/ lunes 21 de enero de 2019

#TodoComunica


¿Perdone usted? ¿Sin responsables?

Frases generales, con algunos rasgos de verdad –que las hacen verosímiles; datos que “no se tienen a la mano”; adjetivos que se utilizan para sintetizar lo que no se puede explicar; descalificación de los “oponentes”; expresiones contradictorias y cambio de mensajes, aderezados de anuncios; acompañados de estrategias mal planteadas y peor informadas, que provocan más problemas. Así la comunicación en los primeros 52 días del gobierno federal.

La tragedia ocurrida en la localidad de San Primitivo, en Tlahuelilpan, Hidalgo, ha puesto de manifiesto la inexperiencia e irresponsabilidad de la autoridad, tanto federal como estatal. Hasta la mañana de este domingo se contaban 79 personas que perdieron la vida. La cifra podría incrementarse.

Investigaciones periodísticas indican que en el lugar había elementos de la policía de Hidalgo y del ejército, luego de que Pemex reportó la toma clandestina, donde cientos de habitantes recolectaban combustible desde las 16 horas del viernes. Sólo llamaron a la gente para que no lo hiciera, pero no los retiraron, mientras la gasolina salía a grandes cantidades del ducto -como lo han mostrado algunos videos- hasta el momento de la explosión, que ocurrió 4 horas después del primer reporte.

Inexperiencia, quizá… y eso lo hemos pagado en otros gobiernos, pero la administración de Hidalgo tiene ya 3 años. Las autoridades tienen los recursos y la fuerza para desalojar a la gente, pero es claro que no se quería confrontar “al pueblo”, para evitar una imagen de represión. Ahora hay una tragedia. ¿Ambos gobiernos son corresponsables por negligencia?

Ni siquiera en la primera conferencia de prensa, del sábado 19 de enero, se coordinaron: el gobernador de Hidalgo, Omar Fayad, informó que eran 74 los heridos, y el secretario de Salud del gobierno federal, Jorge Alcocer, dijo que eran 80.

Y el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, sigue en el discurso de la corrupción y el ataque a sus antecesores para justificar los males que ahora se presentan; pero su mensaje es contradictorio. En la conferencia de ayer domingo advirtió que “no habrá recomendaciones para utilizar la Fiscalía en contra de adversarios, no habrá represalias, no se usará a la Fiscalía para afectar a opositores”, pero más adelante afirmó que no dejará pasar nada: “No luché, ni me apoyó la gente para llegar aquí, para convertirme en alcahuete de corruptos”.

En las redes sociales la polarización aumenta, pero en buena medida ha sido alentada por el propio presidente, quien –desde mi perspectiva- no tardará en consultar si debe castigar a sus antecesores. Tiempo al tiempo.

PERCEPCIÓN

¿Bastará pedir perdón a la gente si “su lucha” causa sacrificios, daños, molestias? La fuerza de la opinión pública es su prioridad.

@RJoyaC


¿Perdone usted? ¿Sin responsables?

Frases generales, con algunos rasgos de verdad –que las hacen verosímiles; datos que “no se tienen a la mano”; adjetivos que se utilizan para sintetizar lo que no se puede explicar; descalificación de los “oponentes”; expresiones contradictorias y cambio de mensajes, aderezados de anuncios; acompañados de estrategias mal planteadas y peor informadas, que provocan más problemas. Así la comunicación en los primeros 52 días del gobierno federal.

La tragedia ocurrida en la localidad de San Primitivo, en Tlahuelilpan, Hidalgo, ha puesto de manifiesto la inexperiencia e irresponsabilidad de la autoridad, tanto federal como estatal. Hasta la mañana de este domingo se contaban 79 personas que perdieron la vida. La cifra podría incrementarse.

Investigaciones periodísticas indican que en el lugar había elementos de la policía de Hidalgo y del ejército, luego de que Pemex reportó la toma clandestina, donde cientos de habitantes recolectaban combustible desde las 16 horas del viernes. Sólo llamaron a la gente para que no lo hiciera, pero no los retiraron, mientras la gasolina salía a grandes cantidades del ducto -como lo han mostrado algunos videos- hasta el momento de la explosión, que ocurrió 4 horas después del primer reporte.

Inexperiencia, quizá… y eso lo hemos pagado en otros gobiernos, pero la administración de Hidalgo tiene ya 3 años. Las autoridades tienen los recursos y la fuerza para desalojar a la gente, pero es claro que no se quería confrontar “al pueblo”, para evitar una imagen de represión. Ahora hay una tragedia. ¿Ambos gobiernos son corresponsables por negligencia?

Ni siquiera en la primera conferencia de prensa, del sábado 19 de enero, se coordinaron: el gobernador de Hidalgo, Omar Fayad, informó que eran 74 los heridos, y el secretario de Salud del gobierno federal, Jorge Alcocer, dijo que eran 80.

Y el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, sigue en el discurso de la corrupción y el ataque a sus antecesores para justificar los males que ahora se presentan; pero su mensaje es contradictorio. En la conferencia de ayer domingo advirtió que “no habrá recomendaciones para utilizar la Fiscalía en contra de adversarios, no habrá represalias, no se usará a la Fiscalía para afectar a opositores”, pero más adelante afirmó que no dejará pasar nada: “No luché, ni me apoyó la gente para llegar aquí, para convertirme en alcahuete de corruptos”.

En las redes sociales la polarización aumenta, pero en buena medida ha sido alentada por el propio presidente, quien –desde mi perspectiva- no tardará en consultar si debe castigar a sus antecesores. Tiempo al tiempo.

PERCEPCIÓN

¿Bastará pedir perdón a la gente si “su lucha” causa sacrificios, daños, molestias? La fuerza de la opinión pública es su prioridad.

@RJoyaC