Millones de ejemplares de libros de texto gratuitos que forman parte de la edición 2018, comenzaron a salir de las bodegas para ser distribuidos en las escuelas de educación básica del Estado de México antes de que empiece el siguiente año escolar.
El compromiso es hacer llegar a las aulas 27 millones de libros de diferentes materias antes del 20 de julio. En el trasiego tomarán parte vehículos oficiales de todo tipo, incluidos transportes de la Secretaría de Marina, a fin de lograr que el nuevo material de lectura llegue oportunamente a manos de los escolares.
Se trata de un material educativo que esta vez debe estar libre de errores debido a que, antes de imprimirse, fue revisado cuidadosamente por especialistas de la Academia Mexicana de la Lengua, de manera que no podrá exhibir, como en ediciones anteriores, errores científicos y de lenguaje que obligaron a la Secretaría de Educación Pública a imprimir por separado las correcciones y enviarlas a los profesores.
Por otra parte, estos libros van a ser leídos por los alumnos que forman la primera línea de la reforma educativa. Presentan contenidos, ejercicios y recomendaciones que distinguen al nuevo modelo educativo que será aplicado en todo el país a partir de agosto.
En 1960 la generación de Jaime Torres Bodet en la Secretaría de Educación Pública puso en manos de los niños mexicanos por primera vez los libros de texto gratuitos y, sobre todo, únicos por su diseño y contenido, ya que se trataba de unificar a través de ellos lo que los niños debían aprender, lo mismo en Tapachula que en Nogales, es decir, en lo fundamental programas únicos.
Este enorme esfuerzo, que pronto cumplirá sesenta años, ha encontrado adversarios en el camino. A muchos empresarios no les gustó que los libros mostraran una visión particular de la historia y que abordaran temas tan espinosos como aquel de que los seres humanos tienen una vida sexual y no todos los niños vienen de París.
Y hoy está a punto de suceder algo semejante. En una primera lectura, tal vez apresurada, del libro de biología, los que suelen dar cuerda a la inversa a las manecillas del reloj ya encontraron que se abordan temas de educación sexual, como la masturbación, que ellos no quisieran que se enseñaran en las escuelas, sino que se reservaran para la familia, aunque la verdad es que ni en la familia ni fuera de ellas son temas que jamás se abordan. Son temas prohibidos.
De esta manera, no es difícil que se rompan de nuevo las hostilidades en torno al contenido de los nuevos libros de texto, cuyas características han sido impugnadas más de una vez.