/ sábado 23 de marzo de 2024

Familias mexiquenses obtienen alimentos del basurero en la central de abasto de Tultitlán

El aumento de precios y los bajos salarios han afectado severamente a jefes de familia que necesitan encontrar sustento para sus hogares

El basurero de la central de abastos en Tultitlán se ha convertido en una opción de alimentación para muchas familias mexiquenses que durante el día llegan buscando comida para sobrevivir diariamente.

Debido al alto precio de los alimentos y bajos salarios, de acuerdo al Coneval, el 23.4% de los mexiquenses se encuentran en condiciones de vulnerabilidad alimentaria, esta situación ha orillado a decenas de familias a recolectar algunos alimentos para el sustento diario.

Areli de 22 años de edad y con tres hijos, diariamente llega a las 10 de la mañana a la central de Abasto de Tultitlán, para escoger jitomates, cebollas, tomates y lechuga, así como fruta, de los botes que hay en el basurero.

“También se pueden encontrar frutas como sandías, papayas, fresas y guayabas; las frutas y vegetales que todavía se encuentran en buen estado no duran mucho tiempo entre la basura”, agrega Areli quien vive en la zona del Infonavit.

Ella y su familia son parte de la población que se encuentra en condiciones de vulnerabilidad por carencia de alimentación en los municipios del Estado de México.

Areli usa un sombrero para protegerse del sol y lleva diversas bolsas para cargar los alimentos que encuentra.

Dice que aquí no tiene por qué dar pena, “pues no le estás quitando a nadie, no estás robando, no le estás pidiendo a nadie”.

Mientras recoge su fruta y verdura del enorme contenedor afirma que, “aquí vienes a ver lo que es bueno y lo que ya no sirve. Mucha gente muere de hambre por vergüenza, por pena, porque aquí hay mucha comida que se desperdicia".

A veces cuando no vengo, no tengo que comer, tengo que comprar, si tengo dinero”, subraya.

Durante el día, muchas personas llegan al basurero de la central de abastos y algunos buscan comida de forma meticulosa, es lo que su familia comerá los próximos días.

Otros recolectan la comida y la usan para alimentar a sus animales y los menos, van únicamente a buscar basura para reciclar.

Ahí ya se conocen todos, hay quienes van diariamente, pero también quien va una o dos veces por semana.

Areli asiste todos los días, a veces acompañada de sus hijos y a veces sola. Los viajes al basurero de la central de abastos le permiten ahorrar aproximadamente 400 pesos a la semana en verduras y frutas.


El basurero de la central de abastos en Tultitlán se ha convertido en una opción de alimentación para muchas familias mexiquenses que durante el día llegan buscando comida para sobrevivir diariamente.

Debido al alto precio de los alimentos y bajos salarios, de acuerdo al Coneval, el 23.4% de los mexiquenses se encuentran en condiciones de vulnerabilidad alimentaria, esta situación ha orillado a decenas de familias a recolectar algunos alimentos para el sustento diario.

Areli de 22 años de edad y con tres hijos, diariamente llega a las 10 de la mañana a la central de Abasto de Tultitlán, para escoger jitomates, cebollas, tomates y lechuga, así como fruta, de los botes que hay en el basurero.

“También se pueden encontrar frutas como sandías, papayas, fresas y guayabas; las frutas y vegetales que todavía se encuentran en buen estado no duran mucho tiempo entre la basura”, agrega Areli quien vive en la zona del Infonavit.

Ella y su familia son parte de la población que se encuentra en condiciones de vulnerabilidad por carencia de alimentación en los municipios del Estado de México.

Areli usa un sombrero para protegerse del sol y lleva diversas bolsas para cargar los alimentos que encuentra.

Dice que aquí no tiene por qué dar pena, “pues no le estás quitando a nadie, no estás robando, no le estás pidiendo a nadie”.

Mientras recoge su fruta y verdura del enorme contenedor afirma que, “aquí vienes a ver lo que es bueno y lo que ya no sirve. Mucha gente muere de hambre por vergüenza, por pena, porque aquí hay mucha comida que se desperdicia".

A veces cuando no vengo, no tengo que comer, tengo que comprar, si tengo dinero”, subraya.

Durante el día, muchas personas llegan al basurero de la central de abastos y algunos buscan comida de forma meticulosa, es lo que su familia comerá los próximos días.

Otros recolectan la comida y la usan para alimentar a sus animales y los menos, van únicamente a buscar basura para reciclar.

Ahí ya se conocen todos, hay quienes van diariamente, pero también quien va una o dos veces por semana.

Areli asiste todos los días, a veces acompañada de sus hijos y a veces sola. Los viajes al basurero de la central de abastos le permiten ahorrar aproximadamente 400 pesos a la semana en verduras y frutas.


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