Dentro de la gastronomía mexicana, el maíz ha sido uno de los ingredientes indispensables en la cotidianidad de la sociedad desde la época prehispánica, y en su proceso para obtener diferentes productos está la tortilla, un elemento que no puede faltar en la mesa.
Las tortillas en la actualidad se siguen haciendo a mano utilizando el metate y el comal, sin embargo la llegada de las máquinas para hacer tortillas o tortilladoras hicieron la vida más sencilla, aunque faltara lo artesanal.
El origen de las máquinas para hacer tortillas (una creación totalmente mexicana) se remonta a 1904, cuando Evarardo Rodríguez y su socio Luis Romero idearon un aparato que las produjera de forma masiva, constó de rodillos laminados que llevaban la masa hasta un comal, este aparato producía tortillas cuadradas y no fueron muy exitosas por su forma.
Tuvieron que pasar 30 años para que Fausto Celorio presentara una nueva máquina automática y en 1963 perfeccionó su invento para reemplazar el petróleo por gas natural y lograba procesar 132 kilogramos por hora.
Inicialmente se lleva a cabo el proceso de nixtamalización, el cual consta de la tradicional mezcla de maíz, cal viva y agua. Una vez producido, el nixtamal es llevado a la molienda para transformarse en masa, se lee en el artículo titulado: Las máquinas de tortillas, un invento muy mexicano, publicado en el portal México desconocido.
Se agrega que ya en la máquina, la masa será aplastada, laminada y cortada para tomar la clásica forma de disco, posteriormente es transportada en una banda a tres hornos, para finalmente salir. El tiempo promedio de preparación de cada tortilla es de 1 minuto.
En 1975, ya con una presencia predominante en el mercado, la empresa de Fausto Celorio lanzó las primeras máquinas de bajo consumo, capaces de ahorrar hasta un 50% de gas en comparación con cualquier otra más. Su producción también aumenta: las máquinas ahora son capaces de producir entre 100 y 200 kg. por hora, señala el artículo: Fausto Celorio, el mexicano genio detrás de la máquina que ha alimentado a México por más de 70 años, publicado en el portal Xataka.
Entre 1960 y 1980 Celorio se las ingenió para vender 42 mil tortilladoras, más del doble que su competidor con mayor presencia, Oscar Verástegui.
Las tortilladoras de Celorio se han hecho presentes en México y en el mundo. Más de 100 mil tortilladoras con su apellido como marca han cruzado fronteras y están presentes en otros países, como Estados Unidos, India, ciertas áreas de Medio Oriente y algunas otras de África.