/ viernes 27 de marzo de 2020

Con valor agregado | El mundo a prueba

A esta fecha estamos cerca de alcanzar los 600 mil contagios en el mundo y más de 27 mil muertos en 188 países. Difícil pensar que esto nos podría ocurrir en un siglo lleno de avances tecnológicos, científicos y médicos. La pandemia le puso un alto al mundo.

Después de varios meses, el coronavirus denominado COVID-19 parece no tener fin. Aún los países con mejor infraestructura médica no pueden contener esta enfermedad que denota una fuerza enorme y contra la que poco se ha podido hacer, incluso no hay un tratamiento o vacuna que se haya logrado concretar.

Pensar que hay países que tienen que decidir a quien dar atención médica y a quien de cierto modo dejar de hacerlo porque su infraestructura ha sido rebasada, es uno de los temas más fuertes que ha traído este episodio mundial que se ha vuelto una verdadera tragedia.

Nos damos cuenta con esto, que el mundo ha preparado planes de contingencia para terremotos, huracanes, guerras, pero no pandemias capaces de paralizar absolutamente todo, impredecibles en su llegada y en su conclusión, algo que sin duda cambiará en mucho el presente y el futuro de un mundo absolutamente globalizado.

América como continente tiene un reto mayúsculo de frente por la cantidad de países con grandes carencias en términos de servicios de salud y atención a grupos vulnerables.

Cada país ha dado lo que ha podido en términos de organización y atención a un problema multifactorial que ha alcanzado dimensiones insospechadas como enfermar a mandatarios de países considerados potencia.

Es así como el coronavirus dejará una huella imborrable en la historia universal por lograr una enorme tensión y descubrir quién es quien a niveles de estado y de ciudadanía. Veremos, ojalá no en mucho tiempo lo que cada nación fue capaz de hacer por derrotar a este terrible enemigo.

PRESIDENTA DEL CCEM / @LauraGlezEDOMEX

A esta fecha estamos cerca de alcanzar los 600 mil contagios en el mundo y más de 27 mil muertos en 188 países. Difícil pensar que esto nos podría ocurrir en un siglo lleno de avances tecnológicos, científicos y médicos. La pandemia le puso un alto al mundo.

Después de varios meses, el coronavirus denominado COVID-19 parece no tener fin. Aún los países con mejor infraestructura médica no pueden contener esta enfermedad que denota una fuerza enorme y contra la que poco se ha podido hacer, incluso no hay un tratamiento o vacuna que se haya logrado concretar.

Pensar que hay países que tienen que decidir a quien dar atención médica y a quien de cierto modo dejar de hacerlo porque su infraestructura ha sido rebasada, es uno de los temas más fuertes que ha traído este episodio mundial que se ha vuelto una verdadera tragedia.

Nos damos cuenta con esto, que el mundo ha preparado planes de contingencia para terremotos, huracanes, guerras, pero no pandemias capaces de paralizar absolutamente todo, impredecibles en su llegada y en su conclusión, algo que sin duda cambiará en mucho el presente y el futuro de un mundo absolutamente globalizado.

América como continente tiene un reto mayúsculo de frente por la cantidad de países con grandes carencias en términos de servicios de salud y atención a grupos vulnerables.

Cada país ha dado lo que ha podido en términos de organización y atención a un problema multifactorial que ha alcanzado dimensiones insospechadas como enfermar a mandatarios de países considerados potencia.

Es así como el coronavirus dejará una huella imborrable en la historia universal por lograr una enorme tensión y descubrir quién es quien a niveles de estado y de ciudadanía. Veremos, ojalá no en mucho tiempo lo que cada nación fue capaz de hacer por derrotar a este terrible enemigo.

PRESIDENTA DEL CCEM / @LauraGlezEDOMEX