Vecinos de la comunidad de El Arco, municipio de Valle de Bravo, denunciaron el mal olor que se desprende de la planta de tratamiento ubicada en esta zona, pidiendo atención inmediata a este problema ambiental.

El mal olor se percibe en la carretera Valle de Bravo-El Arco, principalmente en el tramo carretero que colinda con el río Amanalco.

"El mal olor siempre está, a veces a ciertas horas del día se hace más intenso, cuando el calor está más fuerte, pero no se puede vivir bien con ese aroma", explicó Emilio Álvarez, vecino del Arco.

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La planta tratadora de aguas negras se ubica en El Arco, en dirección a la Villa de Colorines, y trata las aguas negras y grises de Valle de Bravo antes de ser vertidas a la presa Miguel Alemán Váldes.

"Pues como tal no hemos hecho una denuncia formal, como vecinos no nos hemos podido organizar para pedirle al Ayuntamiento o a la Conagua que nos den solución".

"Lo que sí, nos está afectando a todos, porque todos al pasar por aquí olemos el mal olor que se desprende", explicó Emilio Álvarez.

De acuerdo con la empresa FYPASA, responsable del mantenimiento y rehabilitación de la misma, hasta 2021, en esta planta tratadora se vertían las aguas negras y grises de siete cárcamos distribuidos en la cabecera municipal de Valle de Bravo. Tratando el agua de drenaje de más de 25 mil habitantes de la cabecera municipal.

Estos están ubicados en el barrio de Santa María Ahuacatlán (en el castillo), el Embarcadero Municipal (a un costado de la Capitanía de Puerto), y el barrio de San Antonio (a un costado de la primaria Nicolás Bravo).

En la avenida Fray Gregorio Jiménez de la Cuenca se encuentran tres más: uno en la subida de la Acrópolis, otro más en la recta antes de la Peña y un último antes de llegar al reclusorio, a un costado del río Tizates.

En 2014 se hizo una rehabilitación a esta planta tratadora, aumentando la capacidad de bombeo y tratamiento de litros de agua por segundo, pasando de 86 a 125 litros.