Obra hidráulica del porfiriato sigue en pie y operando en Zumpango

Con 117 años de antigüedad, la denominada Caja de Agua regula el paso de las aguas negras del Gran Canal del Valle de México

Por Fernando Solís

  · martes 21 de agosto de 2018

Foto Claudia Terrón

Zumpango, México.- Una obra hidráulica que cuenta con 117 años de antigüedad denominada por habitantes de este municipio como La Caja de Agua, continúa en operación.

Esta obra fue construida como parte integral del desagüe del Valle de México, para regular a lo largo de 10 kilómetros el paso de las aguas negras del Gran Canal, hacia el túnel que desemboca en Tequixquiac, para evitar inundaciones en la capital del país.

Junto a la llegada del tranvía y la cárcel de Lecumberri, la construcción fue edificada en 1900, durante el porfiriato, época donde comenzaron la era de las grandes obras.

La Caja de Aguase encuentra literalmente enterrada a un costado de carretera Cuautitlán-Zumpango, cerca de la laguna y fue inaugurada el 17 de marzo por el entonces presidente de México Porfirio Díaz.

Cuenta con 38 metros de altura y fue construida a base de mármol, piedra volcánica y de cantera, está considerada como monumento histórico y está a cargo de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA); otra de sus funciones es aminorar la velocidad del agua antes de entrar al túnel de desfogue. Tres compuertas todavía son operadas manualmente.

La Caja, en la actualidad, se encuentra protegida por una malla ciclónica que la rodea para evitar el paso de la gente.

Para el ingeniero, Arturo Rosas, de 79 años de edad y residente de Zumpango, en necesario que personal del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) revise el inmueble, ya que asegura que "el tiempo no perdona" y es urgente que se inicie una gestión de recuperación, para que vuelva a su estado normal y asegurar que no vaya a sufrir un colapso tarde o temprano.

“Probablemente, el agua de la laguna está humedeciendo todas esas piedras. Por la humedad, se pueden desmoronar o derrumbarse. Ya no afectaría tanto a la ciudad de México porque operan otros sistemas nuevos, pero se pierde un inmueble valioso que por falta de mantenimiento está en esas condiciones, además, las raíces de la hierba levantan las piedras labradas rojas y negras, y el agua estancada en algunos puntos desmorona la piedra”, señaló.

Finalmente, el ingeniero manifestó que es muy triste que “los presidentes municipales -que han pasado- y mucha de la gente nacida aquí y que han venido a vivir de otros lugares, ni siquiera conocen esta magnífica obra de la ingeniería hidráulica”.