/ sábado 4 de noviembre de 2017

Política en Blanco y Negro

Como lo hemos mencionado, al término de la penúltima sesión de renegociaciones del Tratado de Libre Comercio para América del Norte, surgió un momento de crisis, mismo que se caracterizó por llevar hacia el primer trimestre de 2018 la conclusión de este ejercicio que Estados Unidos pusiera por fuerza y por interés sobre la mesa, y más aún, por evidenciar el posible término del tratado debido a las exigencias de nuestro vecino del norte.

Actualmente, existen opiniones encontradas en todos los niveles acerca de esta posibilidad, medios como The Economist indican que la intención de EU es en realidad terminar con el acuerdo, pues sus exigencias rayan lo extremo; por otra parte, la agencia calificadora Fitch ha mencionado recientemente la baja probabilidad de que el TLCAN quede anulado, convergiendo finalmente todo este escenario en un solo punto: incertidumbre. Situación que le ha costado depreciación a nuestra moneda frente al dólar en recientes fechas y que por supuesto da lugar a variadísimos escenarios.

Por si fuera poco, trasciende que el presidente Donald Trump planea el recorte de tasas impositivas en su país, de manera precisa, se habla de la posible reducción del impuesto corporativo estadounidense de una tasa actual de 35% a un 20% y el impuesto a personas físicas bajaría también a un 35% de un actual 39.5%.

En una primera impresión, una situación como esta perecería completamente ajena a México, sin embargo, de ocurrir tendría un efecto por demás negativo, pues actualmente el ISR en nuestro país posee una tasa del 30%, la cual a razón de los cambios en Estados Unidos nos pondría en desventaja, pues ahora resultaría para el sector empresarial invertir de manera más cómoda en territorio norteamericano que en el nacional, provocando fugas de capitales que actualmente se tienen comprometidos.

Siendo además un año electoral para México, la reforma fiscal de Trump obligaría de inmediato a complementar la iniciada en México por el presidente Peña Nieto, o en su caso, correspondería al nuevo titular del ejecutivo reproducir una totalmente nueva, misma que fuera acorde a la tendencia mundial, que efectivamente marca la tendencia a la baja de impuestos como el corporativo en EU y el ISR en México y a la alza en tributos directos al consumo, como el IVA.

La cuestión a observar detenidamente en todo este fenómeno, es propiamente que ambos sucesos (incertidumbre en el TLC y Reforma Fiscal de Trump) ocurren de manera simultánea y no aislada, ambos por supuesto, buscan beneficiar el ámbito económico de Estados Unidos a través principalmente de la captación de inversiones, y ambas acciones por desgracia, ya sea intencionada o no, perjudicarían de lleno a nuestro país. Este fin de 2017 será definitorio de variadas maneras para nuestra economía nacional.

 

columnaloblancoylonegro@hotmail.com

Como lo hemos mencionado, al término de la penúltima sesión de renegociaciones del Tratado de Libre Comercio para América del Norte, surgió un momento de crisis, mismo que se caracterizó por llevar hacia el primer trimestre de 2018 la conclusión de este ejercicio que Estados Unidos pusiera por fuerza y por interés sobre la mesa, y más aún, por evidenciar el posible término del tratado debido a las exigencias de nuestro vecino del norte.

Actualmente, existen opiniones encontradas en todos los niveles acerca de esta posibilidad, medios como The Economist indican que la intención de EU es en realidad terminar con el acuerdo, pues sus exigencias rayan lo extremo; por otra parte, la agencia calificadora Fitch ha mencionado recientemente la baja probabilidad de que el TLCAN quede anulado, convergiendo finalmente todo este escenario en un solo punto: incertidumbre. Situación que le ha costado depreciación a nuestra moneda frente al dólar en recientes fechas y que por supuesto da lugar a variadísimos escenarios.

Por si fuera poco, trasciende que el presidente Donald Trump planea el recorte de tasas impositivas en su país, de manera precisa, se habla de la posible reducción del impuesto corporativo estadounidense de una tasa actual de 35% a un 20% y el impuesto a personas físicas bajaría también a un 35% de un actual 39.5%.

En una primera impresión, una situación como esta perecería completamente ajena a México, sin embargo, de ocurrir tendría un efecto por demás negativo, pues actualmente el ISR en nuestro país posee una tasa del 30%, la cual a razón de los cambios en Estados Unidos nos pondría en desventaja, pues ahora resultaría para el sector empresarial invertir de manera más cómoda en territorio norteamericano que en el nacional, provocando fugas de capitales que actualmente se tienen comprometidos.

Siendo además un año electoral para México, la reforma fiscal de Trump obligaría de inmediato a complementar la iniciada en México por el presidente Peña Nieto, o en su caso, correspondería al nuevo titular del ejecutivo reproducir una totalmente nueva, misma que fuera acorde a la tendencia mundial, que efectivamente marca la tendencia a la baja de impuestos como el corporativo en EU y el ISR en México y a la alza en tributos directos al consumo, como el IVA.

La cuestión a observar detenidamente en todo este fenómeno, es propiamente que ambos sucesos (incertidumbre en el TLC y Reforma Fiscal de Trump) ocurren de manera simultánea y no aislada, ambos por supuesto, buscan beneficiar el ámbito económico de Estados Unidos a través principalmente de la captación de inversiones, y ambas acciones por desgracia, ya sea intencionada o no, perjudicarían de lleno a nuestro país. Este fin de 2017 será definitorio de variadas maneras para nuestra economía nacional.

 

columnaloblancoylonegro@hotmail.com