/ jueves 11 de julio de 2019

Imagogenia


Confesionario

Nadie tiene la verdad absoluta y caeríamos en la misma arrogancia que el famoso “yo tengo otros datos” -si sabe a lo que me refiero- de creer lo contrario; sin embargo es propio cuestionarse, desde cualquier esfera social, qué es lo que está pasando dentro de la actual administración federal como para que en menos de siete meses cuatro elementos de alto rango hayan decidido abandonar el barco, y no sólo eso, lo han hecho de una forma que deja al descubierto las carencias de la famosa auto nombrada 4T (Cuarta Transformación)

La más reciente renuncia delSecretario de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Carlos Urzúa es la segunda que ha tenido el impacto negativo más importante de todas porque recordemos la escandalosa renuncia de Germán Martínez como director del IMSS quién en su carta refiere elegantemente y en otras palabras que existe una dañina intervención de ciertos funcionarios de la SHCP, entre otras cosas.

Sin embargo, la renuncia de Urzúa, que él hace pública, es un golpe aún más fuerte no sólo por el tono de la misma en donde critica abiertamente la imposición de elementos dentro de la Secretaría que dirigía, mismos que desde su punto de vista no estaban preparados para el puesto que desempeñaban; sino porque dice que en esta administración “se han tomado decisiones de política pública sin suficiente sustento”, además da a entender que la política económica de nuestro país no se sustenta en los datos, no se miden las consecuencias y que ésta no se encuentra libre de extremismos de izquierda o derecha. Preocupante¿no?

Si bien todos tenemos la oportunidad de aprender cosas nuevas en los puestos públicos o privados que desempeñamos existen ciertos puestos que no deben someterse a los errores del aprendizaje porque se corre el riesgo de tomar decisiones que por corazonadas u ocurrencias afecten - como ya ha pasado- la estabilidad nacional. No olvidemos la tunda en medios y redes sociales a la que se sometió al ex Secretario, Luis Videgaray por decir “No soy diplomático, vengo a aprender” cuando el exPresidente, Enrique Peña lo designo Secretario de RelacionesExteriores.

Lo cierto, es que este tipo de renuncias repercuten fuertemente en la aceptación de AMLO -y obvio en su imagen pública nacional e internacional- porque parecen más una confesión a la sociedad que destapan una problemática interna de suma importancia y ponen al descubierto actos de corrupción que se contraponen a su discurso; así sólo se genera desconfianza e incertidumbre sobre las decisiones que el mandatario y su equipo están tomando en pro de México. En este momento no sólo debe designar a un nuevo SHCP, como lo hizo en menos de tres horas de la renuncia pública de Urzúa, sino que de una u otra forma tiene quedar razón de las acusaciones que en esta carta y la de Martínez se exponen, porque dejan al descubierto una dinámica que mucho se ha empeñado en señalar de quienes ocuparon sus zapatos en administraciones anteriores.


Confesionario

Nadie tiene la verdad absoluta y caeríamos en la misma arrogancia que el famoso “yo tengo otros datos” -si sabe a lo que me refiero- de creer lo contrario; sin embargo es propio cuestionarse, desde cualquier esfera social, qué es lo que está pasando dentro de la actual administración federal como para que en menos de siete meses cuatro elementos de alto rango hayan decidido abandonar el barco, y no sólo eso, lo han hecho de una forma que deja al descubierto las carencias de la famosa auto nombrada 4T (Cuarta Transformación)

La más reciente renuncia delSecretario de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Carlos Urzúa es la segunda que ha tenido el impacto negativo más importante de todas porque recordemos la escandalosa renuncia de Germán Martínez como director del IMSS quién en su carta refiere elegantemente y en otras palabras que existe una dañina intervención de ciertos funcionarios de la SHCP, entre otras cosas.

Sin embargo, la renuncia de Urzúa, que él hace pública, es un golpe aún más fuerte no sólo por el tono de la misma en donde critica abiertamente la imposición de elementos dentro de la Secretaría que dirigía, mismos que desde su punto de vista no estaban preparados para el puesto que desempeñaban; sino porque dice que en esta administración “se han tomado decisiones de política pública sin suficiente sustento”, además da a entender que la política económica de nuestro país no se sustenta en los datos, no se miden las consecuencias y que ésta no se encuentra libre de extremismos de izquierda o derecha. Preocupante¿no?

Si bien todos tenemos la oportunidad de aprender cosas nuevas en los puestos públicos o privados que desempeñamos existen ciertos puestos que no deben someterse a los errores del aprendizaje porque se corre el riesgo de tomar decisiones que por corazonadas u ocurrencias afecten - como ya ha pasado- la estabilidad nacional. No olvidemos la tunda en medios y redes sociales a la que se sometió al ex Secretario, Luis Videgaray por decir “No soy diplomático, vengo a aprender” cuando el exPresidente, Enrique Peña lo designo Secretario de RelacionesExteriores.

Lo cierto, es que este tipo de renuncias repercuten fuertemente en la aceptación de AMLO -y obvio en su imagen pública nacional e internacional- porque parecen más una confesión a la sociedad que destapan una problemática interna de suma importancia y ponen al descubierto actos de corrupción que se contraponen a su discurso; así sólo se genera desconfianza e incertidumbre sobre las decisiones que el mandatario y su equipo están tomando en pro de México. En este momento no sólo debe designar a un nuevo SHCP, como lo hizo en menos de tres horas de la renuncia pública de Urzúa, sino que de una u otra forma tiene quedar razón de las acusaciones que en esta carta y la de Martínez se exponen, porque dejan al descubierto una dinámica que mucho se ha empeñado en señalar de quienes ocuparon sus zapatos en administraciones anteriores.