/ jueves 31 de marzo de 2022

Imagogenia | De lo que todos hablan…

Cuando una figura pública comete un error tan público como abofetear a otra figura pública en televisión internacional, es un tema que irremediablemente, sin importar el motivo o el contexto, afectará la imagen de los involucrados. Si bien, puede parecer un tema banal hablar de las reacciones públicas inmediatas de un actor en una circunstancia determinada, también parece un buen momento para distraernos, aunque sea un poco, con temas “triviales” que honestamente no nos afectan; pues suficiente tenemos con: la casa gris, el AIFA no terminado, la preocupante postura del Presidente sobre los medios de comunicación o el INE, el aumento en casos de COVID, la inseguridad, la economía, la guerra en Ucrania y más.

Entonces, entrando en materia, la cosa estuvo así: en 2016 Chris Rock presentaba los premios de la Academia y se burló de Will Smith y Jada Pinkett por decidir boicotear los premios con la etiqueta #OscarsSoWhite (Oscars demasiado blancos) señalando que ella no siquiera había sido invitada al evento. En esta ocasión el comediante bromeó con la apariencia de Jada diciendo que iba a protagonizar “La Teniente O’Neil 2”-película en la que Demi Moore se rapa-, una broma que no le cayó nada en gracia a la actriz que sufre, desde hace algunos años, de alopecia -una enfermedad autoinmune que provoca la pérdida del cabello- motivo por el cual lleva la cabeza rapada. Tras hacer el comentario, la cámara enfoca a un Will riéndose mientras que Jada se ve bastante molesta, pocos segundos después la cámara enfoca a Chris Rock y se ve entrar a Smith a “escena” para plantarle la infame cachetada.

Y digo infame por lo siguiente, si bien coincido en que a la familia no se le toca y que nadie tiene derecho a opinar sobre “mi apariencia”, la realidad es que en estos eventos las bromas de este tipo son de esperarse, sin embargo, esta vez Smith y Jada consideraron que la broma excedió el límite. A pesar de que el actor se disculpó posteriormente pues dice que se equivocó y que esas acciones no representan el hombre que quiere ser, el daño ya estaba hecho.

Y es que, aunque haya ganado el Oscar como Mejor Actor por King Richard y en su discurso de aceptación se haya disculpado y lo haya hecho también posteriormente, todo el evento se vio eclipsado por ese preciso momento; al grado de que, al finalizar la gala, surgió la duda de si le quitarían el Oscar por su comportamiento. Indudablemente, Smith podría haber hecho algunas cosas diferentes en la ceremonia de los Premios de la Academia.

Hoy la imagen del actor se encuentra en las cuerdas pues su reputación, el activo más importante que tiene, se ha derrumbado: hoy es catalogado por algunos como un personaje “violento” y sin control de sus emociones y, aunque la postura de la Academia al respecto tomará algunas semanas, es seguro que habrá consecuencias mismas que de haber actuado de otra forma se hubiera evitado. Por otro lado, algo bueno tenía que salir de aquí y es que esto también invita a que, en próximos eventos de este tipo, se eviten comentarios que denigran o lastiman la autoestima y la dignidad de otros, porque al final sentó un precedente importante sobre lo que puede pasar si no existe un límite entre una broma que da risa y una que lastima.

Doctoranda en Imagen Pública

Directora π en SCIO Group
Ex godín Gubernamental
Fisgona por naturaleza y delirante por la imagen
Facebook: Mar Nava Argüelles

Twitter: @Mar_Naa

Spotify: Imagogenia

Cuando una figura pública comete un error tan público como abofetear a otra figura pública en televisión internacional, es un tema que irremediablemente, sin importar el motivo o el contexto, afectará la imagen de los involucrados. Si bien, puede parecer un tema banal hablar de las reacciones públicas inmediatas de un actor en una circunstancia determinada, también parece un buen momento para distraernos, aunque sea un poco, con temas “triviales” que honestamente no nos afectan; pues suficiente tenemos con: la casa gris, el AIFA no terminado, la preocupante postura del Presidente sobre los medios de comunicación o el INE, el aumento en casos de COVID, la inseguridad, la economía, la guerra en Ucrania y más.

Entonces, entrando en materia, la cosa estuvo así: en 2016 Chris Rock presentaba los premios de la Academia y se burló de Will Smith y Jada Pinkett por decidir boicotear los premios con la etiqueta #OscarsSoWhite (Oscars demasiado blancos) señalando que ella no siquiera había sido invitada al evento. En esta ocasión el comediante bromeó con la apariencia de Jada diciendo que iba a protagonizar “La Teniente O’Neil 2”-película en la que Demi Moore se rapa-, una broma que no le cayó nada en gracia a la actriz que sufre, desde hace algunos años, de alopecia -una enfermedad autoinmune que provoca la pérdida del cabello- motivo por el cual lleva la cabeza rapada. Tras hacer el comentario, la cámara enfoca a un Will riéndose mientras que Jada se ve bastante molesta, pocos segundos después la cámara enfoca a Chris Rock y se ve entrar a Smith a “escena” para plantarle la infame cachetada.

Y digo infame por lo siguiente, si bien coincido en que a la familia no se le toca y que nadie tiene derecho a opinar sobre “mi apariencia”, la realidad es que en estos eventos las bromas de este tipo son de esperarse, sin embargo, esta vez Smith y Jada consideraron que la broma excedió el límite. A pesar de que el actor se disculpó posteriormente pues dice que se equivocó y que esas acciones no representan el hombre que quiere ser, el daño ya estaba hecho.

Y es que, aunque haya ganado el Oscar como Mejor Actor por King Richard y en su discurso de aceptación se haya disculpado y lo haya hecho también posteriormente, todo el evento se vio eclipsado por ese preciso momento; al grado de que, al finalizar la gala, surgió la duda de si le quitarían el Oscar por su comportamiento. Indudablemente, Smith podría haber hecho algunas cosas diferentes en la ceremonia de los Premios de la Academia.

Hoy la imagen del actor se encuentra en las cuerdas pues su reputación, el activo más importante que tiene, se ha derrumbado: hoy es catalogado por algunos como un personaje “violento” y sin control de sus emociones y, aunque la postura de la Academia al respecto tomará algunas semanas, es seguro que habrá consecuencias mismas que de haber actuado de otra forma se hubiera evitado. Por otro lado, algo bueno tenía que salir de aquí y es que esto también invita a que, en próximos eventos de este tipo, se eviten comentarios que denigran o lastiman la autoestima y la dignidad de otros, porque al final sentó un precedente importante sobre lo que puede pasar si no existe un límite entre una broma que da risa y una que lastima.

Doctoranda en Imagen Pública

Directora π en SCIO Group
Ex godín Gubernamental
Fisgona por naturaleza y delirante por la imagen
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