/ domingo 15 de mayo de 2022

El Tintero de las Musas | Qué cosas tiene la vida…


Ahora sí que me morí de rabia. El hecho de que pudiera decir el presidente, que tenemos a cuidar de no matar a quienes estén tratando de matarnos, o sea a la gente que se supone nos debe defender, a nuestra guardia, es para Ripley. O sea, pónganse de pechito estos hermosos guardias de la seguridad nacional, o policías, o judiciales, porque los malos, también deben vivir. Y si los matan, pues ya qué. Con una indemnización de 2.40 centavos, es más que lo justo.

O sea, las malas enseñanzas de los padres de los malos, la falta de virtudes y valores son algo en lo que se debió de poner límites, pero si no, pues ni modo. Así piensa la 4T. Ellos no tuvieron la culpa de nacer en donde nadie los quiere. Todos los sinvergüenzas que ayudan a hacer de las suyas a los que violan, matan, secuestran, lastiman, destruyen y se drogan y drogan a quien tienen enfrente, tienen que ser cuidados. ¡Por Dios Santo!

Los padres de estos chicos, también están dolidos, desechos. Les dan permiso a sus muchachitos que salgan a brincar, saltar, jugar, corretear, correr todo lo que puedan en las carreteras, matar, secuestrar, violar, herir, lastimar. Y la verdad, si tienen una pisca de conciencia, deben sentirse más que desechos. Más que mal. Nadie, con profunda inteligencia y sentido común, debe dormir un ápice, mientras sus hijos están delinquiendo a todas horas del día. O de la madrugada.

¿Qué tanto está creciendo la delincuencia en México? ¿Los feminicidios? ¿Los robos a las casas? No sabemos, ni lo sabremos nunca. Con cien mil muertos, más los que se acumularon de la pandemia, son más que suficientes. Y esas madres, padres, hermanos, hermanas, esposas, hijas o parientes, deben de verdad estar absolutamente destrozadas. Nunca los van a encontrar.

Como aquella vez a que a la señora Rosario Ibarra de Piedra le quisieron dar su medalla Belisario Domínguez, y el discurso que pronunció su hija, no la actual Comisionada de Derechos Humanos, fue devastadora. Hasta que encuentren al último de los perdidos, ella iría a recibirla. Nunca fue encontrado su hijo.

Pulverizado tal vez, o mordido y devorado por los peces más sanguinarios de los mares mexicanos. O simplemente quemado. Qué horror.

No tenemos la más mínima de las seguridades en este país. De norte a sur y de este a oeste. No es justo que quien maneje este lugar sea la delincuencia organizada. Que tiene más apoyo, más armas, más bondades, que quienes se arriesgan la vida todos los días.

Como, y sin ir más lejos, fue lo que pasó en el sur de nuestro Estado. Todo mundo estaba aterrado y resguardado en sus casas.

Educación, cultura, deporte, salud.

Actuaron muy bien los militares, por respeto a los derechos humanos dijeron tanto AMLO como el Secretario de la Defensa. Ellos, los malditos delincuentes, sí tenían armas. Y los andaban correteando. Y eso salió en todos los medios de comunicación y en las redes.

Pero pobrecitos. Debemos dejar que sus papitos lindos sigan dormidos, mientras ellos hacen sus travesuras. Total, ¿Qué tanto son cien mil muertos, mas los desaparecidos, más los del Covid? ¿Qué tanto es tantito?

gildamh@hotmail.com


Ahora sí que me morí de rabia. El hecho de que pudiera decir el presidente, que tenemos a cuidar de no matar a quienes estén tratando de matarnos, o sea a la gente que se supone nos debe defender, a nuestra guardia, es para Ripley. O sea, pónganse de pechito estos hermosos guardias de la seguridad nacional, o policías, o judiciales, porque los malos, también deben vivir. Y si los matan, pues ya qué. Con una indemnización de 2.40 centavos, es más que lo justo.

O sea, las malas enseñanzas de los padres de los malos, la falta de virtudes y valores son algo en lo que se debió de poner límites, pero si no, pues ni modo. Así piensa la 4T. Ellos no tuvieron la culpa de nacer en donde nadie los quiere. Todos los sinvergüenzas que ayudan a hacer de las suyas a los que violan, matan, secuestran, lastiman, destruyen y se drogan y drogan a quien tienen enfrente, tienen que ser cuidados. ¡Por Dios Santo!

Los padres de estos chicos, también están dolidos, desechos. Les dan permiso a sus muchachitos que salgan a brincar, saltar, jugar, corretear, correr todo lo que puedan en las carreteras, matar, secuestrar, violar, herir, lastimar. Y la verdad, si tienen una pisca de conciencia, deben sentirse más que desechos. Más que mal. Nadie, con profunda inteligencia y sentido común, debe dormir un ápice, mientras sus hijos están delinquiendo a todas horas del día. O de la madrugada.

¿Qué tanto está creciendo la delincuencia en México? ¿Los feminicidios? ¿Los robos a las casas? No sabemos, ni lo sabremos nunca. Con cien mil muertos, más los que se acumularon de la pandemia, son más que suficientes. Y esas madres, padres, hermanos, hermanas, esposas, hijas o parientes, deben de verdad estar absolutamente destrozadas. Nunca los van a encontrar.

Como aquella vez a que a la señora Rosario Ibarra de Piedra le quisieron dar su medalla Belisario Domínguez, y el discurso que pronunció su hija, no la actual Comisionada de Derechos Humanos, fue devastadora. Hasta que encuentren al último de los perdidos, ella iría a recibirla. Nunca fue encontrado su hijo.

Pulverizado tal vez, o mordido y devorado por los peces más sanguinarios de los mares mexicanos. O simplemente quemado. Qué horror.

No tenemos la más mínima de las seguridades en este país. De norte a sur y de este a oeste. No es justo que quien maneje este lugar sea la delincuencia organizada. Que tiene más apoyo, más armas, más bondades, que quienes se arriesgan la vida todos los días.

Como, y sin ir más lejos, fue lo que pasó en el sur de nuestro Estado. Todo mundo estaba aterrado y resguardado en sus casas.

Educación, cultura, deporte, salud.

Actuaron muy bien los militares, por respeto a los derechos humanos dijeron tanto AMLO como el Secretario de la Defensa. Ellos, los malditos delincuentes, sí tenían armas. Y los andaban correteando. Y eso salió en todos los medios de comunicación y en las redes.

Pero pobrecitos. Debemos dejar que sus papitos lindos sigan dormidos, mientras ellos hacen sus travesuras. Total, ¿Qué tanto son cien mil muertos, mas los desaparecidos, más los del Covid? ¿Qué tanto es tantito?

gildamh@hotmail.com