María Guadalupe extiende sobre el comedor de su casa un recibo de TV por cable para explicar sus gastos mensuales en el hogar, otro sobre el pago del internet, que entre ambos rebasan los 500 pesos. No son parte de la canasta básica, pero como si lo fueran, aclara. Su familia no se imagina un día sin el entretenimiento que ofrece la tecnología.
“¡Voy a pagar hoy, si no lo cortan!”, externa la ama de casa. Su hogar está en el rango que se sostiene con el salario mínimo, carece de ordenamiento habitacional, techos de concreto y un salario fijo para enfrentar sus gastos.
Sin embargo, integra una de las familias mexiquenses de zonas semiurbanas que consumen tecnología de entretenimiento.
De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares 2017 del INEGI, en el Estado de México el 49.1% de los hogares cuentan con computadora, y el 50.1% carecen de este tipo de tecnología.
Mientras que en el acceso a televisión por cable, el 38.9% de los hogares a nivel estatal cuentan con este servicio.
Para el caso de internet fijo, la encuesta revela que el 83.2% de los usuarios tiene acceso desde el hogar; el 39.1% desde el trabajo y el 35.9% desde un espacio público con costo del servicio.
Además, en la entidad el 92.6% de los usuarios de internet optan por el entretenimiento.
La familia de María Guadalupe entra en esta clasificación de uso. Aunque no entiende la estadística, sabe que la vida actual incluye el uso de nuevas tecnologías.
Ella intenta teclear en su celular una búsqueda rápida para apoyar a su hijo menor en sus tareas, pero es imposible, no sabe cómo navegar. Se reprime y deja el aparato, prefiere empeñarse en las labores domésticas.
“Estamos lejos de saber usar el internet, pero los chamacos lo necesitan y hay que pagarlo”, deduce en sus conclusiones como madre. La realidad la consume como al resto de los usuarios que ubica el INEGI.
Lejos de alcanzar la cultura digital
Para el profesor de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN), Israel Herrera Peralta, el país enfrenta una brecha para alcanzar la cultura digital y la democracia en el acceso a las nuevas tecnologías.
El especialista en educación y tecnologías explicó que pese a las encuestas y estadísticas de órganos como el INEGI, donde se indica una cobertura amplia en el uso de internet en los hogares, entidades como la mexiquense y otras del país, tienen un acceso limitado a contenidos de calidad.
“Estamos lejos de tener una cultura digital para saber aprovechar las nuevas tecnologías, no se sabe hacer búsquedas en internet para aprovechar sus recursos, además de que no hay una democracia de acceso”, sostuvo.
Desde su punto de vista, los usuarios de la red van encaminados hacia un sentido desigual, al navegar en un “internet de las cosas” y no de la información, esto provoca que no haya una democracia en el uso.
Apuntó que la llamada “aldea digital” y los términos de nativos y migrantes digitales, sólo fueron una moda, pues en la práctica no existen, ya que no hay una cultura digital.
EL MONOPOLIO
De acuerdo con el investigador en sociología, José Antonio Trejo, el país y el Estado de México están inmersos en un monopolio digital, que restringe a ciertos grupos de poder la información con contenido.
“El que se acceda a la tecnología por entretenimiento es una tendencia mundial, no debe sorprendernos, lo que debemos analizar es que hay una forma negativa en el acceso, porque sólo son contenidos mercadológicos”, consideró el especialista de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM).
Trejo explicó que los grupos vulnerables son quienes más resienten la brecha digital que generan los monopolios digitales, como son los grupos indígenas, barrios populares y zonas rurales.
Un caso reciente fue la precandidata presidencial, María de Jesús Patricio Martínez, a quien se le complicó el registro y colecta de firmas de apoyo, porque los sectores que la respaldaban no tenían acceso a la tecnología.
La mayoría de los usuarios de las nuevas tecnologías, reiteró, están sometidos a un consumo de ocio y no acceden a la cultura, educación, enseñanza y al desarrollo humano.
TICs, las fallas de Fox, Calderón y Peña
El programa de Enciclomedia, promovido en el gobierno de Vicente Fox y Felipe Calderón, pretendía ser la herramienta tecnológica de más impacto en el sector educativo del país, equipado con pantallas interactivas y contenidos de los libros de texto gratuito.
En su primera etapa contempló equipar 390 mil 559 aulas, con costo de 50 mil pesos cada una, pero por falta de financiamiento se redujo a 165 mil 615 aulas para llegar a 3 millones 700 mil alumnos.
Su fracaso comenzó con las primeras evaluaciones.
De acuerdo con el libro blanco del Programa Enciclomedia, "no se encontraron diferencias significativas en las habilidades de conocimiento, aplicación y evaluación de los contenidos" entre los niños que utilizaron Enciclomedia y los que no contaron con ese equipo. Incluso los niños de sexto de primaria que no utilizaron esa tecnología tuvieron un mejor conocimiento al lograr 1.48 puntos sobre 1.23 de quienes sí tuvieron esa herramienta.
Otro programa fue el de Inclusión y Alfabetización Digital, que consistía en la entrega de tabletas electrónicas a alumnos de primaria. Se instrumentó en el actual gobierno federal.
Posteriormente, el entonces secretario de Educación federal, Aurelio Nuño, aceptó que el programa carecía de sustento pedagógico y los resultados no eran palpables.
Algo similar ocurre con el programa México Conectado, el cual también fue promovido por el actual gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, quien propuso conexión en todo el país mediante sitios públicos con internet.
En 2016 el programa tuvo un recorte del 40% de sus puntos de instalación, que originalmente consideraba 250 mil lugares en el país y bajó a 150 mil ese año.
En noviembre del año anterior, Edgar Olvera, subsecretario federal de Comunicaciones, reveló que el sexenio terminará con 101 mil sitios conectados.