/ sábado 31 de julio de 2021

Aditivos alimentarios, "drogas" domésticas al alcance de todos

Los nutriólogos recomiendan que se debe concientizar a las personas sobre los riesgos que trae consigo la ingesta constante de este tipo de alimentos y cambiar de hábitos


Los alimentos procesados o industrializados tienen altos contenidos de grasas trans, azúcares (glutamato monosódico), sodio (cloruro de sodio), entre otros aditivos, los cuales provocan en el organismo del ser humano sensaciones de hambre o euforia.

Dichas sensaciones tienen un propósito: que los consumidores sigan comiendo estos productos una y otra vez, a tal grado de convertirse en un tipo de droga, inconscientemente, para el paladar.

“Hay alimentos ricos en algunos aditivos alimentarios que son los que pueden provocar euforia en las personas. Las grasas trans no provocan este tipo de sensaciones, éstas están relacionadas con dislipidemia, problemas de colesterol, triglicéridos en sangre, obesidad”
, explicó en entrevista con El Sol de Toluca Ricardo Fermín Ramírez Delgado, docente de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM).

El especialista advirtió que, además de las grasas trans, los alimentos procesados contienen sustancias como el cloruro de sodio o el glutamato monosódico, los cuales potencializan el sabor de los productos industrializados, generando una sensación diferente en el paladar humano.

Por ello, llama a no consumir este tipo de alimentos, pues en el organismo se generará una adicción a estas sustancias, comparada con la de los enervantes.

“Hay alimentos chatarra que tienen sustancias como el glutamato monosódico, el cual hace que a nivel palatino nos llame mucho más la atención y estemos consumiéndolo constantemente”, ejemplificó Ramírez Delgado.

Ante esto y para no caer en adicción, los nutriólogos recomiendan que se debe concientizar a las personas sobre los riesgos que trae consigo la ingesta constante de este tipo de alimentos y cambiar de hábitos.

Así, quienes se encuentran inmersos en una posible adicción provocada por este tipo de alimentos deben acudir con un experto en el área de la salud y la nutrición para ir sustituyendo estos productos procesados por alimentos saludables, que equilibren la sensación de comer con las emociones que se generan después de haberlos ingerido.

“En el consultorio, recomendamos algunos alimentos dulces como fruta o colaciones, pues la acción de comer es lo que te lleva a consumir productos con glutamato monosódico y demás aditivos alimenticios”, recomendó el nutriólogo Isaí Pasindo.

En ese sentido, en lugar de consumir frituras y botanas empaquetadas de bajo costo en una tienda de abarrotes, se recomienda consumir palomitas caseras sin sal, semillas de girasol, cacahuates naturales, nuez, almendra, jícama, zanahoria, pepino, entre otros alimentos que sean recomendados por el experto en la nutrición.

Incluso, sabiendo que las grasas trans y los aditivos alimenticios generan sobrepeso y obesidad, en algunos establecimientos de comida la apuesta es por cocinar más sano y balanceado, por lo que se está normalizando el consumo de alimentos benéficos para el cuerpo humano.

“Existen establecimientos que se están orientando por un estilo de vida más saludable, entonces, son lo mejor para reducir el consumo de estos alimentos dañinos para el cuerpo, pues fomentan un cambio de vida”, reconoció Isaí Pasindo.

Relación precio-calidad

Es cierto que los alimentos procesados son de fácil acceso para cualquier sector poblacional, puesto que, económicamente hablando, son más baratos en comparación con alimentos saludables, como una ensalada, además de que su distribución llega a toda la población.

Sin embargo, alimentos como las frituras y botanas empaquetadas, los pasteles y panes, así como las gaseosas y jugos, son alimentos ricos en hidratos de carbono simple, lo cual provoca una estimulación a nivel neuronal que motiva a las personas a consumirlo con mayor frecuencia, y esto ocasiona, principalmente, obesidad y niveles altos de colesterol, trayendo consigo enfermedades de hipertensión crónicas.

Por lo cual, se debe de apostar a un cambio de educación con respecto a los hábitos alimenticios y la figura que representan los profesionales de la nutrición en la vida cotidiana.

De lo contrario, México seguirá ocupando los primeros sitios a nivel internacional en obesidad infantil y adulta.

“La educación que se les dé a las personas es la manera de revertir el consumo de este tipo de productos. Si las personas conocen lo que están consumiendo, conocen los daños que estos alimentos pueden provocar a su salud, nos hace posible evitar el consumo”, enfatizó el académico Ricardo Fermín Ramírez Delgado.

Por otro lado, se tienen que seguir aplicando campañas de prevención, concientización y de activación física en escuelas y oficinas de trabajo, pues el ejercicio constante es la garantía para quemar las calorías de más que dan este tipo de productos industrializados.

“Son alimentos altamente o densamente calóricos. Si nosotros no realizamos actividad física, nuestro cuerpo lo va a almacenar, nuestro cuerpo lo convierte en grasa y tenemos problemas de obesidad”, explicó el nutriólogo de la UAEM.

¿Qué son las grasas trans?

La grasa trans es un tipo de grasa alimentaria que no es recomendable consumir en ningún porcentaje, de acuerdo con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), pues hacerlo incrementa el riesgo de padecer enfermedades cardíacas.

