/ lunes 19 de febrero de 2024

Contexto | Desacralizar al presidente

La figura presidencial en México siempre ha sido una institución clave en el sistema político mexicano.

El sistema presidencial ha sido determinante en nuestra historia. Tanta concentración de poder no ha sido bueno para la democracia mexicana pues ha inhibido el desarrollo mas plural de la sociedad. Y sin embargo, el presidente sigue siendo el actor central de todo el espectro político. Lo que haga o deje de hacer siempre tienen algún efecto.

Los medios de comunicación reproducen sin el menor sentido critico cualquier declaración, cualquier opinión o gesto del presidente de la república y se le dan mil lecturas, incluso mas allá de la intención que originalmente se le hubiese querido dar.

Para una sociedad tan plural y compleja como la mexicana no ha sido buena la concentración del poder en un solo hombre.

Sin embargo en los últimos años se han venido caracterizando por una desmedida idolatría hacia la institución presidencial, mas específicamente a la figura del presidente.

La construcción de esa imagen ha sido tal que al presidente se le ve como una figura sagrada, como una figura digna de culto, de admiración, de dueño de la palabra, la suya propia y la de otros…pero la veneración, la idolatría que se observa en la actualidad ha sido una construcción en torno a varios pilares.

Sin duda uno de los mas importantes es la distribución de recursos a distintos grupos de población, principalmente adultos mayores que se han constituido en la fuente de ingresos más importante de muchas familias y que ven el hecho como la voluntad de un solo hombre olvidando el hecho de que son de los recursos públicos de dónde vienen los recursos; en segundo lugar, la martirización del presidente de la república al asumirse como víctima de cualquier situación eludiendo su propia personalidad y en un discurso machacón haciendo responsable de sus propios actos a otros; en tercer lugar un discurso lleno de machismo y violencia verbal que es agresivo y que menosprecia a los posibles adversarios dándole un carácter de ídolo mágico; en cuarto lugar un grupo de seguidores que reproducen, de manera acrítica, sus palabras y sus ideas constituyéndose en verdaderos encubridores de la realidad y en cuidadores de sus propios intereses.

La sociedad mexicana debe, para ser verdaderamente democrática empezar a desacralizar a la figura del presidente, a dejar de verlo como sujeto de veneración y de creencia a ciegas…sino simplemente lo que es…un individuo sujeto a responsabilidades para administrar lo que es de todos.

Una sociedad democrática solo lo será cuando los ciudadanos sean siempre críticos frente al poder de otra suerte México seguirá siendo producto de la voluntad de un solo y ya lo hemos visto, eso no es bueno para nadie.

La desacralización de la figura presidencial puede ser el mejor comienzo para una sociedad que frente a los hombres del poder sea crítica.

De otra suerte el destino de México no será otro que el seguir viviendo en una sociedad mendicante frente a quienes detentan el poder en México y seguir viéndoles como dueños de nuestros destinos.

Correo: contextotoluca@gmail.com

La figura presidencial en México siempre ha sido una institución clave en el sistema político mexicano.

El sistema presidencial ha sido determinante en nuestra historia. Tanta concentración de poder no ha sido bueno para la democracia mexicana pues ha inhibido el desarrollo mas plural de la sociedad. Y sin embargo, el presidente sigue siendo el actor central de todo el espectro político. Lo que haga o deje de hacer siempre tienen algún efecto.

Los medios de comunicación reproducen sin el menor sentido critico cualquier declaración, cualquier opinión o gesto del presidente de la república y se le dan mil lecturas, incluso mas allá de la intención que originalmente se le hubiese querido dar.

Para una sociedad tan plural y compleja como la mexicana no ha sido buena la concentración del poder en un solo hombre.

Sin embargo en los últimos años se han venido caracterizando por una desmedida idolatría hacia la institución presidencial, mas específicamente a la figura del presidente.

La construcción de esa imagen ha sido tal que al presidente se le ve como una figura sagrada, como una figura digna de culto, de admiración, de dueño de la palabra, la suya propia y la de otros…pero la veneración, la idolatría que se observa en la actualidad ha sido una construcción en torno a varios pilares.

Sin duda uno de los mas importantes es la distribución de recursos a distintos grupos de población, principalmente adultos mayores que se han constituido en la fuente de ingresos más importante de muchas familias y que ven el hecho como la voluntad de un solo hombre olvidando el hecho de que son de los recursos públicos de dónde vienen los recursos; en segundo lugar, la martirización del presidente de la república al asumirse como víctima de cualquier situación eludiendo su propia personalidad y en un discurso machacón haciendo responsable de sus propios actos a otros; en tercer lugar un discurso lleno de machismo y violencia verbal que es agresivo y que menosprecia a los posibles adversarios dándole un carácter de ídolo mágico; en cuarto lugar un grupo de seguidores que reproducen, de manera acrítica, sus palabras y sus ideas constituyéndose en verdaderos encubridores de la realidad y en cuidadores de sus propios intereses.

La sociedad mexicana debe, para ser verdaderamente democrática empezar a desacralizar a la figura del presidente, a dejar de verlo como sujeto de veneración y de creencia a ciegas…sino simplemente lo que es…un individuo sujeto a responsabilidades para administrar lo que es de todos.

Una sociedad democrática solo lo será cuando los ciudadanos sean siempre críticos frente al poder de otra suerte México seguirá siendo producto de la voluntad de un solo y ya lo hemos visto, eso no es bueno para nadie.

La desacralización de la figura presidencial puede ser el mejor comienzo para una sociedad que frente a los hombres del poder sea crítica.

De otra suerte el destino de México no será otro que el seguir viviendo en una sociedad mendicante frente a quienes detentan el poder en México y seguir viéndoles como dueños de nuestros destinos.

Correo: contextotoluca@gmail.com