/ jueves 28 de marzo de 2024

Agenda IP | Un reconocimiento a ellas

Esta semana, el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), recordó que en 1988, en el marco del Congreso de Trabajadoras del Hogar que se desarrolló en Bogotá, Colombia, se instituyó el 30 de marzo como el Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar, con el propósito de reivindicar los derechos de quienes se dedican a esta actividad, promover el trabajo en condiciones dignas y reconocer su aportación a la economía mundial.

De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), los trabajadores domésticos “son aquellos que realizan trabajos en o para un hogar o hogares privados.

Esto puede incluir tareas como la limpieza de la casa, la cocina, el lavado y planchado de la ropa, el cuidado de los niños o de los miembros ancianos o enfermos de una familia, la jardinería, la vigilancia de la casa, la conducción para la familia e incluso el cuidado de los animales domésticos”.

El organismo destaca en su página oficial, que de los 75.6 millones de trabajadores domésticos en todo el mundo, el 76.2 por ciento son mujeres y el resto son hombres y si bien, prestan servicios esenciales, alrededor del 81 por ciento tiene un empleo informal, además de que ganan el 56 por ciento del salario medio mensual de otros empleados.

Con motivo de esta celebración, el INEGI dio a conocer estadísticas sobre los trabajadores y trabajadoras del hogar en México; recordó que, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), al tercer trimestre de 2023 había 2.5 millones de personas de 15 años y más ocupadas en trabajo doméstico remunerado. Nueve de cada 10 de ellas eran mujeres. Esta cifra representó 4.2 por ciento del total de personas ocupadas, además de que el 69.5 por ciento de quienes se dedicaban al trabajo doméstico remunerado en 2023, no recibió ningún tipo de prestación laboral.

Siguiendo con la encuesta del INEGI, al tercer trimestre de 2023, los años promedio de escolaridad para esta población fueron ocho en las mujeres y nueve en los hombres, es decir, contaban, en promedio, con secundaria incompleta y completa, respectivamente.

Respecto a la situación conyugal y sexo, la fuente reveló que del total de quienes se dedicaban al trabajo doméstico remunerado, 38 por ciento eran jefas o jefes del hogar. El porcentaje de mujeres ocupadas en esta actividad que eran jefas de hogar fue de 36.1 por ciento y para los hombres 55.8 por ciento.

Las condiciones laborales para este sector no son las más idóneas, pues, de acuerdo con los resultados de la ENOE, de los 2.5 millones de personas ocupadas en esta labor, 95.0 por ciento (2 millones 361 mil 408) lo hizo de manera informal y 5.0 por cien to (123 mil 785), de manera formal.

Por sexo, dijo el INEGI; “se observó que un mayor porcentaje de mujeres ocupadas en trabajo doméstico remunerado lo hizo en la informalidad (96.3 por ciento), y de los hombres, 83.4 por ciento estaba en esta condición”.

Acerca de la duración de la jornada laboral, la ENOE arrojó que 37.9 por ciento de las mujeres ocupadas en este tipo de actividades cumplía jornadas de 15 a 34 horas a la semana, mientras que 32.6 por ciento trabajó de 35 a 48 horas a la semana. En tanto, 45.4 por ciento de los hombres laboró de 35 a 48 horas semanales y 28.4 por ciento cumplió jornadas de más de 48 horas a la semana.

Respecto a los ingresos en esta actividad, el 67.8 por ciento ganó hasta un salario mínimo; 24.2 por ciento percibió más de uno y hasta dos salarios mínimos y 2.2 por ciento más de dos salarios mínimos. Aquí también se nota una brecha de género, pues el 70.4 por ciento de las trabajadoras del hogar percibió hasta un salario mínimo, mientras que 43.5 por ciento de los hombres estuvo en este rango salarial.

Además, el 69.5 por ciento de la población total insertada en esta actividad no recibía ningún tipo de prestaciones laborales por parte de quienes los contrataron. De las mujeres, 71.3 por ciento se encontraba en esta situación; para los hombres, este porcentaje fue de 53.1 por ciento.

El servicio que prestan quienes se dedican al trabajo doméstico es de suma importancia, en una economía en la que, por ejemplo, miles de mujeres y hombres que trabajan fuera de casa requieren de su apoyo. Sin embargo, como vemos, falta mucho por avanzar en la mejora de sus condiciones laborales. Un reconocimiento a ellas.

