/ lunes 11 de febrero de 2019

Tres de cada cuatro mexicanos padece fatiga por estrés laboral

Poco hacen los jefes por armonizar el entorno, impulsar cambios e introducir dinámicas de convivencia, pese que el estrés es altamente contagioso


México.- El 75 por ciento de los mexicanos padece fatiga por estrés laboral, superando a países como China y Estados Unidos, revelan datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el cual es atribuido a un ambiente laboral no propicio o no sano; sin embargo, es un aspecto que no reconocen ni aceptan los superiores jerárquicos o jefes de los empleados lo padecen.

El estrés es potencialmente contagioso, ya que estar cerca o visualizar a otras personas en situaciones de estrés, puede aumentar los niveles de cortisol del observador”, señala el documento del IMSS, y lo define como un conjunto de reacciones físicas y mentales que la persona sufre cuando se ve sometida a diversos factores externos que superan su capacidad para enfrentarse a ello.

Foto: ilustrativa

Para Yazmín Escobar Tapia, investigadora adscrita al Área de Recursos Humanos de la UAEM, el estrés laboral es muy común en México y se deriva de un ambiente laboral no sano o armónico, producto de que el trabajo que se tiene no es el que la persona realmente desea, pero es el único que ha podido tener o el que más cerca le queda o en el que le pagan mejor.

Todo ello hace que aguantemos muchas cosas que terminan minando nuestros estados de ánimo, lo cual provoca “estar de malas” la mayor parte del tiempo y, en especial, cuando se llega a casa, con la familia, es decir, trasladamos el ambiente laboral al hogar.

Muchas veces, cuando buscamos trabajo no valoramos todo lo que podremos obtener del trabajo sino sólo nos centramos en que me acepten y que paguen bien, pero nos olvidamos de preguntar por el ambiente de trabajo y valorar si vamos a tener compañeros amigables o va a ser un trabajo en solitario, etc., porque de esto dependerá que nos sintamos realizados.

Indicó que investigaciones realizadas en torno al tema aseguran que cuando hay una relación de camaradería y armónica entre compañeros de trabajo, los trabajadores van a rendir más; además de que la relación que se tenga con los jefes es proporcional a la motivación personal que se reciba de ellos y eso se traduce, por ejemplo, en que cuando piden ayuda para desarrollar trabajos extra o fuera del horario se pongan pretextos para justificar la falta de motivación o de disponibilidad.

“A veces no valoramos esto: Si los trabajadores están tranquilos, están en paz en su entorno de trabajo y se llevan bien con sus jefes, van a producir más, van a estar más comprometidos con la empresa y cuando se trate de dar más van a dar más, cuando necesiten prender algo extra para hacer mejor su trabajo, lo van a hacer por iniciativa propia, pero nos llevamos mal, entonces no esperemos muchos de nuestros trabajadores”, dijo Yazmín Escobar.

La doctora en Ciencias de la Salud subrayó las consecuencias del estrés laboral, las cuales se vuelven físicas a partir de lo psicosomático, porque “el cuerpo habla lo que la mente calla”; de ahí que cuando se callan las inconformidades en el trabajo vienen las enfermedades respiratorias, infecciones de garganta, pero también las alergias en la piel, las cuales denotan que nuestro entorno no es agradable.

Sin embargo, cuando ya se lleva mucho tiempo con ese mal ambiente laboral el trabajador empieza a sufrir problemas de hipertensión, enfermedades cardíacas, y hasta problemas neuronales y refirió el caso de una persona que llegó al hospital con descargas en el cerebro, lo que motivó que permaneciera varios días sedadas y con riesgo de requerir un coma inducido.

Yazmín Escobar lamentó que no se haya hecho mucho por mejorar los ambientes laborales pese a tener ya mucho tiempo, como si se han hecho campañas para prevenir el bullying y el acoso laboral y sexual en los centros de trabajo.

Resaltó que una de las responsabilidades de los psicólogos que se especializaron en temas laborales es encargarse del clima de trabajo para que los empleados quisieran estar presentes y se esforzaran en su desempeño, pero los dueños han limitado su papel al de hacer la nómina y trabajos de administración de recursos humanos.

El problema, abundó la especialista, no es de desconocimiento, pues cuando empleado renuncia buscan conocer las causas, es más bien un tema de no querer invertir, por ejemplo en convivios como el de fin de año, el cual quieren desarrollar pero de una manera equívoca, pues muchas empresas quieren cobrarle al empleado por asistir.

El trabajador no va a querer ir porque tiene otros gastos o quiere estar con sus familias, pero su la empresa gastara un poco en reuniones y actividades, por ejemplo, deportivas, donde el empleado pueda llevar a su familia, el personal se sentiría mejor y con mayor identidad con la empresa

Además, los jefes deben poner atención en la manera en cómo se dirigen a su personal, cómo se comunican y comparten con ellos los objetivos empresariales, porque eso influye mucho en el sentido de identidad, pero más que nada en el sentido de pertenencia.

