¿Alguna vez haz tenido o tienes los ojos rojos?

Reflejan enfermedades desde autoinmunes hasta crónicas que requieren la atención especializada

Domingo Fernández | El Sol de Toluca

  · domingo 28 de febrero de 2021

FOTO | PIXABAY

Tener los ojos rojos es un signo de una gran variedad de enfermedades de la superficie ocular, por lo que la primera recomendación es no automedicarse y acudir con el oftalmólogo para recuperar la salud.

Enfermedades autoinmunes y otras no tan peligrosas pero sí crónicas como es el caso de la conjuntivitis alérgica son algunos de los problemas al tener los ojos rojos.

En un artículo publicado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en su Gaceta digital, María de Carmen Jiménez, especialista en inmunología, señala lo importante de no dejar pasar por alto el problema del ojo rojo.

La especialista refiere que el ojo en la parte exterior e interna de los párpados están cubiertos por una capa llamada conjuntiva, que termina donde empieza la córnea, esta protege al ojo de microorganismos como bacterias, hongos, polen y de polvo que lleva el aire.

No obstante cuando hay un desequilibrio el cual se refleja en una respuesta inflamatoria visible por la vasodilatación para verse rojo, ocasiona que las personas busquen opciones para recuperar la salud utilizando muchas veces gotas que se anuncia en la televisión, pero aquellas que contienen oximetazolina están lejos de ayudar.

La oximetazolina contiene una sustancia que es un vasoconstrictor, que aparentemente quita el ojo rojo porque hace más delgado el vaso sanguíneo que estaba hinchado pero no trata la causa, es decir la enfermedad autoinmune, alergia, ni la evaporación de la lágrima si es ojo seco evaporativo.

Por lo tanto de ahí la importancia de acudir con el especialista, el oftalmólogo debe indicarle al paciente cuál es la mejor opción por sus componentes para solucionar su problema.

La tutora del Posgrado de Ciencias Biomédicas de la UNAM, señaló que incluso algunas gotas contienen conservadores y estudios celulares han mostrado que su uso a largo plazo también podrían causar daño en la superficie ocular, por lo que es importante valorar los riesgos y beneficios al momento de usar las gotas oftálmicas.