"Qué hubo, échate los lazos de este lado", indica un joven a su chalán, "y tráete la mercancía", le ordena. El tumulto mañanero sobre la avenida Isidro Fabela ha vuelto a su normalidad: ahí están los vendedores de tenis imitación, fruteros, los que venden ropa interior y de accesorios para celulares. También los carteristas que pasan desapercibidos a los ojos de transeúntes.
Después de seis meses de operativos exhaustivos en contra de los ambulantes por parte del ayuntamiento de Toluca, la autoridad desistió.
El "Tepito chiquito" ha vuelto. La colonia Valle Verde y la terminal, lo alberga y es su talón de aquiles pues, al que algunos comerciantes, transportistas y policías conocen de esa forma, no es otra cosa más que el "clímax" de inseguridad que atraen los puestos ambulantes.
Sobre Isidro Fabela, Pico de Orizaba y Paseo Tollocan están la mayoría de ambulantes, indica un elemento policiaco que custodia una calle sin poder hacer nada, debido a que no son sus atribuciones.
Todos los inspectores andan en el centro. Nosotros qué podemos hacer nada, no tenemos atribuciones.
Ese vacío en la ley lo aprovechan los más de 500 comerciantes ambulantes que se instalan sin permisos en las inmediaciones de la terminal.
VUELVEN CARTERISTAS
Entre el mediodía y las cuatro de la tarde es la hora en que operan con mayor frecuencia los carteristas, explica el policía.
Ese el problema que tenemos, los agarramos pero la gente no denuncia.
"Por ejemplo; antier agarramos dos, pero nadie quiere denunciar, los llevamos a la Comisaría, no sé de cuánto sea la multa pero creo que son como 600 y feria", argumenta.
Hasta el famoso cine Apolo sigue abriendo. Desde hace más de dos décadas, el cine para adulto ha sido cerrado y reabierto, operando escondido en los callejones de la colonia Valle Verde.
En el recorrido que se realiza, un vigía toma fotos. Luego corre y retorna para intimidar y hacer señas.
Sobre uno de los callejones, a mitad de calle, dos sujetos extienden una mesa con una mantel lleno de celulares de diferentes marcas. La mayoría adquiridos en asaltos a los transeúntes, que se ofertan de forma descarada.
Por este, dame tres varos, por este cuatro y aquel lo tengo en dos.