/ miércoles 29 de abril de 2020

Vida Pública | Gobierno "fitness"

Ciertamente es una oportunidad, pero también un imperativo; es, además, una visión mental y, como tal, un pronosticador de supervivencia exitosa: los gobiernos federal, estatales y municipales tienen que redimensionarse, reorientarse; aligerarse y mejorar. La pandemia ocasionada por COVID-19, además de sus bien sabidos males sociales, trae consigo oportunidades que es preciso identificar para poder aprovecharlas; a los tres ámbitos de gobierno mencionados, los pone en posición de perder grasa y hacerse más ágiles; de reorientar los recursos públicos hacia renovados y mejores propósitos; revisar y precisar sus obligaciones jurídicas y objetivos administrativos; gastar menos, hacer más y hacerlo mejor. En pocas palabras, requerimos un “gobierno fitness”.

Fitness, es el anglicismo que describe la aptitud biológica de los seres vivos; la capacidad para vivir de cada uno. Lejos de debilitar, someter al gobierno a un proceso así, significa revisar para mejorar la salud de las instituciones gubernamentales; entendiendo ese ejercicio como el incremento de sus capacidades para la resolución de los problemas sociales. Un enriquecimiento que, conforme a la Teoría de la Organización, sugiere empezar por precisar y visibilizar las razones de ser de las instituciones. Y ello implica, para empezar, precisar qué necesitamos del gobierno en lo inmediato y a mediano y largo plazos, señalar cuáles deben ser sus tareas centrales y los resultados precisos que se esperan de cada una de sus dependencias y entidades en los meses y años por venir.

La respuesta parece evidente; salta a la vista que al gobierno lo necesitamos para a). preservar la seguridad, la justicia, la paz y la certeza sobre la integridad de las personas y sus bienes, b). para salvar vidas ante los riesgos de salud, c). para impulsar el desarrollo económico y social, d). para proteger el ambiente y e). para modernizar la capacidad recaudatoria y la mejora de la calidad del gasto público.

\u0009A partir de esta precisión se requiere dar tres pasos: Primero, alinear a todas las áreas del sector central y auxiliar de la administración pública federal, estatal y municipal, a efecto de analizar y triar; es decir, seleccionar con criterios jurídicos, presupuestales, programáticos, procedimentales y de evaluación de resultados, una a una, las atribuciones, las funciones, las tareas, los procedimientos, de cada dependencia y unidad administrativa para determinar cuáles y en qué condiciones deben prevalecer para alcanzar los objetivos. Segundo, aunque inmediato, evaluar la persistencia de todas las áreas de gobierno que, presumiblemente, duplican funciones, extienden procedimientos, alargan plazos o multiplican requisitos. Y tercero, simultáneamente ponderar las unidades de gobierno que cumplen tareas adjetivas que, en la etapa que hemos entrado, no parecen esenciales para el cumplimiento de los objetivos trazados.

\u0009En el Estado de México, será necesario un análisis muy cuidadoso que permita perder lastre al aparato gubernamental en cada inciso de los enlistados arriba. En la apresurada aproximación que este espacio permite, esta parece ser la oportunidad para hacer efectiva la autonomía de la Fiscalía General de Justicia, liberándola de las funciones de recepción de denuncias e investigación de delitos, al tiempo de profundizar su profesionalización para que mejore la de representar jurídicamente a la sociedad ante los jueces y cerrar así, definitivamente, la “puerta giratoria” por la que se evaden muchos delincuentes porque sus procesos legales y expedientes fueron mal cumplimentados, al tiempo de fortalecer muy considerablemente a la Secretaría de Seguridad, en su tarea de investigación preventiva y persecutiva, y la operación de una estrategia criminal integral. Será posible también mejorar el gasto público en salud, lo cual no solo implica incrementarlo inmediatamente, sino sentar las bases de un sistema mexiquense de seguridad social universal.

\u0009Igualmente necesario puede ser atender el llamado de urgencia, hoy convertido en clamor, de los empresarios de todas las tallas, para simplificar trámites, eliminar requisitos, abreviar plazos, e impulsar la apertura y operación de negocios, al modernizar y tecnificar la emisión del Dictamen Único de Funcionamiento, con la sensible reducción del gasto gubernamental. O incentivar el uso de fuentes de energía limpias en las que nuestra entidad es rica; e incrementar las finanzas municipales y estatales, a partir de nueva información catastral derivada de vuelos fotogramétricos que no se realizan desde hace dos décadas.

Como se observa, en las cinco necesidades que los mexiquenses esperan sean atendidas por sus instituciones públicas, hay elementos para detonar el proceso que nos permita lograr la visión de contar con ágil, competente y eficaz, un gobierno fitness.

