/ miércoles 2 de octubre de 2019

Vida Pública / Preinfantil, seguridad en Metepec

Le pregunté a mi hijo que estudia en primero de secundaria, qué haría él si fuera jefe de la Policía de Metepec, Estado de México, municipio en el que vivimos. Sin borrar su permanente sonrisa, con el aplomo que caracteriza a quien responde de lo que sabe, me dijo: “recorrería todas las calles del municipio, tocando las puertas en las casas, para preguntar a los vecinos si han visto algo sospechoso, si han sido víctimas o testigos de un asalto o algo así, marcaría con un color especial, cada casa en un ‘mapita’, para investigar qué pasó en cada hogar; además, les daría el teléfono de la patrulla y del policía al que les toca cuidarlos en su calle, para que les informe y para que no vuelva a ocurrir”. Me pareció una respuesta sensata y, a pesar de las complicaciones logísticas que implicaría, actualmente disponemos de diversos recursos materiales, científicos y tecnológicos para realizar esa tarea y un poco más.

En sus propias palabras, el niño se refirió a realizar un diagnóstico, a partir del testimonio de vecinos y ciudadanos, para conocer lo que técnicamente se llama la percepción de seguridad, la prevalencia delictiva, la confianza en la policía y calcular los delitos que ocurren sin que sean denunciados, la llamada “cifra negra”. También planteó comunicación y trato directo del ciudadano con los uniformados, sobre la base de la comunicación lisa y llana, y una relación de confianza mutua y responsabilidad compartida; es decir, propuso un modelo de policía de proximidad. Me quedó claro que el sentido común guía su pensamiento y, espero, conduzca también su modo de actuar.

En su frenesí juvenil se siguió de frente y me dijo, y “castigaría a todos, a los que tiran basura, los que usan plástico, los que rompen la calle para hacer obras y no las reparan, los que no barren el frente de sus casas... haría que todos reparen lo que dañaron.” Así que, además de un modelo policial, propuso uno de justicia cívica que sea ejemplar y -agregaría yo- legal, democrático y eficaz.

Acto seguido, me pregunté cuál será el razonamiento sobre el que basa su estrategia de seguridad el Ayuntamiento de Metepec en nuestros días. Para no equivocarme y mucho menos inventar, opté por preguntar y, como disponemos de los recursos de la transparencia, eché mano de ellos por medio de una solicitud de información pública en posesión del gobierno municipal, a la que asignaron el número de folio de solicitud 00533.

La respuesta fue clara: en los archivos de la Dirección de Seguridad Pública de Metepec no existen estudios, análisis o encuestas que permitan conocer el comportamiento de la criminalidad en el municipio. Pasmado por la respuesta, he insistido, pues sospecho que quizá no se entendió la solicitud y actualmente espero el respectivo recurso de revisión.

Si, como todo apunta, esa información no existe, persiste la duda que planteé a mi hijo: ¿cómo le hacen para atender la más importante exigencia ciudadana y la primera de sus obligaciones jurídicas y éticas? Todo indica que la estrategia de seguridad en Metepec es preinfantil. ¿Cómo será en los otros municipios?

@HuicocheaAlanis

Le pregunté a mi hijo que estudia en primero de secundaria, qué haría él si fuera jefe de la Policía de Metepec, Estado de México, municipio en el que vivimos. Sin borrar su permanente sonrisa, con el aplomo que caracteriza a quien responde de lo que sabe, me dijo: “recorrería todas las calles del municipio, tocando las puertas en las casas, para preguntar a los vecinos si han visto algo sospechoso, si han sido víctimas o testigos de un asalto o algo así, marcaría con un color especial, cada casa en un ‘mapita’, para investigar qué pasó en cada hogar; además, les daría el teléfono de la patrulla y del policía al que les toca cuidarlos en su calle, para que les informe y para que no vuelva a ocurrir”. Me pareció una respuesta sensata y, a pesar de las complicaciones logísticas que implicaría, actualmente disponemos de diversos recursos materiales, científicos y tecnológicos para realizar esa tarea y un poco más.

En sus propias palabras, el niño se refirió a realizar un diagnóstico, a partir del testimonio de vecinos y ciudadanos, para conocer lo que técnicamente se llama la percepción de seguridad, la prevalencia delictiva, la confianza en la policía y calcular los delitos que ocurren sin que sean denunciados, la llamada “cifra negra”. También planteó comunicación y trato directo del ciudadano con los uniformados, sobre la base de la comunicación lisa y llana, y una relación de confianza mutua y responsabilidad compartida; es decir, propuso un modelo de policía de proximidad. Me quedó claro que el sentido común guía su pensamiento y, espero, conduzca también su modo de actuar.

En su frenesí juvenil se siguió de frente y me dijo, y “castigaría a todos, a los que tiran basura, los que usan plástico, los que rompen la calle para hacer obras y no las reparan, los que no barren el frente de sus casas... haría que todos reparen lo que dañaron.” Así que, además de un modelo policial, propuso uno de justicia cívica que sea ejemplar y -agregaría yo- legal, democrático y eficaz.

Acto seguido, me pregunté cuál será el razonamiento sobre el que basa su estrategia de seguridad el Ayuntamiento de Metepec en nuestros días. Para no equivocarme y mucho menos inventar, opté por preguntar y, como disponemos de los recursos de la transparencia, eché mano de ellos por medio de una solicitud de información pública en posesión del gobierno municipal, a la que asignaron el número de folio de solicitud 00533.

La respuesta fue clara: en los archivos de la Dirección de Seguridad Pública de Metepec no existen estudios, análisis o encuestas que permitan conocer el comportamiento de la criminalidad en el municipio. Pasmado por la respuesta, he insistido, pues sospecho que quizá no se entendió la solicitud y actualmente espero el respectivo recurso de revisión.

Si, como todo apunta, esa información no existe, persiste la duda que planteé a mi hijo: ¿cómo le hacen para atender la más importante exigencia ciudadana y la primera de sus obligaciones jurídicas y éticas? Todo indica que la estrategia de seguridad en Metepec es preinfantil. ¿Cómo será en los otros municipios?

@HuicocheaAlanis