La República Popular Democrática de Corea, mejor conocida como Corea del Norte, es un país soberano ubicado en Asia Oriental, su capital es Pionyang, cuenta con una población de aproximadamente 25 millones de habitantes, constitucionalmente se define como un Estado socialista autosuficiente, aunque internacionalmente se le percibe como una dictadura totalitaria. La sociedad coreana está dividida por un sistema de castas (songbun), a saber: los leales (descendientes de los luchadores por la independencia y familiares de los soldados fallecidos en la guerra), los vacilantes y los hostiles, exclusivamente los primeros pueden vivir en Pionyang.
Tras el repliegue de Japón al concluir la 2ª Guerra, los Estados Unidos de América y la entonces URSS dividieron la península coreana en dos, los soviéticos conservaron la parte norte y los norteamericanos la parte del sur. En 1948, en Corea del Norte, se llevaron a cabo elecciones en las que el entonces el líder de la guerrilla comunista Kim Il-Sung resultó ganador y fue nombrado Primer Ministro de la República Democrática Popular de Corea. El culto hacia la persona de Kim Il-Sung fue en constante aumento hasta su muerte en 1994, se le proclamó “Presidente Eterno”, tras su muerte su hijo Kim Jong-il continuó al frente de dicha nación, y cuando falleció, en 2011, su hijo Kim Jong-un asumió el poder que ostenta hasta hoy.
En Corea de Norte coexisten el Partido del Trabajo de Corea (PTC), el Partido Social Demócrata de Corea y el Partido Chondoísta Chong-u, quienes conforman el Frente Democrático para la Reunificación de la Patria, aunque sólo el PTC, cuyo líder es Kim Jong-un, tiene poder real. Así, cada elección se encuentra supervisada por el PTC, el voto no es secreto y los sufragios a favor o en contra del único candidato por distrito (aprobado previamente por el PTC) deben depositarse en una urna especial, en cada boleta las opciones para votar son sólo “Sí” o “No”.
Si el Estado identifica que alguna persona no votó, le sujeta a investigaciones por traición, así como el resto de su familia, de manera que es de esperarse que la participación en cada jornada electoral sea muy cercana al 100%. En Corea del Norte se celebraron elecciones locales en 2015, las primeras desde la llegada de Kim-Jong-un al poder, los parlamentarios eligen al Jefe de Estado y gobierno, por lo que el resultado es fácilmente predecible.
En otro caso está la República de Senegal ubicada en África Occidental, cuya forma de gobierno es semipresidencialista, su capital es Dakar, obtuvo su independencia de Francia el 20 de junio de 1960, cuenta con una población de aproximadamente 15.5 millones de habitantes, su actual Presidente, Macky Sall, fue electo en 2012 por un mandato que durará 7 años.
La actual Asamblea Nacional cuenta con un total de 165 miembros electos por un período de 5 años, los comicios más recientes se llevaron a cabo el 30 de julio de 2017, jornada que se vio plagada de irregularidades como el retraso en la emisión de tarjetas de identidad, varios ciudadanos no encontraron sus nombres en las listas nominales o no contaron con los documentos adecuados para votar. De acuerdo con información del Ministerio de Asuntos Interiores de ese país, solamente el 70% del electorado recibió sus tarjetas de votación. Asimismo, se expresó que los votantes tuvieron que esperar por horas para que se abrieran las mesas electorales porque no se habían recibido las listas nominales ni las boletas correspondientes.
El desorden parece orquestado para limitar la participación democrática de la ciudadanía, en tal desorden destaca el que los ciudadanos de raza negra que son albinos, es decir, quienes nacen con tal condición genética que provoca la falta de pigmentación total o parcial en la piel, se encuentran materialmente impedidos para ir a votar, pues por tradición ancestral son considerados “amuletos de buena suerte” lo que provoca que sean secuestrados en las calles por quienes comercializan partes de sus cuerpos entre los brujos locales, pues se piensa que poseen propiedades mágicas. En las campañas políticas suelen hacerse promesas sobre la erradicación de tan inhumana práctica, sin que falten imputaciones de que algún político de prestigio ha recurrido a éstas, buscando mejorar sus probabilidades de éxito.
En suma, Corea del Norte y Senegal son dos países en los que se desarrollan elecciones pero en los que es complicado identificar un orden democrático por razones dictatoriales, de corrupción, ignorancia, desorden social, violencia, castigos trascendentales, incluso segregación racial.
De modo que no toda elección es democrática por sí misma; pero toda democracia necesita de elecciones libre. Es este un buen momento para valorar nuestro sistema electoral sustentado en prácticas producto de nuestra propia evolución en la materia, y de no dar por sentado que la democracia existe y así será siempre; la democracia es una flor frágil que precisa del cuidado de todas y todos.
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