Es complicado reconocer al estrés como una enfermedad laboral, pero básicamente tendría que llevarse a juicio, para que se hagan peritajes y se determinen las causas del estrés, porque las empresas no se hacen responsables de éstas, tienen -por ejemplo- seguros en caso de accidente en el lugar de trabajo o los accidentes que ocurren en el camino al trabajo.

Además, los juicios son muy largos y costosos y para una persona que ya tiene una afección psicopatológica derivada del estrés va a ser traumático enfrentar un proceso judicial, aunado a que ya enfrenta situaciones complicadas a nivel familiar porque es donde termina sacando las emociones producto de su frustración laboral, incluso llegando hasta volverse violento.

Por último, consideró que la educación superior debe contribuir a evitar el estrés labora desde las últimas etapas de estudio del futuro profesionista, para orientarlos sobre cómo buscar un trabajo que cumpla con sus expectativas profesionales y personales, pues hay una gran diferencia entre ir a un lugar donde no estás a gusto que ir a trabajar donde prevalece un buen ambiente y se comparte en equipo.

*Tipo de estrés donde la creciente presión en el entorno laboral puede provocar la saturación física y/o mental del trabajador, generando diversas consecuencias que no sólo afectan la salud, sino también su entorno más próximo ya que genera un desequilibrio entre lo laboral y lo personal.

Emocionales
Ansiedad, miedo, irritabilidad, mal humor, frustración, agotamiento, impotencia, inseguridad, desmotivación, intolerancia.

*Conductuales
Disminución de la productividad, cometer errores, reportarse enfermo, dificultades en el habla, risa nerviosa, trato brusco en las relaciones sociales, llanto, apretar las mandíbulas, aumento del consumo de tabaco, consumo de alcohol y otras sustancias.

*Cognitivos
Dificultad de concentración, confusión, olvidos, pensamiento menos efectivo, reducción de la capacidad de solución de problemas, reducción de la capacidad de aprendizaje.

*Fisiológicos

Músculos contraídos, dolor de cabeza, problemas de espalda o cuello, malestar estomacal, fatiga, infecciones, palpitaciones, respiración agitada, aumento de la presión sanguínea, agotamiento, mayor riesgo de obesidad y problemas cardiovasculares, deterioro en la memoria, problemas de sueño.


México.- El 75 por ciento de los mexicanos padece fatiga por estrés laboral, superando a países como China y Estados Unidos, revelan datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el cual es atribuido a un ambiente laboral no propicio o no sano; sin embargo, es un aspecto que no reconocen ni aceptan los superiores jerárquicos o jefes de los empleados lo padecen.

El estrés es potencialmente contagioso, ya que estar cerca o visualizar a otras personas en situaciones de estrés, puede aumentar los niveles de cortisol del observador”, señala el documento del IMSS, y lo define como un conjunto de reacciones físicas y mentales que la persona sufre cuando se ve sometida a diversos factores externos que superan su capacidad para enfrentarse a ello.

Foto: ilustrativa

Para Yazmín Escobar Tapia, investigadora adscrita al Área de Recursos Humanos de la UAEM, el estrés laboral es muy común en México y se deriva de un ambiente laboral no sano o armónico, producto de que el trabajo que se tiene no es el que la persona realmente desea, pero es el único que ha podido tener o el que más cerca le queda o en el que le pagan mejor.

Todo ello hace que aguantemos muchas cosas que terminan minando nuestros estados de ánimo, lo cual provoca “estar de malas” la mayor parte del tiempo y, en especial, cuando se llega a casa, con la familia, es decir, trasladamos el ambiente laboral al hogar.

Muchas veces, cuando buscamos trabajo no valoramos todo lo que podremos obtener del trabajo sino sólo nos centramos en que me acepten y que paguen bien, pero nos olvidamos de preguntar por el ambiente de trabajo y valorar si vamos a tener compañeros amigables o va a ser un trabajo en solitario, etc., porque de esto dependerá que nos sintamos realizados.

Indicó que investigaciones realizadas en torno al tema aseguran que cuando hay una relación de camaradería y armónica entre compañeros de trabajo, los trabajadores van a rendir más; además de que la relación que se tenga con los jefes es proporcional a la motivación personal que se reciba de ellos y eso se traduce, por ejemplo, en que cuando piden ayuda para desarrollar trabajos extra o fuera del horario se pongan pretextos para justificar la falta de motivación o de disponibilidad.

