/ martes 10 de abril de 2018

Rescate Tierra


Habemus homo

Charlé a media semana con personas del equipo de Margarita Zavala, me dijeron que van bien y ganarán. Con algunos de los morenistas, y no tienen duda, Andrés Manuel será el bueno. Afines a José Meade resaltaron que dará la sorpresa y de Ricardo Anaya su equipo lo considera la única alternativa viable. En resumen, todos van a ganar.

Revisando números de las encuestas, en la mayoría AMLO permanece en punta. Margarita, quien antes de su salida del PAN llegó a estar 10 puntos debajo de él, -segundo lugar- hoy ya como independiente viene ascendiendo de 3 a 10, pero desde abajo. Anaya aparece acercándose de 20 a 15 puntos, pero también alejándose y Meade mantiene su ritmo en tercer lugar, como esperando el momento de que algo ocurra.

Quizá el regalo de campaña, la declaración de Trump de militarizar la frontera y las declaraciones de Peña sacando la casta por México, le dieron un empujoncito al PRI en el que solidarios con la Patria, los candidatos se sumaron. Era lo correcto, cuando los problemas llegan a la familia las diferencias deben olvidarse y todos ayudan.

El fenómeno local mexiquense es semejante, PRI, PAN, PRD, PT, PES, Morena y MC, todos van a ganar. No hay candidato perdedor y todos suman para la Patria.

Los ciudadanos, con casi 60 por ciento de indecisos, miran a un lado, escuchan un discurso, observan fotos, ven recorridos. Los suspirantes ponderan positivamente su oportunidad de ganar, unos por experiencia, otros por ser la diferencia, unos más saben cómo hacerlo y los menos porque son -en sus palabras- la auténtica voz del pueblo.

Una manera de cuadrar los discursos de campaña deberían ser los hechos. Quien habla de lealtad, habrá que ver si ha sido leal. Quien de experiencia y honestidad sus palabras coincidirán con el análisis de su trabajo y resultados. Quien de paz, perdón y esperanza exhibirá congruencia en sus actos y sus representantes.

La parte más importante del cuerpo es la cabeza. En las instituciones políticas es igual. Si la cabeza está mal, el cuerpo también. Si la cabeza está bien, hay sanidad financiera, honestidad, colaboración, no hay favoritismo, ni mentiras, hay proyecto, dirección, sentido, amor al semejante.

El 1 de julio sabremos quién y quiénes ganaron. Los ciudadanos o los intereses mezquinos de simuladores que aparentaron ser buenos para lograr sus objetivos. Si fueron los ciudadanos, habrá aliento para el pueblo, pero sólo se sabrá el 1 de julio.


Habemus homo

Charlé a media semana con personas del equipo de Margarita Zavala, me dijeron que van bien y ganarán. Con algunos de los morenistas, y no tienen duda, Andrés Manuel será el bueno. Afines a José Meade resaltaron que dará la sorpresa y de Ricardo Anaya su equipo lo considera la única alternativa viable. En resumen, todos van a ganar.

Revisando números de las encuestas, en la mayoría AMLO permanece en punta. Margarita, quien antes de su salida del PAN llegó a estar 10 puntos debajo de él, -segundo lugar- hoy ya como independiente viene ascendiendo de 3 a 10, pero desde abajo. Anaya aparece acercándose de 20 a 15 puntos, pero también alejándose y Meade mantiene su ritmo en tercer lugar, como esperando el momento de que algo ocurra.

Quizá el regalo de campaña, la declaración de Trump de militarizar la frontera y las declaraciones de Peña sacando la casta por México, le dieron un empujoncito al PRI en el que solidarios con la Patria, los candidatos se sumaron. Era lo correcto, cuando los problemas llegan a la familia las diferencias deben olvidarse y todos ayudan.

El fenómeno local mexiquense es semejante, PRI, PAN, PRD, PT, PES, Morena y MC, todos van a ganar. No hay candidato perdedor y todos suman para la Patria.

Los ciudadanos, con casi 60 por ciento de indecisos, miran a un lado, escuchan un discurso, observan fotos, ven recorridos. Los suspirantes ponderan positivamente su oportunidad de ganar, unos por experiencia, otros por ser la diferencia, unos más saben cómo hacerlo y los menos porque son -en sus palabras- la auténtica voz del pueblo.

Una manera de cuadrar los discursos de campaña deberían ser los hechos. Quien habla de lealtad, habrá que ver si ha sido leal. Quien de experiencia y honestidad sus palabras coincidirán con el análisis de su trabajo y resultados. Quien de paz, perdón y esperanza exhibirá congruencia en sus actos y sus representantes.

La parte más importante del cuerpo es la cabeza. En las instituciones políticas es igual. Si la cabeza está mal, el cuerpo también. Si la cabeza está bien, hay sanidad financiera, honestidad, colaboración, no hay favoritismo, ni mentiras, hay proyecto, dirección, sentido, amor al semejante.

El 1 de julio sabremos quién y quiénes ganaron. Los ciudadanos o los intereses mezquinos de simuladores que aparentaron ser buenos para lograr sus objetivos. Si fueron los ciudadanos, habrá aliento para el pueblo, pero sólo se sabrá el 1 de julio.