@HuicocheaAlanis

Ciertamente es una oportunidad, pero también un imperativo; es, además, una visión mental y, como tal, un pronosticador de supervivencia exitosa: los gobiernos federal, estatales y municipales tienen que redimensionarse, reorientarse; aligerarse y mejorar. La pandemia ocasionada por COVID-19, además de sus bien sabidos males sociales, trae consigo oportunidades que es preciso identificar para poder aprovecharlas; a los tres ámbitos de gobierno mencionados, los pone en posición de perder grasa y hacerse más ágiles; de reorientar los recursos públicos hacia renovados y mejores propósitos; revisar y precisar sus obligaciones jurídicas y objetivos administrativos; gastar menos, hacer más y hacerlo mejor. En pocas palabras, requerimos un “gobierno fitness”.

Fitness, es el anglicismo que describe la aptitud biológica de los seres vivos; la capacidad para vivir de cada uno. Lejos de debilitar, someter al gobierno a un proceso así, significa revisar para mejorar la salud de las instituciones gubernamentales; entendiendo ese ejercicio como el incremento de sus capacidades para la resolución de los problemas sociales. Un enriquecimiento que, conforme a la Teoría de la Organización, sugiere empezar por precisar y visibilizar las razones de ser de las instituciones. Y ello implica, para empezar, precisar qué necesitamos del gobierno en lo inmediato y a mediano y largo plazos, señalar cuáles deben ser sus tareas centrales y los resultados precisos que se esperan de cada una de sus dependencias y entidades en los meses y años por venir.

La respuesta parece evidente; salta a la vista que al gobierno lo necesitamos para a). preservar la seguridad, la justicia, la paz y la certeza sobre la integridad de las personas y sus bienes, b). para salvar vidas ante los riesgos de salud, c). para impulsar el desarrollo económico y social, d). para proteger el ambiente y e). para modernizar la capacidad recaudatoria y la mejora de la calidad del gasto público.

\u0009A partir de esta precisión se requiere dar tres pasos: Primero, alinear a todas las áreas del sector central y auxiliar de la administración pública federal, estatal y municipal, a efecto de analizar y triar; es decir, seleccionar con criterios jurídicos, presupuestales, programáticos, procedimentales y de evaluación de resultados, una a una, las atribuciones, las funciones, las tareas, los procedimientos, de cada dependencia y unidad administrativa para determinar cuáles y en qué condiciones deben prevalecer para alcanzar los objetivos. Segundo, aunque inmediato, evaluar la persistencia de todas las áreas de gobierno que, presumiblemente, duplican funciones, extienden procedimientos, alargan plazos o multiplican requisitos. Y tercero, simultáneamente ponderar las unidades de gobierno que cumplen tareas adjetivas que, en la etapa que hemos entrado, no parecen esenciales para el cumplimiento de los objetivos trazados.

\u0009En el Estado de México, será necesario un análisis muy cuidadoso que permita perder lastre al aparato gubernamental en cada inciso de los enlistados arriba. En la apresurada aproximación que este espacio permite, esta parece ser la oportunidad para hacer efectiva la autonomía de la Fiscalía General de Justicia, liberándola de las funciones de recepción de denuncias e investigación de delitos, al tiempo de profundizar su profesionalización para que mejore la de representar jurídicamente a la sociedad ante los jueces y cerrar así, definitivamente, la “puerta giratoria” por la que se evaden muchos delincuentes porque sus procesos legales y expedientes fueron mal cumplimentados, al tiempo de fortalecer muy considerablemente a la Secretaría de Seguridad, en su tarea de investigación preventiva y persecutiva, y la operación de una estrategia criminal integral. Será posible también mejorar el gasto público en salud, lo cual no solo implica incrementarlo inmediatamente, sino sentar las bases de un sistema mexiquense de seguridad social universal.

\u0009Igualmente necesario puede ser atender el llamado de urgencia, hoy convertido en clamor, de los empresarios de todas las tallas, para simplificar trámites, eliminar requisitos, abreviar plazos, e impulsar la apertura y operación de negocios, al modernizar y tecnificar la emisión del Dictamen Único de Funcionamiento, con la sensible reducción del gasto gubernamental. O incentivar el uso de fuentes de energía limpias en las que nuestra entidad es rica; e incrementar las finanzas municipales y estatales, a partir de nueva información catastral derivada de vuelos fotogramétricos que no se realizan desde hace dos décadas.

Como se observa, en las cinco necesidades que los mexiquenses esperan sean atendidas por sus instituciones públicas, hay elementos para detonar el proceso que nos permita lograr la visión de contar con ágil, competente y eficaz, un gobierno fitness.

@HuicocheaAlanis