/ miércoles 10 de mayo de 2023

Imagogenia | Recomendaciones

La sección “Quién es quién en las mentiras de la semana”, que forma parte de las conferencias matutinas del presidente, Andrés Manuel López Obrador, se ha convertido en una herramienta para descalificar y estigmatizar el trabajo de los medios de comunicación y periodistas que no se apegan a las ideas o estándares políticos del actual gobierno. Elizabeth García Vilchis, navega bajo el estandarte “no es falso, pero tampoco es verdadero”, e independientemente de si sabe leer o no, su participación en las mañaneras en vez de convertirse en un espacio que busca erradicar la propagación de las “fake news” que ciertamente no favorecen la optima comunicación de las labores gubernamentales, ha propiciado que se hagan señalamiento directos a comunicadores y medios de comunicación; lo que abona, en gran medida, a la imagen de personaje autoritario del presidente que tiene completa intolerancia a la crítica y la retroalimentación, algo que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha notado y por ende ha alzado la voz.

La CIDH, en su informe Anual de la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión, ha recomendado al Estado mexicano que desaparezca esta sección, argumentando que es un espacio utilizado por el poder ejecutivo para estigmatizar y descalificar el trabajo de la prensa, lo que va en contra de los estándares interamericanos sobre libertad de expresión y abona a la situación de violencia que viven los medios en México.

Así el día miércoles desde la tradicional mañanera, el titular del ejecutivo, muy acorde a su estilo, calificó a la Comisión como una organización palera y, al exhorto que le hicieron al gobierno mexicano, como un acto de “injerencismo”; fiel a su discurso, se negó a acatarlo ya que, según él, “carecen de autoridad moral y política”, además de señalar que no necesita que nadie le diga cómo gobernar su país e incluso hizo su propia recomendación al proponer la desaparición de la Organización de Estados Americanos (OEA) porque es un organismo que “lo único que ha hecho es avalar los actos autoritarios en contra de gobierno legítimos, legales, populares en América Latina”

Sin duda, este tipo de reacciones por parte del presidente a recomendaciones de organismos externos a nuestro país contribuyen a la creciente percepción de autoritarismo que ha construido a lo largo de su administración. Sus descalificaciones y estigmatizaciones hacia los medios y periodistas que no se apegan a sus ideas o estándares políticos, junto con su falta de respeto hacia las instituciones internacionales, generan una sensación de intolerancia hacia la crítica y la libertad de expresión.

Al final, lo que queda claro es que México es uno de los países más violentos del mundo para el gremio periodístico pues en lo que va de la actual administración de López Obrador un total de 37 periodistas han sido asesinados y a la fecha poco o nada se ha hecho al respecto. AMLO tiene una gran labor por delante en lo que a este sector respecta y, sea o no una recomendación de algún organismo internacional, algo se debe hacer para modificar la imagen de autoritarismo que se está gestando aunado a la percepción de violencia que se ha fomentado hacia el gremio periodístico.

Facebook: Mar Nava Argüelles

Twitter: @Mar_Naa

Spotify: Imagogenia

La sección “Quién es quién en las mentiras de la semana”, que forma parte de las conferencias matutinas del presidente, Andrés Manuel López Obrador, se ha convertido en una herramienta para descalificar y estigmatizar el trabajo de los medios de comunicación y periodistas que no se apegan a las ideas o estándares políticos del actual gobierno. Elizabeth García Vilchis, navega bajo el estandarte “no es falso, pero tampoco es verdadero”, e independientemente de si sabe leer o no, su participación en las mañaneras en vez de convertirse en un espacio que busca erradicar la propagación de las “fake news” que ciertamente no favorecen la optima comunicación de las labores gubernamentales, ha propiciado que se hagan señalamiento directos a comunicadores y medios de comunicación; lo que abona, en gran medida, a la imagen de personaje autoritario del presidente que tiene completa intolerancia a la crítica y la retroalimentación, algo que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha notado y por ende ha alzado la voz.

La CIDH, en su informe Anual de la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión, ha recomendado al Estado mexicano que desaparezca esta sección, argumentando que es un espacio utilizado por el poder ejecutivo para estigmatizar y descalificar el trabajo de la prensa, lo que va en contra de los estándares interamericanos sobre libertad de expresión y abona a la situación de violencia que viven los medios en México.

Así el día miércoles desde la tradicional mañanera, el titular del ejecutivo, muy acorde a su estilo, calificó a la Comisión como una organización palera y, al exhorto que le hicieron al gobierno mexicano, como un acto de “injerencismo”; fiel a su discurso, se negó a acatarlo ya que, según él, “carecen de autoridad moral y política”, además de señalar que no necesita que nadie le diga cómo gobernar su país e incluso hizo su propia recomendación al proponer la desaparición de la Organización de Estados Americanos (OEA) porque es un organismo que “lo único que ha hecho es avalar los actos autoritarios en contra de gobierno legítimos, legales, populares en América Latina”

Sin duda, este tipo de reacciones por parte del presidente a recomendaciones de organismos externos a nuestro país contribuyen a la creciente percepción de autoritarismo que ha construido a lo largo de su administración. Sus descalificaciones y estigmatizaciones hacia los medios y periodistas que no se apegan a sus ideas o estándares políticos, junto con su falta de respeto hacia las instituciones internacionales, generan una sensación de intolerancia hacia la crítica y la libertad de expresión.

Al final, lo que queda claro es que México es uno de los países más violentos del mundo para el gremio periodístico pues en lo que va de la actual administración de López Obrador un total de 37 periodistas han sido asesinados y a la fecha poco o nada se ha hecho al respecto. AMLO tiene una gran labor por delante en lo que a este sector respecta y, sea o no una recomendación de algún organismo internacional, algo se debe hacer para modificar la imagen de autoritarismo que se está gestando aunado a la percepción de violencia que se ha fomentado hacia el gremio periodístico.

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