevaría de Metepec al centro de Toluca. Un recorrido de unos 40 minutos, con horario pico que obligaría a Fanny a ir de pie, compartiendo hilera con hombres.

“Es impotencia y temor que paraliza, que evita actuar en el instante, el cual pronto se convierte en enojo, se piensa ¿qué podría haber hecho? ¿por qué lo permití? Te reprimes por no pedir ayuda”, revela la usuaria, de quien se usa un seudónimo para proteger su identidad.

El hostigamiento, revela Estefanía sube al camión todos los días, puede ir vestido de traje, en jóvenes serios, también de personas vulgares que lanzan piropos con las miradas.

“Se me acercó un caballero vestido de traje en el autobús lleno mientras el chofer dice que nos arrinconemos, y me pegaba el hombro mientras se frotaba”, hila sus memorias la víctima.

Otros episodios, son aún más crudos: “En el asiento junto a mí, un hombre bajó sus pantalones y se comenzó a masturbar mostrando sus partes, aunque el camión llevaba niños que lo pudieran ver”, el acoso persiste entre desconocidos.

Estefanía decidió romper el silencio, pero se dio cuenta que no había victimario a quien acusar, pues a bordo del transporte todo es fortuito y pocos deciden denunciar lo que ocurre por temor.

La Canapat en sus estadísticas señala que más del 90% de los delitos que se cometen en las unidades no se denuncian, lo que obliga a la cifra negra.

Foto ilustrativa.

La psicología del abuso

De acuerdo con Mary Carmen Ibarra Ortega, psicóloga y especialista en psicoterapia humanista, el hostigamiento sexual es la forma más fácil de agresión en contra de la mujer, ya sea en la vía pública o en escenarios cerrados como las unidades del transporte público.

Comienza con miradas fijas y obscenas, y sigue con los tocamientos involuntarios, precisa la especialista.

“La mayoría de los casos, es porque la persona no sabe establecer relación en distintos aspectos de su vida y la mayoría de hombres tienen una cultura machista”, argumentó Ibarra Ortega.

Enlista que pese a que el hostigamiento es uno de los actos considerados ilícitos más comunes en contra de las mujeres, no es considerado un trastorno sexual y se asimila como una conducta normal.


El fracaso del transporte rosa

En noviembre del 2012 el Gobierno estatal puso en operación el Mexibús 1 con el corredor Tecámac-Ecatepec y en mayo de 2013 el Mexibús 3 con el corredor Chimalhuacán-Pantitlán que consistía en dar un servicio exclusivamente para mujeres.

Ese mismo año se anunció la puesta en marcha de taxis rosa en el Valle de Toluca, e incluso se propuso para líneas urbanas de servicio colectivo.

Actualmente ninguno de los servicios operan y están suspendidos hasta que haya un nuevo proyecto con recursos para reintegrarlo, informó la Secretaría de Movilidad.

La Semov no ha dado a conocer los motivos por los que dicho programa dejó de operar, sin embargo sostuvo que actualmente se encuentra en valoración para reactivarlo en algunos municipios.

En la opinión de los transportistas, el transporte rosa es inviable y ayuda en poca a reducir los ilícitos en contra de las mujeres.

Alejandro Hernández, presidente de la empresa Xinantécatl afirmó que el primer problema que presenta el sistema, es que la demanda de los usuarios en horarios pico, impide que se clasifiquen unidades especiales para un tipo de pasajero. Lo que obligaría a saturar unidades y otras dejarlas en bajo uso.

“En horarios pico, como empresa tendrías que enviar dos camiones a la misma hora, uno para atender la demanda de usuarios en general y otra exclusivamente para mujeres, eso nos colapsaría”, explicó el transportista en entrevista vía telefónica.

También opina que aunque habría una reducción en el número de asaltos, la violencia persistiría, pues los grupos del crimen también operan con mujeres.

