Nuestro país se encuentra en una etapa crítica ante el coronavirus que limita todas las actividades en mayor o menor medida; la regla constante es mantener medidas de higiene y tratar de retomar las actividades dentro de una “nueva normalidad” a la que debemos acostumbrarnos.

México vive un periodo complicado ante un panorama nacional que literalmente luce “rojo”; nuestras autoridades informaron que todo el país se encuentra bajo estas condiciones por las cifras de confirmados, hospitalizados y decesos relacionados al Covid-19 que se han presentado en los últimos días en todas las regiones del país.

Pese a este escenario, ciudadanos de alrededor de 70 ciudades a lo largo del país salieron a expresarse contra las medidas o el incumplimiento de ellas por parte del presidente de la República, en un acto de plena libertad de expresión ha mostrado su inconformidad ante las acciones que el Gobierno Federal ha realizado como la falta de apoyos para la actividad empresarial en el país, la cancelación del aeropuerto en Texcoco y el supuesto camino hacia el comunismo que ha tomado la nación.

Estas expresiones reflejan la inconformidad de ciertos sectores de la sociedad mexicana ante los abusos que ellos consideran que el gobierno ha realizado.

Sin embargo, estas expresiones de la sociedad mexicana distan de considerarse abusos como el hecho acontecido en la ciudad de Minneapolis contra el ciudadano afroamericano George Floyd, un caso de abuso policial con un profundo origen racista por el exceso de fuerza y violencia contra un individuo, en el que de acuerdo a los videos, el hoy fallecido, no opuso resistencia.

Al igual que en México, los ciudadanos norteamericanos, principalmente los de origen afroamericanos durante 4 días han expresado al indignación por este homicidio; es tal el nivel de indignación que celebridades del medio artístico y deportivo han dado muestras del apoyo ante estas manifestaciones.

Derivado del nivel de violencia, ha sido necesaria la intervención de la Guardia Nacional para controlar esta situación.

Somos testigos de la transformación, de grados de inconformidad y de una nueva composición económica y social; ahora los ciudadanos expresan de manera inmediata sus inconformidades y los gobiernos requieren presentar una respuesta a la misma velocidad.

La pandemia ha significado retos; en una etapa de cambios radicales en nuestro ritmo de vida requerimos ser más solidarios, las expresiones de inconformidad son bienvenidas pero son mejor recibidas las propuesta de cambio y solución.

Debemos cumplir con nuestras responsabilidades y darnos cuenta que podemos salir fortalecidos de esta transición si actuamos como una sola unidad y no como unidades individuales.

La humanidad debe decir al unísono, ¡no a la división, no al racismo!