Facebook: María Cristina Valenzuela Cosío

Correo electrónico: cristina9valenzuela@gmail.com

Esta semana, el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), recordó que en 1988, en el marco del Congreso de Trabajadoras del Hogar que se desarrolló en Bogotá, Colombia, se instituyó el 30 de marzo como el Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar, con el propósito de reivindicar los derechos de quienes se dedican a esta actividad, promover el trabajo en condiciones dignas y reconocer su aportación a la economía mundial.

De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), los trabajadores domésticos “son aquellos que realizan trabajos en o para un hogar o hogares privados.

Esto puede incluir tareas como la limpieza de la casa, la cocina, el lavado y planchado de la ropa, el cuidado de los niños o de los miembros ancianos o enfermos de una familia, la jardinería, la vigilancia de la casa, la conducción para la familia e incluso el cuidado de los animales domésticos”.

El organismo destaca en su página oficial, que de los 75.6 millones de trabajadores domésticos en todo el mundo, el 76.2 por ciento son mujeres y el resto son hombres y si bien, prestan servicios esenciales, alrededor del 81 por ciento tiene un empleo informal, además de que ganan el 56 por ciento del salario medio mensual de otros empleados.

Con motivo de esta celebración, el INEGI dio a conocer estadísticas sobre los trabajadores y trabajadoras del hogar en México; recordó que, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), al tercer trimestre de 2023 había 2.5 millones de personas de 15 años y más ocupadas en trabajo doméstico remunerado. Nueve de cada 10 de ellas eran mujeres. Esta cifra representó 4.2 por ciento del total de personas ocupadas, además de que el 69.5 por ciento de quienes se dedicaban al trabajo doméstico remunerado en 2023, no recibió ningún tipo de prestación laboral.

Siguiendo con la encuesta del INEGI, al tercer trimestre de 2023, los años promedio de escolaridad para esta población fueron ocho en las mujeres y nueve en los hombres, es decir, contaban, en promedio, con secundaria incompleta y completa, respectivamente.

Respecto a la situación conyugal y sexo, la fuente reveló que del total de quienes se dedicaban al trabajo doméstico remunerado, 38 por ciento eran jefas o jefes del hogar. El porcentaje de mujeres ocupadas en esta actividad que eran jefas de hogar fue de 36.1 por ciento y para los hombres 55.8 por ciento.

Las condiciones laborales para este sector no son las más idóneas, pues, de acuerdo con los resultados de la ENOE, de los 2.5 millones de personas ocupadas en esta labor, 95.0 por ciento (2 millones 361 mil 408) lo hizo de manera informal y 5.0 por cien to (123 mil 785), de manera formal.

Por sexo, dijo el INEGI; “se observó que un mayor porcentaje de mujeres ocupadas en trabajo doméstico remunerado lo hizo en la informalidad (96.3 por ciento), y de los hombres, 83.4 por ciento estaba en esta condición”.

Acerca de la duración de la jornada laboral, la ENOE arrojó que 37.9 por ciento de las mujeres ocupadas en este tipo de actividades cumplía jornadas de 15 a 34 horas a la semana, mientras que 32.6 por ciento trabajó de 35 a 48 horas a la semana. En tanto, 45.4 por ciento de los hombres laboró de 35 a 48 horas semanales y 28.4 por ciento cumplió jornadas de más de 48 horas a la semana.

Respecto a los ingresos en esta actividad, el 67.8 por ciento ganó hasta un salario mínimo; 24.2 por ciento percibió más de uno y hasta dos salarios mínimos y 2.2 por ciento más de dos salarios mínimos. Aquí también se nota una brecha de género, pues el 70.4 por ciento de las trabajadoras del hogar percibió hasta un salario mínimo, mientras que 43.5 por ciento de los hombres estuvo en este rango salarial.

Además, el 69.5 por ciento de la población total insertada en esta actividad no recibía ningún tipo de prestaciones laborales por parte de quienes los contrataron. De las mujeres, 71.3 por ciento se encontraba en esta situación; para los hombres, este porcentaje fue de 53.1 por ciento.

El servicio que prestan quienes se dedican al trabajo doméstico es de suma importancia, en una economía en la que, por ejemplo, miles de mujeres y hombres que trabajan fuera de casa requieren de su apoyo. Sin embargo, como vemos, falta mucho por avanzar en la mejora de sus condiciones laborales. Un reconocimiento a ellas.

Facebook: María Cristina Valenzuela Cosío

Correo electrónico: cristina9valenzuela@gmail.com