/ martes 2 de enero de 2024

¡Taamales, aaatoleee!!: el ambulantaje ya no es como era

Es muy temprano y la temperatura de las mañanas toluqueñas requieren de una bebida para entrar en calor y nada mejor que un atolito y no sé si un tamal con eso de que hay que guardase un poco en estas fechas para conservar la línea, pero ya veremos, y mientras camino y encuentro a una vendedora de atole, si esas que se ponen muy temprano en las esquinas y a las que se acercan los oficinistas, los albañiles que van a una obra, las señoras que no hicieron de desayunar y se los compran a los niños como lunch o como desayuno para llevar y hasta los taxistas que madrugaron para ganar pasaje.

Camino por las calles, a esa hora, tranquilas, son las 7:30 de la mañana y en una esquina veo a la señora con su triciclo y su tambo de tamales y su olla de atole.

Mientras me froto las manos para calentarlas, le digo : buenos días, ¿de qué sabor es atolito?,

-Hoy es arroz…justo mi preferido, pienso.

-me da uno por favor

-quiere tamal también,

-De que sabores tiene.

-dulce, chile verde, mole rojo o de rajas…

-mmm, no se ¡ya no hacen canarios ¿verdad?, le pregunto?, por cierto ¿a que hora se levanta para preparar todo?

-no pus yo la verdad no los hago, voy a casa del patrón a recogerlos a las seis y media y de ahí me vengo en la bicicleta a esta esquina que me toca…

-achis dije, ¿entonces no es su negocio?

-la verdad no a mi me pagan una parte de lo que venda.

-ah ok, le dije sin mayor comentario.

Tome mi vaso de atole de arroz y continue mi camino.

La confesión de la vendedora de tamales me hizo reflexionar sobre el comercio ambulante. Yo que nací en el centro de Toluca, durante muchos años he convivido con los ambulantes que bajaban de sus pueblos a vender tostadas, o los que vendían alguna prenda o juguetes y se iban a la ciudad de México a comprarlos antes de navidad para sacar buenos precios y luego venderlos en alguna calle de Toluca y tener alguna ganancia para que les salera para comer, o los que tenían sus macetitas y vendían alguna planta, o algo de sus cosechas entre otras muchas cosas…era sobre todo un esfuerzo individual o de una familia…se ocupaban las calles solo por algunas horas y se iban. Lo misma pasaba con las que vendían tostadas de nopales en las calles y con sus canastas como parte de la gastronomía toluqueña…

Pero lo que me contó la vendedora muestra que el ambulantaje, como fenómeno social de subsistencia familiar ha cambiado y ha sido aprovechado por grandes distribuidores de productos que aprovechando de la necesidad de trabajo de muchos explotan su condición para lucrar con su trabajo y con la ocupación del espacio publico evadiendo impuestos, pagos de derechos y no otorgando ninguna prestación a quienes trabajan para ellos…lo mismo se ha podido constatar con quienes venden prendas de vestir o accesorios para mujeres y hombres y hasta las grandes empresas como Telmex, total play o helados y refrescos se aprovechan de esta situación para vender sus productos en la economía informal…

En torno a esto se organizan muchos de las personas que están en las esquinas como una nueva forma de explotación de la gente por la pobreza y la necesidad. Más de uno ha visto en muchos cruceros como algunos de los que limpian parabrisas o ponen almorol en las llantas son bajados de grandes camionetas para realizar este tipo de actividades y luego, más tarde, pasan a recoger las ganancias en casi un nuevo sistema d esclavitud y de ocupación y pelea por el espacio publico…

…y si, el ambulantaje ya no es como era…es un nuevo fenómeno de explotación y de acumulación de riqueza y toda a costa de la pobreza y el poco orden en el espacio público.

Correo: contextotoluca@gmail.com

Es muy temprano y la temperatura de las mañanas toluqueñas requieren de una bebida para entrar en calor y nada mejor que un atolito y no sé si un tamal con eso de que hay que guardase un poco en estas fechas para conservar la línea, pero ya veremos, y mientras camino y encuentro a una vendedora de atole, si esas que se ponen muy temprano en las esquinas y a las que se acercan los oficinistas, los albañiles que van a una obra, las señoras que no hicieron de desayunar y se los compran a los niños como lunch o como desayuno para llevar y hasta los taxistas que madrugaron para ganar pasaje.

Camino por las calles, a esa hora, tranquilas, son las 7:30 de la mañana y en una esquina veo a la señora con su triciclo y su tambo de tamales y su olla de atole.

Mientras me froto las manos para calentarlas, le digo : buenos días, ¿de qué sabor es atolito?,

-Hoy es arroz…justo mi preferido, pienso.

-me da uno por favor

-quiere tamal también,

-De que sabores tiene.

-dulce, chile verde, mole rojo o de rajas…

-mmm, no se ¡ya no hacen canarios ¿verdad?, le pregunto?, por cierto ¿a que hora se levanta para preparar todo?

-no pus yo la verdad no los hago, voy a casa del patrón a recogerlos a las seis y media y de ahí me vengo en la bicicleta a esta esquina que me toca…

-achis dije, ¿entonces no es su negocio?

-la verdad no a mi me pagan una parte de lo que venda.

-ah ok, le dije sin mayor comentario.

Tome mi vaso de atole de arroz y continue mi camino.

La confesión de la vendedora de tamales me hizo reflexionar sobre el comercio ambulante. Yo que nací en el centro de Toluca, durante muchos años he convivido con los ambulantes que bajaban de sus pueblos a vender tostadas, o los que vendían alguna prenda o juguetes y se iban a la ciudad de México a comprarlos antes de navidad para sacar buenos precios y luego venderlos en alguna calle de Toluca y tener alguna ganancia para que les salera para comer, o los que tenían sus macetitas y vendían alguna planta, o algo de sus cosechas entre otras muchas cosas…era sobre todo un esfuerzo individual o de una familia…se ocupaban las calles solo por algunas horas y se iban. Lo misma pasaba con las que vendían tostadas de nopales en las calles y con sus canastas como parte de la gastronomía toluqueña…

Pero lo que me contó la vendedora muestra que el ambulantaje, como fenómeno social de subsistencia familiar ha cambiado y ha sido aprovechado por grandes distribuidores de productos que aprovechando de la necesidad de trabajo de muchos explotan su condición para lucrar con su trabajo y con la ocupación del espacio publico evadiendo impuestos, pagos de derechos y no otorgando ninguna prestación a quienes trabajan para ellos…lo mismo se ha podido constatar con quienes venden prendas de vestir o accesorios para mujeres y hombres y hasta las grandes empresas como Telmex, total play o helados y refrescos se aprovechan de esta situación para vender sus productos en la economía informal…

En torno a esto se organizan muchos de las personas que están en las esquinas como una nueva forma de explotación de la gente por la pobreza y la necesidad. Más de uno ha visto en muchos cruceros como algunos de los que limpian parabrisas o ponen almorol en las llantas son bajados de grandes camionetas para realizar este tipo de actividades y luego, más tarde, pasan a recoger las ganancias en casi un nuevo sistema d esclavitud y de ocupación y pelea por el espacio publico…

…y si, el ambulantaje ya no es como era…es un nuevo fenómeno de explotación y de acumulación de riqueza y toda a costa de la pobreza y el poco orden en el espacio público.

Correo: contextotoluca@gmail.com