Los conflictos y conductas antisociales entre personas de 18 años y más tuvieron un crecimiento del 1.4 en México en el tercer trimestre de este año con relación a los registrados en el primer trimestre, según datos de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) del INEGI, siendo principalmente el ruido, la basura tirada o generada por vecinos, problemas de estacionamiento y por mascotas, los principales conflictos registrados en México.
Y es que estos conflictos tuvieron un incremento derivado del confinamiento por el Covid-19, pues debido a la pandemia incrementó el número de personas que realizaron trabajo en casa o bien, permanecieron en sus hogares al quedar desempleados.
Hasta un 15.2% de los encuestados por el INEGI, refirió haber tenido al menos un conflicto o pelea derivado del ruido en el tercer trimestre de este año; le siguió la basura tirada o quemada por vecinos con un 12.2%; los problemas de estacionamiento con un 11.1%; los problemas relacionados con animales domésticos con un 9.8% y los chismes o malos entendidos, con un 7.4%.
Otro factor que provocó conflictos y conductas antisociales fueron las molestias ocasionadas por personas ebrias, drogadas o pandillas, con 6.9%, mientras que las peleas con los hijos de los vecinos reportaron un 6.5%; los conflictos en el transporte público o privado un 6.0%; los relacionados con trámites y servidores públicos un 5.3%; con autoridades relacionadas con seguridad pública un 5.0 y en establecimientos un 4.2%.
Finalmente, la ENSU más reciente señala que hasta el 3.1% de las personas encuestadas de 18 años y más aceptó haber tenido al menos una pelea a causa de grafitis o pintas en su vivienda; el 3.1 por disputas familiares; el 2.6 por incumplimiento de cuotas vecinales; el 2.4 por ambulantaje; el 1.5 por la compra de productos y servicios privados y el 0.6 por otras razones.
Mientras que en el primer trimestre de este año el 67.2% de la población encuestada refirió haber tenido al menos un conflicto o enfrentamiento con vecinos, para el tercer trimestre el porcentaje alcanzó el 75.7. Los conflictos o peleas con desconocidos en establecimientos también presentaron un incremento, pues pasó de 4.3 a 4.9%.
En tanto, los problemas entre familiares presentaron una disminución del 0.5% del primer al tercer trimestre de 2020; del 1% con desconocidos en la calle; del 2.7 con autoridades y del 1.2 con compañeros de trabajo o escuela.
Consecuencias de conflictos
El 86.1% de los conflictos o conductas antisociales registrados en el tercer trimestre de este año en México tuvieron diversas consecuencias.
En el 2.6% de los casos fueron materiales; en el 7.2% fueron físicas y en el 82.9% fueron no físicas (diálogo o plática, golpes, insultos y groserías, gritos, empujones o pellizcos y heridas).
Panorama estatal
De los ocho municipios considerados en la ENSU, en Tlalnepantla hasta el 85.6% de la población encuestada aceptó haber tenido al menos un conflicto o enfrentamiento directo con vecinos derivado de problemas de convivencia durante los últimos tres meses.
A este le siguió Ecatepec con el 85.4%; Atizapán de Zaragoza con el 85.1%; Nezahualcóyotl con el 76.4%; Toluca con el 75.4%; Cuautitlán Izcalli con el 70.3%; Naucalpan con el 64.2% y Chimalhuacán con el 63.0%, respectivamente.
Los habitantes de Chimalhuacán (63.0%), Nezahualcóyotl (58.1%), Toluca (52.3%), Naucalpan (44.4%) y Tlalnepantla (41.1%) fueron quienes más experimentaron gritos, insultos y groserías a consecuencia de un enfrentamiento o conducta antisocial.
En tanto, Ecatepec, Atizapán de Zaragoza, Cuautitlán Izcalli presentaron porcentajes por debajo de la media nacional (37.5%) con 31.2; 31.8 y 28.7%, respectivamente.
Conflictos revelan estrés
En la opinión del Marco Aurelio Cienfuegos Terrón, profesor e investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Autónoma del Estado de México, el confinamiento derivado de la pandemia del Covid-19 obligará a la creación de políticas públicas que atiendan la salud mental de las personas, misma que se ha visto afectada tanto por el encierro como por la falta de oportunidades laborales.
Destacó que la crisis emocional que derivó los conflictos en el tercer trimestre de este año, también tiene que ver con el estrés ocasionado por la incertidumbre sanitaria.
“La autoridad tiene que responder de manera inmediata a través de una serie de atención psicológica que permita evitar esta conflictualidad, este incremento en este tipo de eventos como riñas, peleas y otros conflictos antisociales, revelan el efecto del confinamiento, pero también la falta de oportunidades de empleo”, detalló.
Finalmente, el académico exhortó a la población a mantener la calma y evitar caer en situaciones que puedan derivar en una pelea no sólo entre vecinos, sino también con la propia familia.