Éstas se producen cuando los fabricantes de alimentos convierten aceites líquidos en grasas sólidas.


Los alimentos procesados o industrializados tienen altos contenidos de grasas trans, azúcares (glutamato monosódico), sodio (cloruro de sodio), entre otros aditivos, los cuales provocan en el organismo del ser humano sensaciones de hambre o euforia.

Dichas sensaciones tienen un propósito: que los consumidores sigan comiendo estos productos una y otra vez, a tal grado de convertirse en un tipo de droga, inconscientemente, para el paladar.

“Hay alimentos ricos en algunos aditivos alimentarios que son los que pueden provocar euforia en las personas. Las grasas trans no provocan este tipo de sensaciones, éstas están relacionadas con dislipidemia, problemas de colesterol, triglicéridos en sangre, obesidad”
, explicó en entrevista con El Sol de Toluca Ricardo Fermín Ramírez Delgado, docente de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM).

El especialista advirtió que, además de las grasas trans, los alimentos procesados contienen sustancias como el cloruro de sodio o el glutamato monosódico, los cuales potencializan el sabor de los productos industrializados, generando una sensación diferente en el paladar humano.

Por ello, llama a no consumir este tipo de alimentos, pues en el organismo se generará una adicción a estas sustancias, comparada con la de los enervantes.

“Hay alimentos chatarra que tienen sustancias como el glutamato monosódico, el cual hace que a nivel palatino nos llame mucho más la atención y estemos consumiéndolo constantemente”, ejemplificó Ramírez Delgado.

Ante esto y para no caer en adicción, los nutriólogos recomiendan que se debe concientizar a las personas sobre los riesgos que trae consigo la ingesta constante de este tipo de alimentos y cambiar de hábitos.

Así, quienes se encuentran inmersos en una posible adicción provocada por este tipo de alimentos deben acudir con un experto en el área de la salud y la nutrición para ir sustituyendo estos productos procesados por alimentos saludables, que equilibren la sensación de comer con las emociones que se generan después de haberlos ingerido.

“En el consultorio, recomendamos algunos alimentos dulces como fruta o colaciones, pues la acción de comer es lo que te lleva a consumir productos con glutamato monosódico y demás aditivos alimenticios”, recomendó el nutriólogo Isaí Pasindo.

En ese sentido, en lugar de consumir frituras y botanas empaquetadas de bajo costo en una tienda de abarrotes, se recomienda consumir palomitas caseras sin sal, semillas de girasol, cacahuates naturales, nuez, almendra, jícama, zanahoria, pepino, entre otros alimentos que sean recomendados por el experto en la nutrición.

Incluso, sabiendo que las grasas trans y los aditivos alimenticios generan sobrepeso y obesidad, en algunos establecimientos de comida la apuesta es por cocinar más sano y balanceado, por lo que se está normalizando el consumo de alimentos benéficos para el cuerpo humano.

“Existen establecimientos que se están orientando por un estilo de vida más saludable, entonces, son lo mejor para reducir el consumo de estos alimentos dañinos para el cuerpo, pues fomentan un cambio de vida”, reconoció Isaí Pasindo.

Relación precio-calidad

Es cierto que los alimentos procesados son de fácil acceso para cualquier sector poblacional, puesto que, económicamente hablando, son más baratos en comparación con alimentos saludables, como una ensalada, además de que su distribución llega a toda la población.

Sin embargo, alimentos como las frituras y botanas empaquetadas, los pasteles y panes, así como las gaseosas y jugos, son alimentos ricos en hidratos de carbono simple, lo cual provoca una estimulación a nivel neuronal que motiva a las personas a consumirlo con mayor frecuencia, y esto ocasiona, principalmente, obesidad y niveles altos de colesterol, trayendo consigo enfermedades de hipertensión crónicas.

Por lo cual, se debe de apostar a un cambio de educación con respecto a los hábitos alimenticios y la figura que representan los profesionales de la nutrición en la vida cotidiana.

De lo contrario, México seguirá ocupando los primeros sitios a nivel internacional en obesidad infantil y adulta.

“La educación que se les dé a las personas es la manera de revertir el consumo de este tipo de productos. Si las personas conocen lo que están consumiendo, conocen los daños que estos alimentos pueden provocar a su salud, nos hace posible evitar el consumo”, enfatizó el académico Ricardo Fermín Ramírez Delgado.

Por otro lado, se tienen que seguir aplicando campañas de prevención, concientización y de activación física en escuelas y oficinas de trabajo, pues el ejercicio constante es la garantía para quemar las calorías de más que dan este tipo de productos industrializados.

“Son alimentos altamente o densamente calóricos. Si nosotros no realizamos actividad física, nuestro cuerpo lo va a almacenar, nuestro cuerpo lo convierte en grasa y tenemos problemas de obesidad”, explicó el nutriólogo de la UAEM.

¿Qué son las grasas trans?

La grasa trans es un tipo de grasa alimentaria que no es recomendable consumir en ningún porcentaje, de acuerdo con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), pues hacerlo incrementa el riesgo de padecer enfermedades cardíacas.

Éstas se producen cuando los fabricantes de alimentos convierten aceites líquidos en grasas sólidas.

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