“A veces no valoramos esto: Si los trabajadores están tranquilos, están en paz en su entorno de trabajo y se llevan bien con sus jefes, van a producir más, van a estar más comprometidos con la empresa y cuando se trate de dar más van a dar más, cuando necesiten prender algo extra para hacer mejor su trabajo, lo van a hacer por iniciativa propia, pero nos llevamos mal, entonces no esperemos muchos de nuestros trabajadores”, dijo Yazmín Escobar.

La doctora en Ciencias de la Salud subrayó las consecuencias del estrés laboral, las cuales se vuelven físicas a partir de lo psicosomático, porque “el cuerpo habla lo que la mente calla”; de ahí que cuando se callan las inconformidades en el trabajo vienen las enfermedades respiratorias, infecciones de garganta, pero también las alergias en la piel, las cuales denotan que nuestro entorno no es agradable.

Sin embargo, cuando ya se lleva mucho tiempo con ese mal ambiente laboral el trabajador empieza a sufrir problemas de hipertensión, enfermedades cardíacas, y hasta problemas neuronales y refirió el caso de una persona que llegó al hospital con descargas en el cerebro, lo que motivó que permaneciera varios días sedadas y con riesgo de requerir un coma inducido.

Yazmín Escobar lamentó que no se haya hecho mucho por mejorar los ambientes laborales pese a tener ya mucho tiempo, como si se han hecho campañas para prevenir el bullying y el acoso laboral y sexual en los centros de trabajo.

Resaltó que una de las responsabilidades de los psicólogos que se especializaron en temas laborales es encargarse del clima de trabajo para que los empleados quisieran estar presentes y se esforzaran en su desempeño, pero los dueños han limitado su papel al de hacer la nómina y trabajos de administración de recursos humanos.

El problema, abundó la especialista, no es de desconocimiento, pues cuando empleado renuncia buscan conocer las causas, es más bien un tema de no querer invertir, por ejemplo en convivios como el de fin de año, el cual quieren desarrollar pero de una manera equívoca, pues muchas empresas quieren cobrarle al empleado por asistir.

El trabajador no va a querer ir porque tiene otros gastos o quiere estar con sus familias, pero su la empresa gastara un poco en reuniones y actividades, por ejemplo, deportivas, donde el empleado pueda llevar a su familia, el personal se sentiría mejor y con mayor identidad con la empresa

Además, los jefes deben poner atención en la manera en cómo se dirigen a su personal, cómo se comunican y comparten con ellos los objetivos empresariales, porque eso influye mucho en el sentido de identidad, pero más que nada en el sentido de pertenencia.

Es complicado reconocer al estrés como una enfermedad laboral, pero básicamente tendría que llevarse a juicio, para que se hagan peritajes y se determinen las causas del estrés, porque las empresas no se hacen responsables de éstas, tienen -por ejemplo- seguros en caso de accidente en el lugar de trabajo o los accidentes que ocurren en el camino al trabajo.

Además, los juicios son muy largos y costosos y para una persona que ya tiene una afección psicopatológica derivada del estrés va a ser traumático enfrentar un proceso judicial, aunado a que ya enfrenta situaciones complicadas a nivel familiar porque es donde termina sacando las emociones producto de su frustración laboral, incluso llegando hasta volverse violento.

Por último, consideró que la educación superior debe contribuir a evitar el estrés labora desde las últimas etapas de estudio del futuro profesionista, para orientarlos sobre cómo buscar un trabajo que cumpla con sus expectativas profesionales y personales, pues hay una gran diferencia entre ir a un lugar donde no estás a gusto que ir a trabajar donde prevalece un buen ambiente y se comparte en equipo.

*Tipo de estrés donde la creciente presión en el entorno laboral puede provocar la saturación física y/o mental del trabajador, generando diversas consecuencias que no sólo afectan la salud, sino también su entorno más próximo ya que genera un desequilibrio entre lo laboral y lo personal.

Emocionales
Ansiedad, miedo, irritabilidad, mal humor, frustración, agotamiento, impotencia, inseguridad, desmotivación, intolerancia.

*Conductuales
Disminución de la productividad, cometer errores, reportarse enfermo, dificultades en el habla, risa nerviosa, trato brusco en las relaciones sociales, llanto, apretar las mandíbulas, aumento del consumo de tabaco, consumo de alcohol y otras sustancias.

*Cognitivos
Dificultad de concentración, confusión, olvidos, pensamiento menos efectivo, reducción de la capacidad de solución de problemas, reducción de la capacidad de aprendizaje.

*Fisiológicos

Músculos contraídos, dolor de cabeza, problemas de espalda o cuello, malestar estomacal, fatiga, infecciones, palpitaciones, respiración agitada, aumento de la presión sanguínea, agotamiento, mayor riesgo de obesidad y problemas cardiovasculares, deterioro en la memoria, problemas de sueño.

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