La actual capacidad de almacenamiento de la presa Miguel Alemán Váldes repercute en el flujo de visitantes al Pueblo Mágico de Valle de Bravo, convirtiéndose en un reto a superar por parte de los prestadores de servicios turísticos del municipio.
La sequía de dicho embalse presentada durante la temporada de estiaje afecta de manera directa las actividades acuáticas que se pueden hacer en este municipio y, por lo tanto, afecta la economía familiar de quienes se dedican a estas actividades.
De acuerdo con la Comisión Nacional del Agua (Conagua), hasta el 8 de mayo de 2022 este embalse contenía 55.61 por ciento de su capacidad total, representando un total de 219.322 millones de metros cúbicos de agua almacenada.
Esta situación se agudizará en mayo (el mes más complicado del año por cuestiones de sequía durante el estiaje), por lo que prestadores de servicios turísticos prevén las posibles afectaciones turísticas y económicas que pueda dejar el bajo nivel de la presa.
"Cuando nos cierran la presa, cierran restaurantes, los paseos, nos caería otra pandemia, cerrarían la presa por la misma situación de la sequía, no habría navegación", explicó Jorge Estrada, prestador de servicios turísticos de paseos en lancha.
"Sí hay una afectación. No baja el turismo como debería de ser, pero, por otro lado, ya es una costumbre que año con año en esta temporada de secas para nosotros es normal que baje el lago. Aunque nos espanta que esté bajando más del nivel de lo que es", coincidió Cuahutemoc Hernández Carbajal, colaborador de la cooperativa Rincón Soñado de Acatlán de este municipio.
Las primeras actividades en ser afectadas por la poca capacidad de almacenamiento del embalse son las que se realizan al interior de la presa, como los recorridos en lancha, los deportes extremos y el paisaje natural que ofrece por sí misma.
"Sí afecta, porque mucha gente viene a esquiar, pero ya no vendrían por la misma situación, ya no podrían esquiar en el agua porque habría muchos bordos, ni navegar podríamos", pronosticó Jorge Estrada.
Los caminos que se trazan para que el turista baje al embalse se van perdiendo conforme baja el nivel del agua, siendo otro problema más que se presentaría por el bajo nivel de la presa: el acceso.
"Yo le calculo que está a un 60 por ciento, pero eso nos ha afectado desde el tiempo de la pandemia, estaba un poco más abajo, pero ahorita vamos como mes y medio que va bajando", concluyó Jorge Estrada.
Por último, la contaminación se agudizará pues el calor reproduce más rápido la microalga, produciendo un color verdoso en el agua y desprendiendo un mal olor.
"Nos afecta porque primero va cambiando el tono del agua, a mayor concentración de partículas se va viendo más sucia, más fea, nos interesa que siempre esté llena por que se ve más limpia", explicó David Rodríguez, prestador de servicios turísticos gastronómicos.
A comparación de otros años, el nivel de la presa que mantiene actualmente no es el más bajo, por lo que también prevén que las afectaciones no se presenten, esperando que las lluvias lleguen a tiempo.
"Todavía le falta como un metro más para que llegue a niveles tan bajos como el de los otros años, hace como cinco o seis años fue cuando bajó más", reiteró Hernández Carbajal.
Los propios prestadores de servicios turísticos entrevistados coincidieron en que el formar parte del Sistema Cutzamala representa tanto una desventaja como una ventaja.
En el sentido negativo, es una desventaja al continuar con la ordeña del vital líquido para potabilizarlo y distribuirlo en la capital del país y la zona conurbada de la entidad mexiquense.
Sin embargo, también se presenta como una ventaja ya que las autoridades gubernamentales "no dejarían que se vaciara en su totalidad", al ser uno de los depósitos de agua más grande para la Ciudad de México.
"Esto al final de cuentas viene siendo el depósito de agua para la Ciudad de México, entonces lo que tenemos que hacer es que no sea tanta la demanda para que no nos ordeñen, pero es difícil porque la Ciudad sigue creciendo", concluyó David Rodríguez.
Falta de agua, otra pandemia
Conscientes pero temerosos, quienes se dedican a las actividades turísticas en el embalse reconocieron que de continuar a la baja en el nivel de la presa los problemas se agudizan, pues la navegación puede ser limitada en su totalidad.
"Si sigue bajando, podría llegar la autoridad a decir que no se puede navegar, ponen la bandera roja y ahí sí tenemos la afectación directa porque dependemos del 100 por ciento de la renta de las lanchas", lamentó Hernández Carbajal.
"Ahorita ya llegamos a una parte de la laguna donde está plana, en esa parte de ahí aunque el muelle es largo, primeras embarcaciones empiezan a tener problemas de encallarse", agregó.
El problema sería gradual. Pues el servicio turístico no podría ser brindado como antes, por lo que el turismo no bajaría a Valle de Bravo.
"Los barcos, en lugar de darte un paseo de una hora, te darían un recorrido de media hora", explicó Jorge Estrada.
Sin embargo, aún trabajan arduamente con la realidad a la que se enfrentan. Esperando que la temporada de lluvias llegue lo antes posible para frenar el descenso del nivel de la Alemán Valdés.
"A pesar de la situación del lago, seguimos trabajando normal, tratamos de ir remendando ese tipo de situaciones para que la gente tenga la seguridad que visitará el lago", reiteró David Rodríguez.
Esperan a las lluvias con ansia
De acuerdo con el reporte diario que realiza el Organismo de Cuenca Aguas del Valle de México de la Conagua, sobre el nivel diario de los embalses del Sistema Cutzamala, en el último mes solo se registró caída de agua pluvial que "impactó" el nivel de la presa el pasado 23 de abril.
"Ahorita nos afectó porque no llovió mucho, no fueron lluvias normales en la temporada de lluvias pasadas, por lo que esperamos en Dios que sí llueva, aunque ya se atrasaron las lluvias", suplicó Jorge Estrada.
El pasado 23 de abril se registró la caída de agua pluvial en la presa de Valle de Bravo de tres litros por metro cuadrado, siendo casi imperceptible el impacto al nivel de almacenamiento.
"Todo va a depender del inicio de las lluvias, que parecía que ya se venían en abril y resulta que no, ahorita en mayo no ha llovido ya", lamentó David Rodríguez.
"(Aunque las lluvias) es una de las opciones que tenemos, que este año sí sea de lluvias fuertes, por que el año antepasado casi no llovió y bajó demasiado la presa, el año pasado tampoco fue de lluvias, estamos presentando tres años consecutivos bajas continuas" concluyó.
Por ello, será vital que la temporada de lluvias comience en esta región de la entidad mexiquense, de lo contrario, las afectaciones económicas por las nulas actividades turísticas repercutirán en una población que "apenas" está saliendo de la pandemia del Covid-19.
