Toluca, México.- Miriam Becerril Eijo lleva 13 años en la Oficina Postal de la capital mexiquense y es la mujer cartera con más experiencia en su trabajo.
Ella aprendió el oficio por herencia; inició en la Ciudad de México, donde su madre y su hermana también repartían cartas.
“Yo empecé en el Distrito (Ciudad de México), pero aquí en Toluca es más pesado, yo aquí reparto con motocicleta en la zona industrial”, revela la madre cartera, sobre los sorteos y recorridos diarios.
Este domingo se festeja el Día del Cartero en el país y Miriam con sus compañeras lo celebraron como desde hace años, entregando cartas.
A Miriam le corresponden tres colonias y de 30 a 40 calles que debe recorrer a diario, las cuales cubre todos los días a bordo de su motocicleta, a la que lleva prendida su saco con toda la correspondencia.
“Sí se puede porque nosotras lo demostramos, somos mamás solteras, somos las que llevamos las riendas de la casa y claro que sí se puede”, externó la cartera, quien forma parte del grupo de cuatro mujeres que laboran al interior de la Oficina Postal de Toluca, donde actualmente laboran 45 carteros.
A las 5:00 de la mañana, Miriam y sus dos amigas Lilia y Sandra se levantan para preparar desayuno, los uniformes y mochilas de sus hijos, pues aunque tienen un trabajo formal, las labores de casa también son parte de las obligaciones diarias.
“Tengo dos hijos, ya mayorcitos, uno de quince años a quien le he dado educación con mi trabajo de cartera y por ellos es que me levanto a diario”, compartió la empleada de correspondencia.
La rutina conlleva varios procesos, pues hay que seleccionar la correspondencia y clasificarla por calles en las pichoneras, luego empaquetar con ligas y sellar en bolsas, para después salir montada en bicicleta, motocicleta o a pie.
El proceso que se sigue comienza con el llenado de los sacos que ya van etiquetados con la ruta de cada uno de los 45 carteros de la Oficina Postal.
Es una regla obligada para las carteras saber de memoria los códigos postales, nombres de calles y los números exteriores e interiores, se deben conocer con exactitud.
Con silbato color oro en mano, parecido a las armónicas con las que llama a sus receptores, y su uniforme rosa mexicano y verde limón, la cartera sale a diario a realizar sus entregas, a sabiendas que realiza uno de los oficios más antiguos que con los correos digitales y el internet pareciera que están en peligro de desaparecer.
“Mi mamá era cartera de las primeras que entró a correos allá en Palacio Postal en la uno en el Distrito y ella metió a mi hermana y mi hermana me metió a mí, somos una familia de carteros”, afirmó Miriam, orgullosa de ser cartera.