“También intervienen mujeres asaltantes, sería muy fácil que una mujer se levante de su asiento, y exija al chofer abrir la puerta para que suban sus cómplices”, argumentó el presidente de Xinantécatl.

En este análisis coincide Osvaldo Martínez González, presidente de Agrupaciones de Taxistas Unidos del Estado de México (ATUEM), quien sostuvo que no hay una plantilla suficiente de mujeres operadoras para lanzar un programa en todo el estado.

“La propuesta de hace cinco años, era que los taxis rosa, fueran operados por mujeres exclusivamente, pero no hubo respuesta de las mujeres para operar las unidades, en la calle no da resultado”, advirtió el líder de la asociación que adhiera a cerca de 60 agrupaciones en el Valle de Toluca

Foto ilustrativa.

La propuesta rosa

Según el esquema de operatividad del programa Transporte Rosa, estaba diseñado para ofrecer seguridad, rapidez y eficiencia a todas las usuarias y sería un transporte exclusivo para mujeres en la modalidad de Transporte Masivo de la entidad.

En los requisitos se precisaba que las mujeres podrían abordar con menores de 12 años de edad y adultos mayores sin importar sexo.


Toluca, México.- El transcurso de la unidad 45 en un día cualquiera avanza sin contratiempo. A bordo, el camión está al tope, como ocurre en el transporte público mexiquense. Es el escenario idóneo para que el hostigamiento y acoso sexual tomen lugar, sobre todo en contra de mujeres.

Las condiciones del servicio público permite que hombres y mujeres extrañas convivan en una misma unidad, lo que hace un factor propicio para este ilícito, también la inseguridad que permea en la entidad, reflejada en los asaltos y la decadencia cultural en la sociedad mexiquense, según coinciden especialistas.

Un asalto en el transporte público, en un alto porcentaje culmina en abuso y violación de mujeres, según los casos documentos por la Cámara Nacional del Autotransporte Pasaje y Turismo (Canapat).

Entre 2010 y 2012 tuvo lugar una de las historias más aterradoras en contra de mujeres mexiquenses a bordo del transporte, y que se reveló hasta que César Armando Librado, “El Coqueto” fue detenido. Un asesino serial a quien se le achacaron al menos ocho violaciones de jovencitas en el transporte público en el municipio de Tlalnepantla.

Según los estudios y entrevistas realizadas en su momento a Librado Legorreta, sus complejos amorosos por el abandono de una mujer, lo llevaron a abusar de las pasajeras que abordaban su unidad, a quienes hostigaba con la mirada para luego realizar sus maniobras de ataque.


'No me mires más las piernas'

Estefanía supo de los distintos rostros del acoso y el hostigamiento la vez que volteó a ver a su lado en el asiento del camión que tomó de su casa al trabajo. La unidad 82 de Xinantécatl, la llevaría de Metepec al centro de Toluca. Un recorrido de unos 40 minutos, con horario pico que obligaría a Fanny a ir de pie, compartiendo hilera con hombres.

“Es impotencia y temor que paraliza, que evita actuar en el instante, el cual pronto se convierte en enojo, se piensa ¿qué podría haber hecho? ¿por qué lo permití? Te reprimes por no pedir ayuda”, revela la usuaria, de quien se usa un seudónimo para proteger su identidad.

El hostigamiento, revela Estefanía sube al camión todos los días, puede ir vestido de traje, en jóvenes serios, también de personas vulgares que lanzan piropos con las miradas.

“Se me acercó un caballero vestido de traje en el autobús lleno mientras el chofer dice que nos arrinconemos, y me pegaba el hombro mientras se frotaba”, hila sus memorias la víctima.

Otros episodios, son aún más crudos: “En el asiento junto a mí, un hombre bajó sus pantalones y se comenzó a masturbar mostrando sus partes, aunque el camión llevaba niños que lo pudieran ver”, el acoso persiste entre desconocidos.

