El lirio acuático que purifica el agua, crece rápidamente durante el estiaje en los ríos que abastecen a la presa Miguel Alemán Váldes.
Debido a los niveles de contaminación que se presentan en los afluentes, la presencia de la bacteria de e-coli es más notoria, por lo que, el lirio acuático se expande con mayo velocidad convirtiéndose en una plaga.
Tal es el caso del río Tizates, uno de los afluentes que desembocan en la presa de Valle de Bravo, el cual presenta contaminación por aguas grises y negras que se vierten en su caudal sin procesarse antes.
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Este río tiene más de 4 kilómetros de longitud que recorren la mancha urbana del municipio, desde el barrio de Otumba hasta su desembocadura en el barrio de San Antonio.
Y en distintas zonas de su recorrido, es frecuente ver como el lirio acuático comienza a expandirse tratando de absorber toda la contaminación presente en el cuerpo de agua.
El lirio acuático es una especie exótica invasora de muy rápido crecimiento que puede duplicar su tamaño entre 6 y 12 días, dificultando las maniobras de los embalses y muelles que se encuentran en el lugar.
De acuerdo con el Ayuntamiento de Valle de Bravo, esta planta acuática "genera graves impactos en los cuerpos de agua", a pesar de que, en espacios controlados, funcionan como limpiador natural del vital líquido.
La presencia de lirio en los ríos puede desencadenar otro tipo de problemas ambientales, como el mal olor debido a que el agua no corre con suficiente fluidez, o la presencia de fauna silvestre en estos lugares.
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El estiaje ha comenzado y el caudal de los ríos que nutren a la presa bajará considerablemente su capacidad en los meses de marzo, abril y mayo, lo que facilitará la expansión del lirio.
Los ríos disminuyen su profundidad en más de 10 centímetros, y la cantidad de basura que se encuentra en el afluente limita que el agua fluya.
Por lo que hay fosas y "encharcamientos", mismos que provocan un mal olor y las condiciones idóneas para que el lirio se expanda.
