Pekín.- La presión internacional sobre China para que permitasalir del país al disidente y premio Nobel Liu Xiaobo,excarcelado por su grave estado de salud, va en aumento después deconocerse que Liu quiere trasladarse al extranjero para recibirtratamiento médico.
El renombrado intelectual, de 61 años y que ha pasado casi losúltimos 9 en prisión, fue excarcelado al ser diagnosticado con uncáncer de hígado terminal y, de momento, está siendo tratado enun hospital de Shenyang, en la provincia norteña de Lioaning, peroquiere buscar ayuda médica en otro país, confirmó hoy a Efe unamigo cercano, quien prefirió mantener el anonimato.
“¡Deben ir al extranjero a recibirtratamiento! ¡Es su voluntad (la de Liu Xiaobo y su mujer, LiuXia)!”, enfatizó hoy la fuente sin precisar más detalles,pero alertando de que Liu se encuentra en “muy malestado” de salud.
Al parecer, algunos allegados, entre ellos la mujer deldisidente, han podido ir a ver a Liu al hospital, pero otros amigoso periodistas no han podido entrar en el edificio, cuyo accesoestá controlado por la Policía.
La Fundación Dui Hua, especializada en casos de presos en Chinay con sede en EU, advirtió hoy en un comunicado que, a pesar deque se le haya trasladado a un centro hospitalario, Liu Xiaobo noes libre pues, según las leyes del país, sigue cumpliendo sucondena bajo control de las autoridades.
Tras verle en persona, su mujer, que fue puesta bajo arrestodomiciliario poco después de que su marido recibiera el Nobel dela Paz en 2010, aseguró en un video que comenzó a circular porTwitter que el cáncer de Liu Xiaobo es inoperable.
Sin poder contener las lágrimas, su esposa da a entender que nohay salida: “No operación. No radioterapia. Noquimioterapia”.
Liu Xia, on the status of herhusband, Nobel Peace Prize winner Liu Xiaobo. Full story: https://t.co/GDSYvybZPc pic.twitter.com/rgvIfcUdEv
— Hong Kong Free Press (@HongKongFP) 27 dejunio de 2017
El Gobierno chino, por su parte, explicó ayer que un equipo de“ocho renombrados” oncólogos está buscando el mejortratamiento para el Nobel y hoy el Ministerio de Exteriorespidió a la comunidad internacional que no interfiera en susasuntos.
No obstante, la presión aumenta sobre Pekín. Una portavoz dela embajada de Estados Unidos, Mary Beth Polley, urgió hoy aPekín a que libere al disidente y a su esposa y que garantice quepuedan tener acceso al tratamiento médico que deseen.
Además, según pudo saber Efe, otras legaciones occidentalessiguen de cerca la situación, mientras numerosas organizaciones endefensa de los derechos humanos cuestionan duramente la gestióndel Partido único.
“¿Cómo es posible que lasautoridades penitenciarias no supieran antes de su estado de salud?¿Es posible que Liu Xiaobo no mostrara ningún síntoma hasta mayoy que de repente fuera diagnosticado (con una enfermedad)terminal?”, se pregunta la ONG Human Rights inChina.
El caso de Liu, un conocido intelectual que, como muchos otros,acabó siendo perseguido por el Gobierno por defender abiertamentederechos fundamentales, pone ahora el foco en el trato que se da alos presos políticos en China en un año marcado por múltiplesdenuncias de torturas bajo custodia.
“Creemos que el sufrimiento físico ymental de Liu Xiaobo en el sistema de prisiones de China es lacausa fundamental del deterioro de su salud”, afirman dosexlíderes del movimiento prodemocrático de Tiananmen de 1989,Wuer Kaixi y Wang Dan, exiliados en Taiwán.
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Para ambos, Liu Xiaobo, quien también participó en las famosasmanifestaciones que acabaron en masacre, fue y sigue siendo su“mentor” y consideran que el régimen chino le condenó“a muerte” con los nueve años que llevaba recluido“simplemente” por decir lo que piensa.
Tras haber sufrido otros periodos deconfinamientos en el pasado, Liu Xiaobo fue sentenciado en 2009 a11 años de prisión por subversión tras ayudar a redactar lallamada “Carta 08”, un manifiesto político que pedíaal régimen comunista la aplicación de derechos constitucionalescomo la separación de poderes o la libertad deexpresión.
Un año después, recibió el Nobel de la Paz por su constantelucha para conseguir la democratización de China y, entre rejas,lo dedicó a los “mártires de Tiananmen”: los entrecientos y miles de estudiantes y trabajadores que según distintasfuentes murieron en las calles de Pekín a manos de lasautoridades. Hoy, sus amigos y allegados esperan que Liu no seconvierta en otra víctima.
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