Estefanía decidió romper el silencio, pero se dio cuenta que no había victimario a quien acusar, pues a bordo del transporte todo es fortuito y pocos deciden denunciar lo que ocurre por temor.

La Canapat en sus estadísticas señala que más del 90% de los delitos que se cometen en las unidades no se denuncian, lo que obliga a la cifra negra.

Foto ilustrativa.

La psicología del abuso

De acuerdo con Mary Carmen Ibarra Ortega, psicóloga y especialista en psicoterapia humanista, el hostigamiento sexual es la forma más fácil de agresión en contra de la mujer, ya sea en la vía pública o en escenarios cerrados como las unidades del transporte público.

Comienza con miradas fijas y obscenas, y sigue con los tocamientos involuntarios, precisa la especialista.

“La mayoría de los casos, es porque la persona no sabe establecer relación en distintos aspectos de su vida y la mayoría de hombres tienen una cultura machista”, argumentó Ibarra Ortega.

Enlista que pese a que el hostigamiento es uno de los actos considerados ilícitos más comunes en contra de las mujeres, no es considerado un trastorno sexual y se asimila como una conducta normal.


El fracaso del transporte rosa

En noviembre del 2012 el Gobierno estatal puso en operación el Mexibús 1 con el corredor Tecámac-Ecatepec y en mayo de 2013 el Mexibús 3 con el corredor Chimalhuacán-Pantitlán que consistía en dar un servicio exclusivamente para mujeres.

Ese mismo año se anunció la puesta en marcha de taxis rosa en el Valle de Toluca, e incluso se propuso para líneas urbanas de servicio colectivo.

Actualmente ninguno de los servicios operan y están suspendidos hasta que haya un nuevo proyecto con recursos para reintegrarlo, informó la Secretaría de Movilidad.

La Semov no ha dado a conocer los motivos por los que dicho programa dejó de operar, sin embargo sostuvo que actualmente se encuentra en valoración para reactivarlo en algunos municipios.

En la opinión de los transportistas, el transporte rosa es inviable y ayuda en poca a reducir los ilícitos en contra de las mujeres.

Alejandro Hernández, presidente de la empresa Xinantécatl afirmó que el primer problema que presenta el sistema, es que la demanda de los usuarios en horarios pico, impide que se clasifiquen unidades especiales para un tipo de pasajero. Lo que obligaría a saturar unidades y otras dejarlas en bajo uso.

“En horarios pico, como empresa tendrías que enviar dos camiones a la misma hora, uno para atender la demanda de usuarios en general y otra exclusivamente para mujeres, eso nos colapsaría”, explicó el transportista en entrevista vía telefónica.

También opina que aunque habría una reducción en el número de asaltos, la violencia persistiría, pues los grupos del crimen también operan con mujeres.

“También intervienen mujeres asaltantes, sería muy fácil que una mujer se levante de su asiento, y exija al chofer abrir la puerta para que suban sus cómplices”, argumentó el presidente de Xinantécatl.

En este análisis coincide Osvaldo Martínez González, presidente de Agrupaciones de Taxistas Unidos del Estado de México (ATUEM), quien sostuvo que no hay una plantilla suficiente de mujeres operadoras para lanzar un programa en todo el estado.

“La propuesta de hace cinco años, era que los taxis rosa, fueran operados por mujeres exclusivamente, pero no hubo respuesta de las mujeres para operar las unidades, en la calle no da resultado”, advirtió el líder de la asociación que adhiera a cerca de 60 agrupaciones en el Valle de Toluca

Foto ilustrativa.

La propuesta rosa

Según el esquema de operatividad del programa Transporte Rosa, estaba diseñado para ofrecer seguridad, rapidez y eficiencia a todas las usuarias y sería un transporte exclusivo para mujeres en la modalidad de Transporte Masivo de la entidad.

En los requisitos se precisaba que las mujeres podrían abordar con menores de 12 años de edad y adultos mayores sin importar sexo.

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